Polémica por los lockers en los baños de Retiro para evitar robos: «Se llevaban hasta los inodoros»
8 de noviembre de 2024Desde este lunes, cada vez que alguien quiera usar los baños públicos de la estación de trenes de la Línea Mitre de Retiro deberá dejar su mochila o bolso en un locker, según una reciente decisión de Trenes Argentinos, que vino generando sorpresa y malestar en los usuarios, en especial en las horas pico, cuando muchas personas se vienen viendo obligadas a hacer fila, no para usar el sanitario propiamente dicho sino para recibir un candado con llave de manos de personal de seguridad a cargo del cuidado de esos armarios.
La decisión, tomada en el marco de una remodelación de los baños de Retiro –dijeron a Clarín desde Trenes Argentinos–, “tiene el propósito de bajar y eliminar la cantidad de robos que venían sucediendo allí”. “Allí” no es la estación de Retiro, en general, sino los baños en particular, detallaron: “Se robaban hasta los inodoros, literalmente, dentro de una mochila. O las tapas de los inodoros y también los focos de luz”.
Desde la empresa explicaron que no tienen previsto aplicar esta medida en otras estaciones de trenes, ya que no hubo un registro de «tanta vandalización». Consultados justamente por la magnitud del problema o al menos alguna cifra que justifique la dimensión logística de la normativa adoptada, dijeron que no tenían números, pero aseguraron haber registrado «muchos robos y durante mucho tiempo”, y lo ejemplificaron así: «Antes de colocar los lockers y tras la remodelación, apenas se inauguró el baño de mujeres y personas con discapacidad se robaron siete tapas de inodoros en el transcurso de una semana».
Clarín estuvo en el lugar y se pudo presenciar la enfática disconformidad de los usuarios por tener que desprenderse de sus objetos personales para ir al baño. En cuanto al funcionamiento cotidiano del sistema, desde la empresa contaron que “hay gente de seguridad” y que «las llaves las provee uno de ellos, que después cuida los lockers”. Son solamente 16 casilleros.
Sin embargo, aunque los lockers (colocados justo afuera de los baños de mujeres y hombres) sean muy pocos, la tarea de los dos empleados de seguridad a cargo de la situación parece tediosa. Deben, 1) frenar a cada persona que se dispone a usar los sanitarios y omite leer el cartel que ahora indica la obligatoriedad de guardar bolsos y mochilas; 2) preocuparse por entregar y recuperar los candados repetidas veces por día, y 3) cuidar que nadie vulnere la seguridad de los lockers propiamente dichos.
¿Tendría más sentido que ese personal estuviera adentro de los baños, evitando potenciales hurtos? En la empresa evaluaron que “sería más complejo” porque “hay un tránsito de gente muy grande y, de hecho, los robos ocurrían» porque los ladrones «metían las cosas en las mochilas”.
“Sería bastante complejo que la gente de seguridad que está ahí revisara mochila por mochila. Con los lockers es más eficaz”, opinaron.
El costado legal de los lockers en los baños de Retiro
Como destino final o para conectar las numerosas líneas de colectivos, ferrocarriles y subtes que llegan ahí, miles de personas pisan cada día el inmenso nodo de transporte porteño de Retiro. De ellos, muchos tienen claro que los baños de la estación se usan, y muchísimo. La imagen de gente entrando y saliendo es constante, en parte a falta de un “plan B”, ya que no es infrecuente que los bares y restaurantes de la Ciudad infrinjan la resolución porteña 46798, que los obliga a habilitar sus baños para uso público, con el clásico «baño exclusivo para consumidores«.
Ahora bien, ¿son legales los nuevos lockers en los baños de Retiro? Desde Trenes Argentinos aseguraron que sí. Dijeron que deben “administrar el espacio público a los efectos de resguardar los bienes”, y agregaron que “en este caso, se trata de una decisión fundada ante una determinada circunstancia», que es «una acción de resguardo de los baños, que también son públicos”.
Como apoyo, citaron un pasaje de la ley 27.352, normativa que le dio creación a la llamada Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), en cuyo artículo 8 se definen “funciones y competencias”. De ellas destacaron la de «administrar» ciertos bienes y, en particular, la que los obliga a “mantener la infraestructura ferroviaria que le sea asignada”.
Sin embargo, no puede negarse que la medida adoptada puede sonar no solo antipática sino exagerada. Así lo consideró el abogado especialista en derecho constitucional Andrés Gil Domínguez. Destacó que “toda medida de restricción tiene que estar razonablemente fundada en un objetivo justificado” y que, en este caso, “no pareciera que entrar a un baño público sea un objetivo lo suficientemente justificado como para que uno deba dejar sus pertenencias afuera en un locker”.
“Me parece que la restricción de tener que dejar tus pertenencias y demás, no está justificada por mantener supuestamente incólume la infraestructura de un baño. Es un baño público en una estación. Me parece que no es razonable la medida que han tomado. Uno pondera la restricción con respecto a lo que se quiere proteger”, resumió.
Bolsos y mochilas, al locker
Al margen de su pertinencia, los usuarios empiezan a vivir la medida como un incordio. Una pasajera del tren Mitre que habló con este medio se quejó crudamente de la decisión. Contó que todos los días se baja en la estación de Retiro y que, como va al trabajo, suele llevar una mochila con sus cosas personales, incluyendo una computadora portátil. Su sorpresa, este miércoles, fue total.
«Aunque tengo que decir que ya hace unos días venía viendo que se armaba cola para entrar al baño de varones, cosa que me venía llamando la atención porque las colas siempre son para usar el baño de mujeres. Había una persona de seguridad en la puerta de ese baño. En el de mujeres no pasaba nada y uno entraba sin problemas”, recordó.
«Pero cuando ayer (el miércoles) pasaba el molinete y miré para el lado del baño –para chequear que no estuviera cerrado, como pasa muchas veces– vi que había un sector con una faja de seguridad. Me llamó la atención. Cuando me acerqué había dos personas de seguridad, un hombre y una mujer. No eran policías”, apuntó.
“La mujer entonces me frena y me dice ‘señora, tiene que dejar la mochila en el locker para entrar el baño‘. ‘¿Qué?‘, le digo, ‘¿desde cuándo? ¿Cuál es el argumento?‘ No lo pudo explicar. Me dice que es una nueva disposición y que por favor deje la mochila y me da el candado con una llave”, explicó la pasajera.
Sinsabores de los baños públicos porteños
Desde el punto de vista de Trenes Argentinos, el sistema es de uso sencillo. “Llegan, guardan las cosas en el locker, se les da una llave, van al baño. Y listo”, sintetizaron.
Pero la pasajera consultada vivió una experiencia distinta: “Por suerte no tenía la mochila muy cargada, porque, ¿y si la tenés gordita y no entra? ¿Ahí qué pasaría? La verdad, sentí que lo único que hacen es ponerte obstáculos para todo. Te la pasás corriendo para dejar al pibe en la escuela, agarrar el tren, llegar al trabajo más o menos a horario. Llegás a la terminal, te estás meando y, ¿encima tenés que hacer la movida de dejar la mochila en un locker porque se presume que sos un delincuente que se va a afanar algo?”.
Los veceros de Trenes Argentinos clasificaron la colocación de estos armarios como “un acto de administración” en pos de “mantener la seguridad” y “la infraestructura en estado adecuado”. Para la usuaria, en cambio, “si la idea es mantener un estado adecuado de los baños, sería bueno que pusieran papel higiénico y jabón. Es algo que hasta hace un tiempo ocurría, pero ya no”.