11 de octubre de 2024

Mario Blejer: «Milei no tiene que devaluar, pero el costo del ajuste es muy alto»

Mario Blejer hojea sobre la mesa de su living un resumen de las noticias económicas más importantes de la semana. Con 75 años, el extitular del Banco Central durante la crisis del 2002 está sorprendido con el recorte del déficit y la baja de la inflación desde la asunción de Javier Milei. En medio de la suba del dólar y a contracorriente de sus pares, cree que el Presidente «tiene razón» en evitar una devaluación y un rápido desarme del cepo.

Dos décadas después de su paso por el FMI y la transición entre Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde, ve algunas similitudes con la etapa actual, aunque sigue pensando que la dolarización «no vale la pena». También advierte fallas en el plan de ajuste, por lo cual «no podés llegar a un nuevo equilibrio con 50% de pobreza y cortes de calles», y ante un nuevo freno de la Ley Bases asegura que hace falta un «gobierno de coalición».

Milei asegura que no hay atraso cambiario, ¿es así?

– No puede negar de que el dólar se movió menos que los salarios. Después está la discusión desde cuándo lo medís. Si lo hacés desde el principio del primer gobierno de Kirchner hasta ahora, es muy difícil ver una tendencia. Históricamente no hay una tasa de equilibrio.

– Entonces, ¿tiene razón?

– Si tomamos el periodo de Milei, se creó un atraso. El dólar subió por detrás de la inflación y los salarios, el valor del dólar bajó en Argentina y la inflación en dólares aumentó. Es menos competitivo de lo que era antes, hubo atraso cambiario en todas las crisis. Ahora, si para salir de eso tenés que devaluar, Milei tiene razón en que no vas a resolver el problema devaluando. Resolvés el atraso del dólar, pero vas a tener más inflación, las expectativas dadas vueltas y vas a mostrar el fracaso de tu programa. La desventaja no es el dólar, sino que sos menos competitivo, es lo que busca corregir la Ley Bases.

– ¿Y tampoco hace falta acelerar el deslizamiento del dólar?

– No, porque la tendencia de la inflación seguirá siendo a la baja y se acercará al 2% del crawling peg. La Argentina tiene un tipo de cambio real mal diseñado. Solamente para empezar a corregir distorsiones hacía falta un paquete de 600 leyes, una barbaridad. Pero el dólar no es el único problema. Los que dicen que no hay que devaluar tienen que decir que van a ganar competitividad mejorando el costo del capital, el costo de contratar trabajo, la calidad del producto. No digo que no hay atraso, sino que no se resuelve solo devaluando.

– El Gobierno dice que falta para levantar el cepo…

– Si dicen que el dólar está en equilibrio o atienden los desequilibrios sin crear una crisis, se puede proponer un plan que libere el mercado de divisas. Sin cepo, va a haber más importaciones y giro de utilidades que hoy están controlados. Pero no se va a resolver la falta de competitividad. Y con los sindicatos y el Congreso, hacer cambios importantes es difícil. Tenían una propuesta de cambio seria y tuvieron que desarmarla en pedacitos.

– ¿No hay que levantar el cepo entonces?

– Tenés que seguir interviniendo sobre el mercado cambiario porque tenés un problema monetario heredado y con el cepo es más fácil de sobrellevar. Pero no digo que no haya que sacar el cepo, sino que deben hacerlo con cuidado.

– En el 2002, ustedes devaluaron y después la pobreza llegó al 52%. ¿Ve similitudes con la situación actual?

– Si, pero había mucho desempleo. Es muy parecido en que faltaba equilibrio en los mercados y estaba la posibilidad de un colapso. Aunque mucho peor porque tenías una crisis bancaria que ahora no hay y necesitabas el corralito porque si no los bancos quebraban. Pero no lo pusimos nosotros, yo llegué al Banco Central y ya estaba el corralito. Yo era vicepresidente, pero nadie me preguntó nada, lo hizo Cavallo. Entonces teníamos que sacar el corralito antes de hacer una corrección de lago plazo. Ahora, es distinto. Por más que Milei diga otra cosa, el Banco Central nunca sufrió iliquidez. Muchas veces se lo piensa como un banco comercial. En lo formal puede quebrar si tiene más obligaciones que activos, pero en la práctica puede crear sus propios activos, que es la credibilidad.

