6 de octubre de 2024

No tan plásticos: crece el uso de las tarjetas prepagas pero más de la mitad son virtuales

Aunque las tarjetas prepagas distan de ser el medio de pago favorito de los argentinos, en los últimos años se ve una adopción progresiva, especialmente entre los «centennials», que comienzan a operar con ellas a través de billeteras virtuales y plataformas de inversión digital. En el último semestre, según un estudio privado, la cantidad de tarjetas prepagas aumentó en casi un 50% y se disparó su uso: el volumen creció más de 325% respecto a lo que se veía un año atrás.

Los datos surgen del último informe semestral de Global Processing, una procesadora de pagos que centra su negocio en el mundo fintech, y le ofrece servicios a empresas como Naranja X, Ualá, Personal Pay, por citar algunas. El informe analiza las tendencias en este segmento y muestran un punto: más de la mitad ( el 51%) de estas tarjetas son virtuales, lo que da cuenta del incremento en la digitalización de los pagos de la vida cotidiana.

Según el GP Insgiht, solo el 48,7% de los usuarios de tarjetas prepagas precisa el plástico asociado para pagar. La cantidad de tarjetas 100% virtuales crecieron cerca de un 130% en el último año.

Las tarjetas prepagas crecieron de la mano de las billeteras virtuales y apuntan a un público que en su mayoría, no estaba bancarizado. Muchas aplicaciones otorgan este tipo de credencial como una puerta de entrada al mundo de las finanzas personales: su uso requiere un fondeo previo, es decir de «cargar» dinero en la app.

«Es un producto que viene del el ecosistema fintech y por supuesto con un espíritu muy concreto de inclusión financiera. Tenemos dos grandes pilares en este tema: uno es la inclusión financiera persé donde hay personas que se incorporaron al sistema de pagos digitales sin necesariamente pasar previamente por el sistema bancario. El segundo es la digitalización del dinero tiene que ver con empezar a armar ecosistemas de pago y cobro dentro de billeteras y en vuelta con los bancos, que fue incrementando cada vez más el reemplazo del efectivo», dijo en diálogo con Clarín Patricia Furlong, CEO y Presidente de Global Processing.

Justamente por este perfil, estas tarjetas son más usadas entre los sub24 que en otros rangos etarios. Según el estudio, cuatro de cada 10 tarjetas prepagas pertenecen al segmento de entre 13 y 24 años, las llamadas Generación Z y Post Z. Los más jóvenes usan estas tarjetas en formato virtual para hacer compras en el rubro de gaming y entretenimiento, servicios profesionales, gastronomía, y servicios de TV y streaming. En tanto, el plástico es más usado para las compras en super, gastronomía y combustible.

Eso sí: el estudio revela que a medida que las personas son más grandes, el ticket promedio aumenta, mientras que la Generación Z y Post Z hacen operaciones más bajas. «Desde el punto de vista de los baby boomers vemos adopción del producto, a pesar de que no estén tan cercanos a la tecnología. Y el otro extremos son las generaciones más jóvenes que ya están adoptando el producto desde la adolescencia y que van a diseñar el ecosistema de pagos de los proximos cinco o diez años», dijo Furlong.

Nuevas ocasiones de pago

Los pagos digitales pueden crecer en la Argentina de la mano de dos de las últimas medidas del Gobierno: la apertura de la tarjeta SUBE, que permitirá que los usuarios abonen el pasaje en el transporte público con tarjetas de crédito, débito o prepagas, la digitalización de las propinas y la obligación que tienen los comercios desde el mes próximo de acercarle el pos al cliente a la hora de pagar, de manera que este no pierda el control nunca de sus credenciales.

El trabajo de Global Processing muestra que de enero a junio de este año el 42% de los pagos con tarjetas prepagas se procesa mediante dispositivos de pagos contactless, el mismo sistema que actualmente utiliza la tarjeta SUBE. En tanto, el 25% de las operaciones con prepagas representan compras a través de ecommerce. Le siguen los pagos a través de tarjetas con chip (terminales de pago en comercios físicos), y el débito automático con un 11% de las transacciones.

Clarín

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