21 de septiembre de 2024

Vivió 18 años de calvario por una injusta causa de la que acaba de ser absuelto

Una Justicia miope y lenta no asegura verdad ni castigo ejemplar. De esto puede dar fe hoy César Daniel Guizada Bótrico, con una sentencia en la mano que lo acaba de declarar inocente, tras un calvario de 18 años, que dañó su imagen personal, su vida laboral y su salud. Su pesadilla empezó el 7 de septiembre de 2006, cuando de regreso a su casa, en el barrio Intersindical, se encontró con gendarmes y policías federales allanando el domicilio a instancias del fiscal federal Guillermo Marijuán.

Una Justicia miope y lenta no asegura verdad ni castigo ejemplar. De esto puede dar fe hoy César Daniel Guizada Bótrico, con una sentencia en la mano que lo acaba de declarar inocente, tras un calvario de 18 años, que dañó su imagen personal, su vida laboral y su salud. Su pesadilla empezó el 7 de septiembre de 2006, cuando de regreso a su casa, en el barrio Intersindical, se encontró con gendarmes y policías federales allanando el domicilio a instancias del fiscal federal Guillermo Marijuán.

«Cuando vi semejante despliegue, volviendo de mi trabajo, se me paralizó el corazón, porque pensé que algo le había ocurrido a mi madre. Uno de los uniformados me aclaró por qué estaban allí y me mortificó preguntándome dónde tenía guardado el dinero. Le dije que solo tenía $150 de una comisión. Por entonces yo trabajaba como vendedor en la Fundación Arcoiris. Estaban convencidos de que tenía dinero del que diferentes empresas se habían apropiado en perjuicio del Estado nacional mediante una maniobra en la que también estaban involucrados funcionarios de la Anses. Les pregunté si realmente pensaban, viendo mi casa y la pequeña motocicleta que tenía, si les parecía alguien que podría llegar a tener una fortuna mal habida», recordó Guizada.

Los gendarmes y policías federales se retiraron informándole que sería citado a una audiencia en los tribunales porteños de Comodoro Py. «Mi madre me tuvo que pagar el pasaje a Buenos Aires con su pensión, porque perdí mi puesto en la Fundación Arcoiris, entidad que nada tenía que ver con la causa en la que me vi injustamente envuelto porque tiempo antes habían sido mis empleadores Alfredo Zamar, quien tenía un aserradero en Jujuy, para el que hacía corretaje en Salta, y Federico Napoleón Decoud Griet, quien era contador de la Fundación Sanidad Ejército (Fusea) y Homisa Salud, una prepaga del Hospital Militar», detalló Guizada.

El protagonista del calvario, hoy de 61 años, era un buen vendedor que, por recomendaciones, terminó cayendo en un «cuento del tío» de sus empleadores, Zamar y Decoud Griet. Ambos eran viejos conocidos. Tanto que la maderera jujeña, Fusea y Homisa fueron tres de las empresas y entidades que, desde de distintos puntos del país, urdieron con la responsable de la UDAI de Liniers de la Anses, Andrea Cecilia Maldonado, y funcionarios subalternos una maniobra con la percibieron reintegros de asignaciones familiares con recibos de sueldos fraguados. Como parte de la trama, se utilizaron decenas de cajas de ahorro abiertas en diferentes bancos.

Zamar había hecho abrir una de esas cuentas a Guizada, para el depósito de las ventas de corretaje, pero con el pretexto de protegerse de extracciones sin su autorización, retuvo la tarjeta. La Justicia comprobó que Guizada nunca tuvo dominio sobre esa cuenta. También constató que tiempo después, Zamar y Decout Griet utilizaron esa cuenta en la defraudación sin que Guizada tuviera conocimiento ni participación alguna.

El fallo judicial

Días atrás el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 8 de Buenos Aires condenó a Decoud Griet y otros empresarios y funcionarios implicados por defraudación agravada en perjuicio de la Anses (en 21 hechos) y asociación ilícita, imponiéndoles una pena de solo tres años de prisión de ejecución condicional. En el fallo, Guizada fue lisa y llanamente absuelto por el juez Nicolás Toselli. Zamar murió en 2006 con la causa en trámite. «De estos 18 años de calvario me queda un inmenso dolor y un eterno agradecimiento para el abogado Luciano Argenti y la defensora oficial Silvina Blanco», manifestó Guizada.

Eltribuno

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