Pasantías mineras: la ilusión de los jóvenes estudiantes
Un grupo de seis alumnos pertenecientes a la EET Darío Arias, de la localidad de El Bordo, cuya orientación es hacia la formación de Técnicos Químicos y Técnicos en el Control de la Alimentos, fueron seleccionados para realizar pasantías en la empresa Ganfend, que se encuentra ubicada en el Salar del Llullaillaco, en el proyecto Mariana, a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Las pasantías consisten en 15 días de trabajo por 15 de descanso. Tomás Quinteros y Joaquín Singh fueron los primeros en subir. «Estas prácticas son fundamentales para mi futuro laboral. Están cambiando todas las perspectivas que tenía sobre mi futuro. Es un lugar muy agresivo, pero por suerte nos hicieron sentir muy cómodos» expresó Tomás.
Para estos alumnos, el aprendizaje fue intenso, realizando tareas como el lavado diario de las bombas, control de las bateas de evaporación, controles sobre la salmuera, densidad, volumetría, humedad, gravimetría, determinación del CI, fueron algunas de sus responsabilidades.
«Debíamos cumplir con 8 horas laborales, rotamos en distintos puestos de la planta, como ser de geología, parque solar, laboratorios en planta. Aprendimos el proceso de la obtención de cloruro de litio. Estoy muy satisfecho con la experiencia, porque me sirvió para entender cómo funciona el mundo del trabajo; una experiencia de esta magnitud te prepara para el mañana. El trabajo en campo es muy distinto al ámbito de la educación, donde solo se puede ver teoría. En la práctica hay otros factores que juegan, como la responsabilidad de hacer un buen trabajo de cual depende el producto final, levantarte temprano sin que nadie esté detrás de tuyo como lo hacen tus padres», manifestó el estudiante.
Enfrentar 15 horas de viaje se torna agotador. La altura también juega un rol determinante, el clima agresivo, muy ventoso con temperaturas de 7 grados bajo cero en primavera. «Imaginamos que en invierno debe hacer mucho más frío.
Por suerte nos cuidan bastante, con ropa adecuada. No nos sentimos solos, la tecnología nos acerca a nuestras familias con quienes mantenemos un permanente contacto», manifestó Tomás.
Una vista del volcán Llullaillaco y el salar en la región.
Sobre la preparación de los alumnos de la EET Darío Arias, el profesor Martín Reque, a cargo de los estudiantes afectados a la minera explicó: «Nuestro fuerte es la materia Química. Contamos con un compendio de químicas que permiten a nuestros futuros Técnicos Químicos egresar con una sólida formación, en condiciones óptimas para hacer frente al mundo del trabajo como la minería».
Para la incorporación de los alumnos a la planta en el salar, personal de Ganfeng, realizó charlas en la institución educativa, donde pudo conocer sobre el nivel de capacitación de los estudiantes.
Como resultado de esas charlas, fueron sugeridos el refuerzo en la enseñanza sobre algunos puntos que la empresa necesita. «Con el cuerpo de profesores trabajamos en reforzar esos puntos; es decir, le dimos a algunas de nuestras materias la orientación que estas empresas necesitan», manifestó el profesor Reque. Cuando Tomás y Joaquín regresaron, otros dos alumnos subieron en su reemplazo, mientras que un tercer par de pasantes, fueron destinados al proyecto Pozuelos Pastos Grandes.