– Entonces, el Banco Central que recibió Milei no estaba quebrado…

– Había un capital negativo, pero eso no importa porque tiene capacidad de emitir sus propios pasivos. A menos que deje de circular la moneda. Si pasa eso, el Banco Central está en apuros. Ni en las peores hiperinflaciones la gente no quiso aceptar el dinero. Los alemanes en la hiperinflación todos los días te sellaban tres ceros más en los billetes porque la gente los necesitaba.

– La inflación bajó al 8,8% en abril, ¿era para festejarlo como un “gol”?

– Si vas perdiendo 6 a 0 y haces 2 goles, estás contento, pero no es para celebrar porque vas perdiendo. Es mejor observar la inflación núcleo, que no incluye la energía, las cosas que tienen precios fijos y que el mercado no determina su precio. Si quieres evaluar la política antiinflacionaria, es más importante mirar la variable que se relaciona directamente con la política monetaria y fiscal. Esa es la núcleo e indica que estás recuperando el equilibrio, cayó mucho.

– ¿Y cuál es la explicación?

– El gobierno tomó medidas inéditas: bajar de repente la emisión monetaria, controlar el déficit fiscal. Creó mejores expectativas.

– Eso parece un shock recesivo que reduce la actividad, el consumo, la inversión y los precios.

– Si cortás el déficit y la emisión monetaria, la inflación va a bajar. Pero el costo del ajuste es muy alto porque no pudiste evitar el desplome. La transición tiene que ser menos costosa. Llegar a acuerdos con empresas y sectores.

– ¿Puede haber una recuperación rápida con suspensiones y despidos?

– Esa es una falla del programa, la falta la compensación para evitar que el costo sea alto. El éxito del programa depende de llegar a un nuevo equilibrio y no puede ser con 50% de pobreza y cortes de calles. Tienen que ser medidas más racionales, crear un ambiente más positivo de inversión que lidere la recuperación. Sino son parches.

– Milei le pidió a los empresarios que “pongan las pelotas” e inviertan…

– El que tiene que poner y dirigir es el gobierno. Nadie va a invertir por patriotismo en un país que no es rentable. Tiene que mostrar liderazgo, un gobierno que no tiene capacidad de sacar sus propias leyes y no tiene respaldo político importante es difícil. La Ley Bases es muy importante como muestra de la capacidad de gobernar. Es mucho mejor tener una legislación laboral normal.

– Ustedes en el 2002 no necesitaron esas leyes para salir de la crisis…

– Si, es cierto, se recuperó porque la caída no había sido tan devastadora. Tenías capacidad instalada y tomamos medidas más o menos racionales, se abrió el mercado de capitales con tasas de altas cuando se eliminó el corralito. Y cuando empezaron a haber ganancias, la gente vio que la economía no se iba al tacho. El Gobierno tiene que negociar, si no no va a poder mantener nada. No le gusta mucho negociar nada. Tiene que haber un gobierno de coalición.

– El Gobierno acordó un bono con las energéticas, postergó aumentos de tarifas y no prevé compensar a jubilados. ¿Se sostiene así el superávit fiscal?

– Lo que perdieron los jubilados es porque los licuaron al igual que los ingresos. No me parece sostenible ni siquiera deseable que el ajuste lo haga con los sectores más vulnerables, pero también se generó una bola de pasivos cuando metieron todos los afiliados que no habían hecho contribuciones. Ahora, con los productores de energía sí tendría que tener cuidado con no dañar un sector crucial porque tenés una ventaja comparativa escondida y va a crecer fuerte.

– Ustedes pensaron un plan de dolarización en el 2002, ¿es viable ahora?

– Lo hablamos una vez con Pedro Pou (extitular del BCRA), él era gerente, y después lo sacamos de la mesa. Hoy, no creo que valga la pena. Si llegas a un equilibrio monetario con el Banco Central funcionando bien, no necesitás dolarizar. Entonces, ¿para qué hacer un cambio en el sistema tan disruptivo?.

Clarín

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