Lucha contra el narcotráfico y seguridad de los pobladores de frontera: el objetivo de los organismos de controles
En el transcurso de la semana el ministro de Seguridad Marcelo Domínguez junto a la secretaría de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, se reunieron con autoridades de las diferentes Fuerzas Federales de Seguridad y de la Policía de Salta. El encuentro tuvo como objetivo evaluar las gestiones del denominado «Plan Güemes», mientras se aguarda la llegada de más recursos humanos y tecnológicos para vigilancia y control en la frontera norte, más específicamente a la que separa a la localidad salteñas de Aguas Blancas y su par boliviana Bermejo.
En el transcurso de la semana el ministro de Seguridad Marcelo Domínguez junto a la secretaría de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, se reunieron con autoridades de las diferentes Fuerzas Federales de Seguridad y de la Policía de Salta. El encuentro tuvo como objetivo evaluar las gestiones del denominado «Plan Güemes», mientras se aguarda la llegada de más recursos humanos y tecnológicos para vigilancia y control en la frontera norte, más específicamente a la que separa a la localidad salteñas de Aguas Blancas y su par boliviana Bermejo.
Ambas comitivas de las que participaron el director Nacional de GNA Claudio Brilloni, el prefecto Nacional Naval de la PNA, Guillermo Giménez Pérez, el jefe de la Policía Federal Argentina, Luis Rolle, visitaron los lugares donde se instalarán los refuerzos federales que llegarán al departamento Orán y evaluaron la logística para que opere la primera base de Prefectura Naval en la provincia.
Un descontrol en todo sentido.
El pasado 1 de octubre y luego de la detención del ex intendente de Aguas Blancas Carlos Alfredo «Conejo» Martínez, el gobierno de la provincia designó al frente del municipio de Aguas Blancas en el cargo de interventor a Adrián Zigarán quien venía de cumplir idénticas funciones en la localidad sanmartiniana de Aguaray y en la otra localidad fronteriza con Bolivia, Salvador Mazza. Consultado por la situación de Aguas Blancas la graficó como «bastante descontrolado lo que sucede pero no solo en Aguas Blancas sino en toda la zona; los funcionarios nacionales que están acostumbrados a otro tipo de lugares se encontraron con el denominado Puerto Chalanas donde todo es un enorme descontrol que no responde a ningún canon, ni franquicia ni nada conocido. Pero lo que dejaron en claro es que el objetivo es la lucha contra el narcotráfico y garantizar la seguridad de los habitantes de frontera. La síntesis sería algo así: se combate el narcotráfico y se controla el «bagayeo».
Zigarán consideró: «No solo hay que poner órden en el puerto chalanas sino a todo lo largo de la ruta 50 que une Aguas Blancas con Orán donde los vehículos -el que sea y del porte que les sea necesario- usan hasta las banquinas de la ruta, circulan alta velocidad, cuando pueden usan la mano contraria y es todo un caos que inclusive va más allá del bagayeo. El sentido común indica que prácticas que llevan años es difícil pretender normalizarlas al 100 por ciento porque eso implicaría una pueblada, un análisis que creo compartimos con el intendente Lara Gross de Orán y que de hecho ya sucedió o al menos hubo amenazas del lado boliviano cuando se anunció que se intensificará el control en las fronteras. Lo fundamental es actuar en la seguridad para que no vuelvan a aparecer víctimas de ajustes de cuentas asesinados y que el tema del narcotráfico no cruce el cauce del Bermejo. En cuanto al contrabando creemos que se debe controlar porque el objetivo no es ese bagayero que vende una docena de medias y que lo que gana le alcanza apenas para la comida diaria. Sabemos que hay que aceptar cierta flexibilidad pero no ese descontrol total; en los laterales de la ruta 50 se han levantado construcciones en material sobre terrenos que pertenecen a Vialidad Nacional y que están ocupados en la mayoría por pobladores de nacionalidad boliviana; se instalaron en las laderas de los cerros con el peligro que eso implica y el contrabando a gran escala está creciendo con el perjuicio enorme al comercio legal, instalado».
Como medida que le corresponde al municipio Zigarán anunció que «se ordenará el tema de las calles porque las viviendas no tienen número por eso se da el caso que en una sola -Balcarce 30 por ejemplo- corresponde al domicilio que declaran 500 personas. No queremos que haya más calles identificadas sin número que acá es lo más habitual y que todas las calles tengan nombres» precisó.