16 de noviembre de 2024

Vaca Muerta: el Gobierno inauguró una ampliación del gasoducto Néstor Kirchner que permite ahorrar importaciones y evitar falta de gas

El Gobierno inauguró este miércoles una obra de ampliación del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta para evitar que falte gas natural en el país en los próximos años, como sucedió a fines de mayo. También permitirá que la Argentina tenga un ahorro de 350 millones de dólares anuales por sustitución de importaciones de combustibles líquidos, gas de Bolivia y de Gas Natural Licuado (GNL) por barcos.

En un acto con el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) habilitó la Planta Compresora Tratayén, en la cabecera del gasoducto en Neuquén, que ampliará en 5 millones de m3 diarios (MMm3/d) la capacidad de transporte de gas del GPNK -que tiene 573 kilómetros- hasta Salliqueló (Buenos Aires), de 11 a 16 MMm3/d. Según fuentes del sector, la planta recién empezará a «comprimir» el gas la semana que viene.

Aunque su capacidad operativa actual es de 11 millones de m3 al día, a veces el caño puede llevar más de 13 millones de m3 diarios, por una cuestión técnica de diferencia en las presiones.

La planta compresora fue construida por Sacde, la empresa de los hermanos Damián y Marcelo Mindlin que también fue parte de la construcción del GPNK y ahora está en la reversión del Gasoducto Norte junto a Techint.

Del acto participaron además el presidente y vicepresidente de Enarsa, Juan Carlos Doncel Jones y Rigoberto Mejía Aravena, respectivamente; el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares; el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa; el director Comercial de Sacde, Pablo Brottier; y el CEO de Transportadora de Gas del Sur (TGS), Oscar Sardi.

En Salliqueló, mientras tanto, las empresas Esuco y Contreras Hermanos están construyendo una planta igual para llevar la capacidad de 16 a 21 MMm3/d, y se espera que la obra esté lista entre septiembre y octubre.

El GPNK se inauguró el 9 de julio del año pasado y empezó a transportar gas el 4 de agosto de 2023. Desde entonces, su puesta en funcionamiento generó un ahorro en importaciones de US$ 3.600 millones, según los datos del Frente Renovador. Esa obra tuvo un costo para el Estado nacional de US$ 2.200 millones y requirió de 48.800 trabajadores.

Además, bajó los costos de generación de energía eléctrica de más de 100 dólares por megavatio-hora (MWh) en el pico del invierno pasado a cerca de US$ 85 en mayo, por el menor uso de combustibles caros y contaminantes como el gasoil y fuel oil importados -que rondan los US$ 20 por millón de BTU-, y su reemplazo por gas natural argentino a US$ 4,50. De esa manera también se redujeron los subsidios -además de con los recientes aumentos de tarifas- y hubo un superávit comercial energético en los primeros 5 meses del año de US$ 2.917 millones.

Los beneficios del gasoducto de Vaca Muerta

Como contó Clarín hace dos semanas en una recorrida por la planta compresora, la de Tratayén es una de las obras del Gasoducto Néstor Kirchner que faltaban completar y su puesta en funcionamiento hubiera sido clave para que la Argentina no tuviera el problema de la falta de gas que sucedió a fines de mayo. La obra tuvo un costo para el Estado nacional cercano a los US$ 125 millones, pagados por Enarsa; y demandó en el pico de obra a unos 700 trabajadores en doble turno.

Fue licitada por el Gobierno anterior y tenía fecha de inicio para el 29 de julio de 2023, pero los problemas con la falta de dólares en el Banco Central (BCRA) complicaron el pago de importaciones de insumos, ya que la autoridad monetaria no entregaba las divisas en un contexto de escasez y presiones por la devaluación.

Sin incumplir el contrato, Enarsa y SACDE fueron adaptando las condiciones para correr la fecha de entrega a la primavera del año pasado y luego antes del invierno 2024. Cuando se produjo el cambio de gobierno, la obra tenía un avance del 61,89%, según el certificado de obra N° 13 al que accedió en exclusiva este diario.

La adenda al contrato con la redeterminación de precios se firmó el 26 de febrero de este año, con fecha de Apto Para Funcionar (APF) para el 22 de mayo y la posibilidad de extenderla a principios de junio si se cumplían distintos «hitos» en la construcción.

En medio del cuatrimestre con mayor inflación de los últimos 33 años (diciembre-marzo), el Gobierno debió revisar los contratos que firmó la administración anterior y recién dio el visto bueno a fines de febrero, aunque pagó el 30 de abril. Por eso, SACDE tuvo que disponer de fondos propios para acelerar la obra.

La falta de gas en el país durante mayo, que obligó a cortes a estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) e incluso a las industrias, fue provocada por problemas en la programación de las importaciones de gas licuado, que no alcanzaron para hacer frente al crecimiento de la demanda de los hogares por una ola polar. El Gobierno confiaba que las obras de ampliación del gasoducto estarían listas, pero todavía faltaban al menos 40 días más en ese entonces y el grado de avance «heredado» fue motivo de polémica.

Clarín

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