Puente Transbordador de La Boca: la mole de hierro que es una joya mundial y cumplió 110 años, pero no funciona
Pensado originalmente para trasladar personas y mercancías entre las orillas de los barrios de Isla Maciel (Dock Sud, Avellaneda) y La Boca (Ciudad de Buenos Aires), el Puente Transbordador de La Boca acaba de cumplir 110 años. Esta mole de hierro -que es un ícono porteño- llega sin embargo a este aniversario sin funcionar.
Entre enero y octubre de 2023 funcionó con fines turísticos, educativos y culturales. Luego el «sistema operativo» salió de funcionamiento y ahora mismo no hay precisiones sobre cuando podría volver a realizar el cruce de orillas. Sin embargo, desde Vialidad Nacional informaron a Clarín que el puente «no posee ningún problema estructural».
Aunque para los porteños es un clásico y una postal de la Ciudad, este puente transbordador es toda una curiosidad. Se trata de uno de los ocho transbordadores que quedan aún en pie en el mundo. Cinco de ellos están en pleno funcionamiento; son los que se encuentran ubicados en Inglaterra (Newport), en Alemania (Rendsburg y Oste Hemmoor), en España (Vizcaya) y en Francia (Rochefort Martrou).
Los que no funcionan son otros dos ubicados en Inglaterra (Middlesbrough y Warrington) y el de aquí. Se estima que llegó a haber unos 20 puentes transbordadores en todo el mundo.
El porteño tiene además una particularidad: la Unesco le otorgó un Escudo Azul. Se trata de un emblema protector fijado en la Convención de la Haya de 1954 para marcar los sitios culturales a los que proporcionar protección ante ataques por conflictos armados.
Los 8 puentes, incluido el de La Boca, fueron construidos entre fines del 1800 y las primeras décadas del 1900; generalmente, para asistir en la logística de los puertos locales, transportando personas, carros, animales y mercadería. Por supuesto con diferentes dimensiones, en función de las orillas que debían unir.
Por ejemplo, el de Vizcaya utilizaba un sistema de tracción por cables y poleas que se accionaba gracias a una caldera de vapor situada en una de las dos torres del puente. Pero actualmente posee 12 motores eléctricos que mueven la barquilla (o canasta). Es una atracción turística vital para esta zona de España; cruza sobre la Ría de Bilbao y desemboca en el golfo de Vizcaya.
La barquilla tiene capacidad para cruzar 6 vehículos y 200 pasajeros. Además tiene dos ascensores, uno de cada lado del puente, que permiten acceder a las pasarelas panorámicas ubicadas a 50 metros de altura. Fue el primer puente transbordador del mundo, por eso su construcción tiene algunas particularidades; por ejemplo, las piezas de hierro están unidas entre sí mediante remaches al rojo vivo, dado que las técnicas de soldadura aún estaban poco desarrolladas.
Con los años, el crecimiento del comercio y los cambios que se dieron en los puertos respectivos, muchos de estos puentes fueron quedando obsoletos. Tanto el de Vizcaya, como el francés de Rochefort Martrou (cruza el río Charente) y el alemán Oste Hemmoor (sobre el río Oste), tienen un intenso movimiento turístico. En verano el Oste Hemmoor tiene food trucks al pie y reposeras para disfrutar de las vistas.
Volviendo a «nuestro» puente transbordador, desde Vialidad Nacional informaron a Clarín que «no presenta ningún problema estructural. La obra realizada oportunamente no contemplaba el cambio del sistema operativo que controla su funcionamiento; por eso en octubre de 2023 dejó de hacer los cruces turísticos».
«El proyecto de renovación del sistema operativo -sintéticamente, es lo permite que la maquinaria y los sistemas funcionen en modo automático- se encuentra supeditado a la disponibilidad presupuestaria del organismo», indicaron.
ACUMAR, junto al ex Ministerio de Turismo de la Nación, organismos de la Ciudad y Municipalidad de Avellaneda, intervienen en el proyecto cultural y la puesta en marcha de los dos centros de interpretación, ubicados a ambas orillas (que se encuentran vigentes). A través del pasaje peatonal del Puente Nicolás Avellaneda se puede ir de un lado al otro del Riachuelo. Mientras no funcione la barcaza, otra opción es cruzar con los botes que se encuentran en Vuelta de Rocha.
Memoria de un barrio
Desde Fundación x La Boca -una organización sin fines de lucro que trabaja desde hace más de 20 años en la difusión del transbordador, entre otros símbolos del barrio- comparten con Clarín la historia del puente: cuentan que la obra fue inaugurada bajo el Gobierno de Roque Sáenz Peña, el sábado 30 de mayo de 1914.
«Hasta ese momento, los obreros iban y venían a sus trabajos -astilleros, carboneras, una usina y frigoríficos, entre otros- en bote. La barcaza colgante del transbordador no solamente permitía cruzar personas y mercadería, sino también carretas e incluso tranvías», explicaron. Lo que mejoró la movilidad de una zona netamente fabril.
El más famoso hijo pródigo de La Boca, Benito Quinquela Martín, lo transformó en un emblema; cuentan que fue el artista plástico quien le dio trascendencia mundial.
«En 1960 el puente fue desactivado y puesto en desuso. Y en 1994, tras haberse ordenado su desarme, los vecinos junto con los legisladores porteños, impidieron su desaparición, reconociendo su importancia patrimonial y emblemática para el barrio», cuentan desde la Fundación. Desde ese momento luchan para sostenerlo en pie.
Ahora mismo, desde la Fundación, impulsan el proyecto de iluminación y de mejoramiento del entorno.