20 de septiembre de 2024

«Más de 20.000 jóvenes y adultos están terminando sus estudios primarios y secundarios en Salta»

Adolfo Montenegro, director general de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, dialogó con El Tribuno sobre los desafíos de la matrícula fluctuante en las instituciones educativas para adultos. Con un enfoque innovador y adaptativo, Montenegro y su equipo implementaron estrategias como la refuncionalización de cursos y la reubicación de aulas en lugares estratégicos para mejorar el acceso educativo. Además, contó que se integró la formación laboral con la educación secundaria para ofrecer una doble certificación, preparando así a los estudiantes no solo para finalizar sus estudios, sino también para una efectiva inserción en el mercado laboral.

¿Hay problemas de matrícula en las escuelas para jóvenes y adultos?, ¿cuál es la situación?

Este año nos pusimos como plan de trabajo fortalecer las instituciones educativas de la modalidad. ¿En qué sentido? En que, si bien la matrícula nuestra es muy fluctuante, porque tenemos muchos estudiantes que por cuestiones laborales van y vienen, entonces lo que hacemos es refuncionalizar algunos cursos y vamos moviendo las aulas para dar respuesta, inclusive en algunos contextos laborales. Por ejemplo, en mayo, hemos inaugurado el aula de un BSPA, en el Mercado San Miguel. Hemos movido un aula, un curso de BSPA que estaba en el barrio La Loma, lo mandamos a San Lorenzo, primera vez que el municipio cuenta con una oferta secundaria de jóvenes y adultos.

También este año movilizamos el anexo que funcionaba en la Ciénaga, lo hemos reubicado en Atocha para dar respuesta también a esa población, entonces de esa manera nosotros trabajamos mucho la geolocalización de nuestras ofertas.

Así vamos moviendo y dando respuesta donde realmente están necesitando y hay demanda. Ante la falta de matrícula en algunos casos, tratamos de ir dando respuesta a estos contextos y por supuesto garantizamos la estabilidad laboral del docente.

«Se mueven las aulas, los anexos, vamos creando aulas anexas y así dando respuesta a otros contextos que los necesitan».

Por ejemplo, tenemos un BSPA en Capital que tiene aulas anexas a la legislatura, en Cofrutos y en el Mercado San Miguel. Tres aulas que están funcionando fuera de la escuela sede, y de esa manera estamos dando respuesta a estos contextos laborales, estamos vinculándonos con el mundo laboral, poniendo énfasis inclusive hasta dar doble certificación, porque estamos pensando que la oferta educativa tiene que ser lo más atractiva para el adulto. No solamente con que se reciba y termine sus estudios primarios o secundarios, sino también pensar en una doble certificación con algunos cursos de formación laboral.

Entonces, el estudiante sale con un título secundario, pero a su vez también sale con una formación profesional. Así, le damos herramientas para que se inserten de manera efectiva y de calidad en el mercado laboral.

En las escuelas sedes, ¿se nota mucho la baja en la matrícula?

En algunas instituciones sí, en otras no tanto. Al contrario, tenemos instituciones que han crecido mucho este año con la matrícula, pero también depende mucho de la gestión, de los directores, del trabajo. Nosotros hacemos un trabajo social muy importante, más allá de lo educativo, ¿verdad? Trabajamos con poblaciones vulnerables, poblaciones que ya trabajan, madres, padres de familias ensambladas, problemáticas de violencia de género, de adicciones. Es una realidad que tenemos que atender fuertemente.

Y la matrícula es fluctuante y nuestra ventaja es que tenemos dos periodos de inscripción en el año. En febrero y después del receso invernal. Entonces, aquel estudiante que no logró ingresar en febrero o marzo, puede ingresar en agosto. Todo agosto hemos estado con inscripción, inclusive algunas instituciones siguen inscribiendo. De esa manera flexibilizamos la cursada también.

¿En qué consiste la semipresencialidad?

En el caso de primaria, asisten dos o tres veces a la semana. El maestro se convierte en tutor, arma guías de aprendizaje para aquellos que por cuestiones laborales no pueden ir de lunes a viernes. En el nivel secundario lo mismo. La institución piensa en dispositivos para dar respuesta a características muy puntuales. Por eso es que nuestro diseño curricular es muy flexible. Y al ser modular, al estar pensado más en el desarrollo de capacidades nos permite que el estudiante pueda ingresar, permanecer y egresar.

¿Cuántos jóvenes y adultos hoy están realizando su secundaria o primaria en Salta?

En secundaria tenemos 83 BSPA con una matrícula de 14.500 estudiantes. En primaria, hay 44 núcleos educativos distribuidos en toda la provincia, con una matrícula de 7.500 aproximadamente. Es decir, más de 20.000 jóvenes y adultos están terminando sus estudios primarios y secundarios.

Llama la atención la cantidad de personas que cursan su primaria…

Sí, es una matrícula histórica en Salta. Siempre han sido adultos mayores y muy pocos jóvenes. Actualmente tenemos una población más joven que adulta o adulta mayor.

¿Y el perfil de los que cursan secundaria?

Entre 18 y 30 años es nuestra mayor franja poblacional. Tenemos alumnos con discapacidad también. Este año nos hemos propuesto dar respuesta, atender, contener y garantizar el derecho a la educación que tienen los jóvenes y adultos con discapacidad.

¿Qué porcentaje de adultos termina en el tiempo establecido sin volver a interrumpir sus estudios?

Los que trabajamos en la modalidad tenemos este criterio. Si el alumno pasa el primer año, es muy difícil que deje, porque ya se entusiasmó, los mismos compañeros los llevan a que pueda continuar con sus estudios Solo por cuestiones muy excepcionales puede volver a dejar la escuela. Nosotros tenemos más o menos un promedio de retención del 60 al 70 por ciento.

Y el de deserción, ¿cuál es?

De deserción tenemos entre un 30 y 40 por ciento, pero inclusive, ese alumno que deja algunas veces vuelve. Capaz deja un módulo y después retoma. Hay una multiplicidad de variables que intervienen. No solamente la cuestión económica, sino también cuestiones familiares, personales, laborales. Tenemos mucha población golondrina que en época de cosecha, por ejemplo, en el sur se van y después vuelven. Ahí ¿cuál es nuestro objetivo? Que si el estudiante se va por cuestiones laborales cuando vuelva no tiene que empezar de cero. Como institución tenemos que garantizar la continuidad educativa.

Eltribuno

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *