La salida de la fiscal Salinas, un alivio para el «Topo»Ramos
La salida de la fiscal Ana Inés Salinas Odorisio del ámbito de la investigación penal primaria, plantea serios interrogantes sobre la continuidad de los resonantes casos que la funcionaria judicial venía investigando.
Tal como El Tribuno lo adelantara hace varios días, la fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC), conocida por su papel clave en importantes investigaciones de corrupción, fue propuesta para un nuevo cargo como titular de la Fiscalía de Impugnación en la Justicia salteña, con lo cual los casos que Salinas Odorisio venía investigando quedarán a cargo de otros fiscales. En la práctica, esto significa que las investigaciones sufrirán un claro retroceso hasta que los fiscales reemplazantes puedan adoptar la dinámica y la metodología que la titular de la UDEC desplegó desde el año 2018, cuando fue designada como fiscal penal del distrito centro.
Salinas tuvo a su cargo la investigación de resonantes casos de corrupción en varios municipios de la provincia, algunos de los cuales terminaron con destituciones y condenas, como el caso del exintendente de Salvador Mazza, Rubén Méndez y el más reciente que terminó con la prisión efectiva del exjefe comunal de Campo Quijano, Manuel Cornejo.
Los exintendentes de San Lorenzo, Ernesto «Kila» Gonza; de Iruya, Alfredo Soto y de Animaná, Ignacio Condorí, también fueron condenados e inhabilitados de por vida para ocupar cargos públicos gracias a las investigaciones de la fiscal.
En el camino, Salinas Odorisio deja imputaciones y pedidos de juicio para otros intendentes como el caso de Javier Wayar de La Merced y Sergio el «Topo» Ramos de Rosario de Lerma. De todos, este último resulta ser el de mayor expectativa, ya que el ex senador provincial y actual jefe comunal está acusado de malversación y peculado en casos anteriores a esta gestión y que quedaron inactivos por los fueros parlamentarios de Ramos cuando asumió una banca en la cámara alta de la provincia.
La fiscal Salinas Odorisio ha sido clave en la lucha contra la corrupción en Salta, destacándose por su incansable persecución de políticos corruptos en el ámbito de las comunas. Sin embargo, su nominación como fiscal de Impugnación motiva preocupación y especulación sobre el futuro de las investigaciones que ella llevaba adelante, aunque al mismo tiempo un cierto alivio en aquellos que venían siendo señalados por la tarea de la investigadora fiscal.
Su designación al frente de un órgano superior, deja entrever algunos interrogantes sobre la continuidad y el resultado final de las investigaciones de corrupción que tenia a su cargo y que ya fueron elevadas a juicio.
Salinas Odorisio, en su insistencia por revalidar su propia tarea de investigación, presentó una solicitud de continuidad en las causas que involucran a Ramos, incluso después de que este perdiera los fueros al concluir su mandato como senador provincial.
Esta nueva designación plantea una preocupación y un dilema ético. Su nuevo rol la alejará de las investigaciones directas, limitando su participación a las apelaciones. Esto genera incertidumbre sobre el futuro de las causas que con tanto esfuerzo investigó, dejando en duda, si su sucesor mantendrá el mismo nivel.
¿Quién tomará las investigaciones? ¿Se mantendrá el mismo nivel de determinación contra la corrupción? Son preguntas que nadie se atreve a responder.
