Miles de venezolanos esperaron los resultados en las calles de Buenos Aires y al final hubo mucha bronca frente a la embajada
De la euforia y esperanza a la desilusión porque nada cambiará, casi sin escalas. Así viró el ánimo de los miles de venezolanos que esperaron en las calles de Buenos Aires los resultados de las elecciones presidenciales de su país, ilusionados con el final de 25 años de dictadura chavista. Cuando se conoció el escrutinio oficial que proclamó la continuidad de Nicolás Maduro en el poder, pasada la 1 de la madrugada, en algunos además estalló la bronca y hubo incidentes frente a la embajada venezolana, uno de los puntos donde la vigilia fue más numerosa.
La violencia duró unos pocos minutos, en los cuales un pequeño grupo de manifestantes lanzó botellas contra el frente de la sede diplomática ubicada en Luis María Campos y Ravignani, y golpeó el vallado policial. Pero no fue necesario la intervención de los agentes para dispersarlos: sus propios compatriotas los convencieron de no continuar.
Miles de venezolanos residentes en la Argentina esperaron los resultados en la Plaza Intendente Seeber, en la intersección de las avenidas Del Libertador y Sarmiento. Empezaron a llegar alrededor de las 17 y se mantuvieron en vigilia hasta la noche. A unas veinte cuadras de allí, frente a la embajada donde algunos pocos pudieron votar, la concurrencia se volvió procesión: en autos y en las veredas, la zona se tiñó de banderas y la expectativa, en una víspera por un cambio .
La vigilia en la plaza frente a la embajada de Estados Unidos contó con la presencia de varios dirigentes locales, entre ellos la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Había sido convocado por el comando de campaña de Vente Venezuela, el partido liderado por María Corina Machado.
La embajada de Venezuela en Argentina cerró como centro electoral después de las 18, la hora de cierre estipulada por la ley electoral siempre que no haya electores a la espera de votar. En el país, sólo estaban habilitados 2.638 venezolanos para hacerlo. Según informó Adriana Flores, representante en Argentina del comando Vente Venezuela, el partido de Machado, en Argentina votaron 1.149 personas. Pero nadie abandonó el lugar.
Muchos de los venezolanos hicieron una caravana, alzando banderas, con bocinazos y entonando canciones populares mientras se dirigían al lugar de la otra concentración. El ida y vuelta de un punto al otro le dio color a la fría noche porteña.
Tanto que, entrada la madrugada, y para prevenir situaciones tensas, la guardia de la Policía Federal que estaba frente a la Embajada de Venezuela se puso detrás del vallado de protección. El trascendido era que la embajadora chavista Stella Lugo, aún permanecía en la sede.
Lugo había tenido un duro intercambio con Bullrich, que le contestó con que había mandado ese cordón. Más temprano, la ministra de Seguridad había sido una de las oradoras del acto en la plaza, por el que fue cuestionada por funcionarios de Venezuela. Con ella hicieron presencia de la senadora Andrea Cristina (del PRO por Chubut), el diputado nacional Fernando Iglesias y el legislador porteño Pablo Donati, entre otros.
En un discurso de poco más de 10 minutos, Bullrich dio palabras de aliento para el público venezolano que la escuchaba, comparó el estado de Argentina con el de Venezuela, alabó la postura de María Corina Machado e instó a muchos venezolanos a «reconstruir su país».
La concurrencia entonó el Himno Nacional y cánticos como: «No quiero bono, no quiero CLAP, lo que yo quiero es que se vaya Nicolás [Maduro]». CLAP es el acrónimo de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, el nombre con el que el gobierno de Maduro designó cajas de comida subsidiadas que se distribuyen desde 2016 a raíz del desabastecimiento y la crisis económica del país.
«La conocí a María Corina joven, muy joven, cuando las dos, aquí recuerdo, hicimos una serie de conferencias contando lo que pasaba en Venezuela. En ese momento, parecía una dirigente radicalizada, donde algunos decían no es la dirigente que necesita Venezuela, necesita a alguien más negociador. ¿Qué corno vas a negociar con Chávez y Maduro? ¡Nada! Y así pasó, así fue, que aquellos que mantuvieron una línea clara, intransigente, fueron los que hoy están en condiciones de decirle al pueblo de Venezuela: vamos a liberar a Venezuela de la dictadura más brutal que tuvo la historia de Venezuela [sic]», dijo en su discurso.
Bullrich secundó la postura del primer mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva. «Bien le contestó el presidente de Brasil, le dijo: a los votos se le contesta con votos, si uno pierde una elección, se va a su casa. Nada de decir ‘voy a sacar al Ejército, a las Fuerzas Armadas, a la policía, a la gente’. Perdés la elección, te vas. Y eso es lo que tenemos que garantizar en el mundo entero y en Venezuela. Porque la van a perder a la elección, porque se acabó el tiempo de la dictadura venezolana».
Además, la ministra de Seguridad instó a los venezolanos a apostar por la reconstrucción en caso de que Edmundo González Urrutia ganara las elecciones: «Lo que no puede gobernar nunca más es una dictadura, lo que sí puede gobernar es una democracia. Por eso les pido que tengan paciencia, que vayan a reconstruir su país, que vayan todos y cada uno en lo que sabe hacer: si es constructor, si es profesional, si es estudiante, vayan a reconstruir el país porque los va a necesitar a todos y cada uno de ustedes».
Historias de venezolanos con esperanzas
Una venezolana que acudió a la convocatoria fue Oriana Cedeño (27), quien llegó a la Argentina en agosto de 2016. Cedeño no pudo inscribirse para votar en la embajada porque no contaba con el pasaporte actualizado. Sin embargo, cuenta a Clarín que quiso acudir a la plaza para mostrar su solidaridad y manifestar su apoyo por unas elecciones transparentes. Para ella, esta elección es distinta a otras. «Está Dios de por medio, antes había mucho rencor, mucho resentimiento y creo que ahora todos estamos unidos, todos queremos un cambio».
Con sus 65 años, Edis Valderrama también opina que esta elección es diferente. Se siente esperanzada por la posible victoria de Edmundo González Urrutia. Su madre de 90 años votó en Venezuela, en el estado Trujillo, y ella lo considera como un ejemplo inspirador. Sonríe cuando habla de la manera en que se ha sentido bienvenida en Argentina y no descarta volver a pisar Venezuela si hay un cambio de gobierno.
Antes y después del discurso de Patricia Bullrich se presentaron varias agrupaciones venezolanas: una banda de calipso, una compañía infantil de danzas folclóricas, dos cantantes de música llanera y la participación de Steffania Uttaro, conocida por haber participado en La Voz Argentina y haber sido semifinalista en la edición de 2021 del show.