Tras la reunión con el Grupo de los seis, el Gobierno convocará a una mesa tripartita con empresarios y la CGT

Diez días después de recibir a la CGT, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger y el secretario de Trabajo Julio Cordero recibieron en la Casa Rosada a los representantes del Grupo de los seis (G6), la agrupación de confederaciones empresarias más poderosas del país. El Ejecutivo anunció la convocatoria de una mesa tripartita en la que se sentarán los dirigentes empresarios y la central obrera.

Por el G6 estuvieron Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial Argentina; Adelmo Gabbi, de la Bolsa; Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción; y Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural; Mario Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio; y Javier Bolzico, de la Asociación de Bancos.

Los empresarios y el Gobierno comunicaron la conformación de una mesa tripartita en la que también se sentará la CGT un día después de que Pablo Moyano reclamara al resto del consejo directivo de la central obrera que interrumpa cualquier diálogo.

En rigor, el secretario de Trabajo ya había anunciado la misma noticia el 24 de julio cuando recibió al Grupo de los seis (G6) en sus oficinas de la calle Alem, pero el encuentro nunca se produjo. «Nos dijeron que iban a convocar a una reunión tripartita. Cómo no vamos a estar dispuestos«, señaló Gabbi, uno de los dirigentes empresarios más locuaces al terminar la reunión. «Esta es una mesa de diálogo para la producción y el trabajo en la Argentina (…) La fecha es una cuestión de agenda», describió Cordero, que dio a entender que la reunión sería inminente.

Los empresarios plantearon que la mesa tripartita servirá para coordinar acciones para mejorar el índice de empleabilidad; sobre todo en lo que tiene que ver en la capacitación laboral.

«También se habló de aportes sindicales, la idea es bajar el costo laboral y que la informalidad sea la menor posible en los próximos tiempos», expuso Weiss, a cargo de la entidad que -en campaña- Javier Milei definió como la «Cámara Argentina de la Corrupción». «En términos generales el G-6 apoya el rumbo económico», añadió Weiss.

En la letra chica de lo que el Gobierno quiere discutir con empresarios y sindicalistas figura el bloqueo a empresas. El Ejecutivo quiere -a pedido de los gremios- habilitar una instancia para que una autoridad supervise que el bloqueo existe. El Ejecutivo dejó hasta ahora ese capítulo de la ley bases sin reglamentar. Los empresarios aseguran que para penar el delito ya figura el código penal. El Movimiento Empresarial Antibloqueos (MEAB) ya había manifestado su rechazo a lo que interpreta como una concesión del Gobierno a los sindicatos.

Otro de los temas que se debatió fue la necesidad de que los empresarios nominen a un representante para el Consejo de Mayo, el órgano encargado de velar por los principios suscriptos en el Acta de Mayo que el Presidente y los gobernadores firmaron en Tucumán en la noche del 8 de julio. Los representantes del G-6 señalaron que su representante no será de su sector, a pesar de los trascendidos de que Pino, de la SRA, ocuparía esa silla. El Gobierno pretendía que por la CGT, que tampoco nominó a nadie por ahora, estuviera Gerardo Martínez, de la UOCRA.

Los empresarios evitaron plantear temas sectoriales. En la industria hay preocupación por la baja actividad, la caída del consumo y la apertura de algunos segmentos. En el G-6 hay quienes sugieren la necesidad de plantear una nueva ley de contratos de trabajo, porque la vigente data de 1974 pero Cordero desestimó esa opción. «No estamos pensando en eso. La Ley Bases ya avanzó en ese sentido», dijo ante la consulta de Clarín.

El titular de la Bolsa de Comercio estaba exultante. «Ha sido un día fundamental, sobre todo en materia económica. Los bonos públicos superaron barreras.(…) Hay que pensar lo que era octubre del año pasado. Que la industria haya mejorado 1.6 es muy importante», consignó antes de dejar Balcarce 50.