9 de octubre de 2024

Lorenzo Sánchez, el salteño que no se rindió ante las adversidades y lleva 40 años en el oficio de “pochoclero”

Lorenzo Sánchez, es un salteño del barrio El Milagrito, que a diario se gana la vida a través de la venta de pochoclos que fabrica en su carrito. Es el medio de subsistencia que le dio la oportunidad de conseguir su ansiada independencia, tras vivir desde niño una dura realidad por pertenecer a una familia de trabajadores rurales muy humildes. Se lo puede encontrar en calle España y Mitre, sobre todo por las tardes, con una gran sonrisa, que refleja la alegría que tiene de contar con un trabajo que le gusta hacer y a su vez poder transferir el oficio a sus hijos y nietos, como “una alternativa para afrontar tiempos difíciles”. Remarca con orgullo que ya cuenta con 40 años en el trabajo de “pochoclero”.

Con el rostro visiblemente emocionado y sus ojos llenos de lágrimas, que de a poquito desbordan por su cara, el hombre rememora cada vivencia que le tocó atravesar. Resalta que hubo días y noches que junto a su familia no tuvieron para comer y pasaron hambre. Ocurría siempre al terminar la época de cosechas del tabaco. Pasó por múltiples trabajos en la calle desde su adolescencia, tanto en la cosecha como así también haciendo ventas ambulantes. Sin embargo, recuerda con gran alegría que logró establecerse y sostener a su familia compuesta por su esposa e hijos, con su trabajo diario como “pochoclero”.

En diálogo con El Tribuno, Lorenzo Sánchez, contó: “Yo vivo en el barrio El Milagrito, vengo del Carril pero nací en la Merced. Mi historia es un poco triste, ya que vengo trabajando desde muy chico. Pasé por mucho sufrimiento, cuando llegué a la ciudad tenía 7 años y mis padres eran trabajadores rurales muy humildes que trabajaban en el tabaco”.

Y relató: “Cuando se terminaban las cosechas, muchas veces pasamos días y noches sin comer. Pasamos por mucho hambre. Cuando llegamos nos instalamos en el barrio Vélez Sarfield. Por eso yo trataba de ayudar a mi familia vendiendo diarios, como ambulante y siempre trabajé en distintas cosas. Después a los 15 años hasta incursioné en la música, cantaba cumbia tropical. Pero, por la situación difícil económica decidí comprarme un carrito, ya que siempre veía el modo de trabajar en la calle de los pochocleros”.

Salió adelante y formó a su familia

Luego, Sánchez comentó que allí conoció su mejor oficio y tras eso se caso y formó a su familia. “Después conocí a mi esposa y a los 24 años me casé. Hoy en día mi carrito de pochoclos es mi sustento de vida. Cómo siempre estoy en la calle veo tantas situaciones difíciles. Fue a medidos de Octubre, en el día de la madre que la conocí y me casé de civil y luego por iglesia”.

Y resaltó: “Cuando conocí a mi esposa ella no sabía que yo vendía pochoclos, a mi me daba vergüenza porque era una chica muy bonita, trabajaba en una casa de familia cama adentro y yo la saqué del trabajo casada. Después ella me ayudo mucho, en las épocas del milagro que se vende mucho, mis hijos prácticamente nacieron aquí en la plaza. Nos quedamos con este oficio que amamos, gracias a dios nos va bien”.

Las ventajas del oficio de pochoclero

Además, Lorenzo, sostuvo que lo más lindo de ser pochoclero es que se conocé a mucha gente, incluso a turistas que vienen de afuera. “Charlando con varios turistas aprendí que al pochoclo en otros lados, le dicen cabritas, canchitas y pipocas. Es decir, mi oficio me dio grandes experiencias. Hasta los chinos se acercaron a comprar”.

Asimismo, resaltó que se trata de un trabajo que va traspasando de generación en generación. “A mis hijos desde los 6 años les fui enseñando y los traje. Además tenemos caramelos, garrapiñadas, algodones y ellos me ayudaban a ofrecer. Incluso mis nietos hoy en día, así como estudian, vienen ayudarme”.

Mensaje para los jóvenes

“Un mensaje para los jóvenes es que no hay nada mejor que aprender a trabajar. Gracias a dios en mi familia todos trabajamos, es más estoy construyendo carritos para el futuro de mis hijos y nietos. Me emociona saber que algo les voy a dejar, siendo empleado muchas veces te pisotean, el trabajo independiente es muy bueno”, dijo Sánchez.

Y agregó: “Hay épocas malas y buenas, pero siempre se tiene para salir adelante. Me acuerdo que también trabajé en el tabaco y me daban 10 rayas de tareas, y yo miraba el cielo y le pedía a dios que no me dejé permanecer en ese lugar, que no quería morir ahí. Le pedía que me mande algo que me abra la mente y los ojos y hoy tengo este hermoso oficio. Ya trabaje mucho así que hoy construyó mi legado”, finalizó.

Secretos de un buen pochoclo

“Los secretos para hacer un buen pochoclo es contar con ingredientes de buena calidad, tanto el maíz, aceite de primeras marcas. La miel debe ir con vainilla y así se logra un pochoclo espectacular. Eso hace que el cliente siempre vuelva, se hacen adictos a mis pochoclos y me dicen que son muy ricos”. Y dijo: “Es como todo cocinero si no le ponen ganas a la hora de hacer la comida nada sale bien, de lo contrario sale excelente, sobre todo con amor”, aseguró Lorenzo.

Eltribuno

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