Se renovarán los beneficios para traer productos importados, pero hay pocos en los super
El Gobierno se encamina a renovar los beneficios impositivos para la importación de alimentos y productos de primera necesidad que dispuso a fin de marzo en el decreto 384/2024. Con esta medida, buscaba que artículos extranjeros que componen la canasta básica compitan con los nacionales y contribuyan a bajar la inflación.
No obstante, aún se ven pocos comestibles y artículos de tocador y de limpieza importados en los supermercados. Las grandes cadenas están trayendo mercadería a goteo. La mayoría proviene de países limítrofes, como la manteca uruguaya Conaprole y los panes lactales brasileños Bauducco y Visconti, que se consiguen en Coto y Jumbo, marca del grupo chileno Cencosud.
A esos primeros en llegar, se sumaron otros de Centroamérica en Carrefour y Coto, como las latas de atún Bulnez de Ecuador, las salsas picantes Tapatio, los condimentos a base de chile El Yucateco y el sazonador Tajín, que los argentinos compran cuando viajan a México. De Estados Unidos entraron jabón y cápsulas para limpiar la ropa de Tide, y de Europa las latas latas de pulpa de tomate italianas Mutti.
Pero las góndolas todavía están lejos de parecerse a las de otros países, donde abundan productos de distintas nacionalidades. Aunque con la flexibilización de las trabas para importar ahora se encuentran, de nuevo, los premium en la sección de alimentos gourmet, hay escaso surtido en lo que se refiere a la canasta básica.
En el sector, explicaron que aunque la medida del Gobierno pone en línea al país con otros de la región, el ingreso será paulatino. En medio de las críticas de fabricantes y cámaras como la Unión Industrial Argentina (UIA) –que manifestaron su preocupación por la producción local–, la incorporación será progresiva con un plan de tres etapas.
La primera está en marcha y tiene que ver con recomponer stocks: recuperar la presencia de referencias que, por el cepo, desaparecieron. Así es que los súper se concentran en traer de nuevo café, atún, pastas, cervezas y chocolates.
“Se regularizó el pago de deudas luego de las trabas del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y se reactivó el flujo. Empezamos a traer productos que antes ofrecíamos”, señalaron en una cadena. Desde otra, confirmaron que lo primero que importaron fue café y atún, dos alimentos que escasearon el año pasado.
“La llegada de los importados se está dando de forma progresiva. A lo largo de los meses, los clientes podrán detectar en distintas categorías productos importados”, señalaron en otra.
Algunas ya avanzaron en la segunda fase. “Comenzamos con categorías básicas: almacén, limpieza y perfumería de proveedores de Paraguay, Uruguay y Brasil con los que tenemos relación comercial. Nos apalancamos en sus carteras para arrancar. Con el tiempo, la idea es hacer más acuerdos y desarrollar productos de marca propia”, explicaron en una.
En el segundo semestre, prevén seguir ampliando el surtido. “Se trabajará con los mismos proveedores”, adelantaron, y anticiparon que sumarían variantes de productos que ya venden como paquetes de café con “twist” de vainilla, latas de atún con ajo y salsas de tomate con orégano, que prácticamente no se fabrican en el país.
La tercera instancia está prevista que se concrete hacia fin de año, con la entrada de nuevas categorías y proveedores. “Este último tramo incluye todo tipo de alimentos: bebidas alcohólicas, galletitas, mermeladas. De todo”, adelantó una cadena. No obstante, los tiempos podrían dilatarse.
Por qué se dilata la entrada de importados
La incertidumbre sobre los resultados del plan económico del Gobierno, la disparada del dólar y la caída del consumo llevó a los súper a rever su estrategia, debido también a los tiempos que implica el desarrollo de proveedores y las gestiones de permisos y licencias, además del costo logístico y la carga impositiva.
Aunque algunos productos son entre 30% y 20% más baratos, en otros no hay diferencias, como en los casos de la manteca y el dulce de leche Conaprole, que está por encima de la competencia local; y los panes brasileños, que traen menor peso que otros nacionales de marcas low cost.
En la industria, destacaron que, más allá del componente tributario y que muchos son productos gourmet, los casos en los que los precios de los importados están por encima de los nacionales tiene que ver también con una estrategia comercial. “Algunos traen al mismo valor o a uno mayor para hacer volumen y ofrecer alternativas. Esto les permite ser más agresivos en las negociaciones con proveedores locales”, explicó una fuente.
Así también explican que la desaceleración de la inflación tiene que ver más con las promociones y las rebajas en las listas de precios por la la caída de las ventas registrada especialmente desde la devaluación que con el ingreso de productos importados.
Según un relevamiento de ShopApp, solo dos de cada 10 argentinos dice haberse cruzado con algún producto importado en las góndolas, especialmente de la categoría de almacén. Y quienes lo hicieron son mayormente del nivel socioeconómico alto.