24 de noviembre de 2024

VIDEO. Alejandro Vigil en Salta: la visión humana y colectiva de hacer y consumir vinos

Alejandro Vigil cumplió con la expectativa que había generado. El mejor enólogo del país estuvo este jueves en el Centro de Convenciones en el ciclo Hablemos de lo que viene: Vino & Turismo. Hablo sencillo y con un mensaje claro: la importancia del lugar al momento de hacer el vino, de su entorno y su colectividad. También fue contundente al afirmar que en enoturismo hay que trabajar para el público ABC1, que es el que puede pagar los precios de los vinos premium mientras hacen turismo. «Es la gente que puede viajar por el mundo y comprar botellas caras», expresó.

«Ellos son los que generan consumo y te aportan a vos los recursos necesarios para poder solventar tu proyecto. Y generan marca. Es lo que tenemos que lograr. Cuando tenemos una marca fuerte en el mundo, donde la gente está dispuesta a invertir en una botella de vino y promocionarla a través de todas las redes sociales. Hoy en día es muy difícil hoy comunicar, entender la comunicación nueva».

Vigil es director de Enología de Catena Zapata y también tiene Casa Vigil. Es decir que es multifacético pero se define como agricultor e inmediatamente recuerda sus orígenes: el trabajo en el campo.

En su presentación de ayer fue entrevistado por el periodista especializado en vinos Fabricio Portelli. En vez de proyectar en una presentación y dar una explicación, prefirió sentarse y conversar. Así se creó un clima ameno, y el público participó también con preguntas que enviaron a través de un código QR del celular.

En otros puntos, les habló a los bodegueros. Dijo que no pierdan la oportunidad de vender sus productos en sus puertas.

«Son dólares que ingresan de manera directa», sintetizó.

A través de ese mecanismo mucho más directo, se evita los grandes costos de la distribución y los puntos de venta.

A eso, ponderó que se crea «un boca a boca», que permite que el turista se acerque al lugar, viva la experiencia, conozca a los hacedores de vino, sus costumbre y se termina convirtiendo en un embajador de la marca. Vigil destacó que eso funciona mejor que la publicidad en las redes sociales.

«Hay que involucrarse», enfatizó e insistió en la humanidad como centralidad de la actividad enológica. Y todo el trasfondo cultural que hay en una experiencia con el vino.

A las personas del sector, les recordó que la actividad lleva muchos años, por el tiempo de las plantaciones, los vinos que uno busca y el posicionamiento. «Incluso uno puede trabajar para eso y no ver los resultados en vida», afirmó.

En otro aspecto, remarcó que se debe buscar ser sostenibles, apuntar a la venta en la región, a tener una identidad.

«Cuando una persona abre una botella no espera que le cambien el sabor, la experiencia. Hay que mantenerse en la propuesta», señaló.

En su mirada afinada sobre el enoturismo, puso el foco en Cafayate y dijo que, por ejemplo, sería importante tener con una mejor infraestructura vial, que permita a los turistas llegar a Salta y en una hora y media o dos estar en Cafayate. Por eso, consideró clave al Estado, para que tenga visión estratégica en el acompañamiento al sector privado.

Más experiencias

A los bodegueros o empresarios del enoturismo, les pidió analizar alternativas para acercar las experiencias a los turistas. En Cafayate las bodegas tienen mucha distancia entre ellas. Por eso, recomendó juntarse y hacer un circuito cerca de la plaza.

«Un turista cuando va a Mendoza sabe que irá a las bodegas y que hará degustaciones de vino», comentó.

«Hay que lograr que la gente se enamore de un lugar», manifestó. Afirmó que en Mendoza es la segunda actividad económica más importante.

«Cuando vos volvés a crear la experiencia, donde están las personas involucradas, tienen la camiseta y son parte del proyecto, no un empleado del proyecto, ganas. Ese es el punto. Y nosotros tenemos mucho, como argentinos, nuestra cercanía, nuestra forma de ser, nuestra interpretación sobre la vida, los amigos, el asado, el vino, para hacerlo bien. En otros lugares no es tan fácil. No es tan fácil. Yo lo vivo. Hago vino en España. Tengo una pequeña bodeguita. La gente vive separada. Se saluda en un restaurante. Nos comparten mesa. Nos involucra con el otro», comentó a un auditorio que lo seguía atentamente.

«Nosotros sí nos involucramos. Queremos saber del otro. Abrimos botellas, charlamos. Es fundamental volvernos humanos. Eso yo lo compro. Y pago por eso», reflexionó.

«Siempre digo que a mí me gusta hacer vino de lugares. ¿Por qué? Porque la variedad no es tan importante como el lugar. Cuando eso pasa es fundamental. Cuando la comida no es el chef, sino los ingredientes que estamos usando, pasa a ser más importante el sitio donde vienen esos ingredientes que el que lo cocina. Bueno, a mí me pasa con el vino. Yo quiero que el lugar sea más importante que la variedad».

Al ser consultado sobre la gastronomía y el enoturismo, respondió: «Cuando uno piensa, los vinos, respecto a lo que comemos, están muy cercanos. Y por eso no podemos separarlos. Entonces creo que lo único que tenemos que hacer con la gastronomía ahora es profundizar sobre lo que la conocemos para darle otro plus. Pero yo creo que sí. Yo creo que lo tengo más que claro. Haría mucho más cuchara, decía hoy acá. Usaría mucho más cuchara para lo que es eso».

Eltribuno

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