Valle de Lerma: Una escuela, en peligro por los incendios de pastizales
Los incendios de campos están a la orden del día y con la dificultad de que no hay agua y son pocos los bomberos para tantos focos que surgen en diferentes sectores del Valle de Lerma. Este lunes, uno de estos focos, se acercó peligrosamente a la escuelita rural del paraje Villa Angélica, en el límite entre Rosario de Lerma y Campo Quijano.
Los incendios de campos están a la orden del día y con la dificultad de que no hay agua y son pocos los bomberos para tantos focos que surgen en diferentes sectores del Valle de Lerma. Este lunes, uno de estos focos, se acercó peligrosamente a la escuelita rural del paraje Villa Angélica, en el límite entre Rosario de Lerma y Campo Quijano.
Los Bomberos Voluntarios «Hernando de Lerma» sofocaron parte de estos incendios que se extendieron por varios kilómetros hacia una zona de loteos populares, a un costado de la ruta 36. La quemas de pastos, involucra al conocido «pasto cubano» que al ser altamente combustible, propaga de manera inmediata el fuego y los daños materiales en las propiedades privadas.
A tan solo 50 metros llegó el fuego de la escuelita primaria. Las llamas rodearon el establecimiento que peligraba por las enormes lengüetas de fuego que superaban los 4 metros de alto. Entre los vecinos y trabajadores de las fincas ayudaron a apagar el fuego. Mientras que los bomberos de Rosario de Lerma, iban y venían con su autobomba intentando apagar una franja importante. Los tendidos de cables sucumbieron en esa zona. Alrededor de tres kilómetros lineales por un ancho de 100 metros fueron devastados por las llamas en menos de una hora. «Hubiera sido peor el desastre si no lo controlábamos adecuadamente. Varias casas corrieron peligro. La ayuda de vecinos y nuestro personal de bomberos fueron fundamentales para sofocar este foco», relató un bombero a El Tribuno.
Se estima que son entre seis a diez focos por día que se reportan en esta zona. Lamentablemente los cuerpos de bomberos no tienen suficiente personal ni elementos de trabajo.
A esto se suma la falta de agua en la zona. Algunas acequias tienen el caudal necesario para el riego de los campos con las primeras siembras de tabaco.
La cisterna de los bomberos de Rosario de Lerma debe trasladarse por lo menos 5 kilómetros para recargar el depósito de agua del móvil de siniestros.
Tampoco en las localidades del Valle de Lerma existen hidrantes, también conocidos como bocas de incendios. Estos grifos son cañerías que se conectan a la red de abastecimiento de agua y cuya función es suministrar agua en caso de incendio a las autobombas. En Rosario de Lerma, Campo Quijano o El Carril deben cargar el agua en canales de riego o algún pozo que abastece de agua a algún barrio.
Pocos bomberos y falta de agua
Hacia El Carril sobre la ruta nacional 68, otros incendios fueron sofocados por los mismos vecinos que residen en ese sector. «El pasto seco y el ambiente no ayudan. Lo peor es que no hay agua ni en las acequias. Cuesta mucho apagarlos», contó Carlos, que vive en el cruce de la 68 y la 36 a la altura de La Florida. El problema de la sequedad del ambiente y la imprudencia de ciertas personas, son propicios para originar este tipo de siniestros que cada año, entre agosto y noviembre, dejan cientos de hectáreas quemadas y cuantiosos daños. Es preocupante la escasez de bomberos.