17 de noviembre de 2024

La riqueza de los billonarios latinoamericanos crece seis veces más rápido que la economía de la región

América Latina es la región del mundo en la que existe una mayor polarización de la riqueza, mucho más que Europa y hasta Africa. Y si bien, la brecha socioeconómica no es nueva, lo alarmante es el grado de profundización que tuvo desde la pandemia hasta hoy.

Según un informe de Oxfam, una organización no gubernamental dedicada a combatir la desigualdad y la injusticia, un pequeño grupo de billonarios, (porque tienen fortunas que superan los US$ 1.000 millones) acaparan 55 veces más riqueza que la mitad más pobre de la región.

Y la fortuna de estos privilegiados crece casi seis veces más rápido que al economía de la región.

Otro dato del último informe de la ONG también es contundente: “un trabajador con el salario mínimo promedio de la región tendría que trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana un billonario latino-caribeño en promedio en un solo día”, comparó.

En este contexto, el top 10 de las personas más ricas de la región está compuesto por billonarios que viven en México; Chile; Brasil y Colombia. Entre los primeros cinco mas acaudalados figuran el mexicano Carlos Slim y le siguen, en orden descendente, Germán Larrea, Eduardo Saverin, Iris Fontbona y Vicky Safra.

Slim es un empresario líder en el ámbito de las telecomunicaciones (su empresa insignia es América Móvil, que en la Argentina es Claro) y también del consumo, las finanzas y los negocios inmobiliarios. Su fortuna asciende a más de US$ 100.000 millones.

Su patrimonio junto con el de otro empresario mexicano, Germán Larrea, también con negocios en distintas áreas, concentran más riqueza que la mitad más pobre de toda la región. En el listado también figura el cofundador de Facebook, el brasilero Eduardo Saverin.

Iris Fontbona es la viuda de Andrónico Luksic Abaroa, fundador del mayor imperio económico de Chile, vinculado al negocio minero. Y Vicky Safra se convirtió en la persona más adinerada de Brasil al heredar a su marido, Joseph Safra, un banquero millonario que tenía una influencia global.

Gloria García Parra, a cargo de la Dirección regional de Oxfam en América Latina y el Caribe cuenta que una de las explicaciones más claras de la persistencia del fenómeno de la desigualdad está «en los mecanismos débiles que tiene la región para redistribuir la riqueza, sobre todo a través de los sistemas tributarios», dice.

“Los impuestos polarizan aún más la riqueza porque son los asalariados, los consumidores de bienes y servicios quienes más tributan. Y lo pone en números: pagan US$ 45 en impuestos por cada US$ 100 que consumen. En cambio, los billonarios pagan US$ 20 y muchas veces son los que tienen mayores exenciones”, destaca la directiva.

Por eso, una de las propuestas de la organización es la implementación de reformas fiscales para gravar entre 2% y 5% a las grandes fortunas y ganancias del capital concentrado.

Oxfam suele presentar sus informes sobre desigualdad económica en el Foro Económico Mundial que se realiza en la ciudad suiza de Davos. Y a través de ellos aboga por una «urgente acción pública transformadora» que priorice los servicios públicos, defienda una mayor regulación de las empresas y que aplique «impuestos permanentes sobre la riqueza y los beneficios excesivos».

Tal vez por eso, García Parra manifiesta una preocupación por la situación de la Argentina respecto de la desigualdad: “sabemos que las medidas de austeridad no son las más adecuadas para mejorar los ingresos de la población ni para sobrellevar las crisis. Todo lo contrario. Hay evidencias de altos niveles de fracaso en el recorte de los gastos sociales, la educación o la vivienda», dice.

«Si estos gastos no están soportados por los Estados, terminan afectando a los sectores más vulnerables”, señala. “Para una familia pobre, una enfermedad grave es pasar directamente a la pobreza extrema”, pone como ejemplo. En especial, en América Latina, donde una gran proporción de gente depende de la cobertura publica de salud.

Según otros datos de Oxfam, desde el año 2000, el conjunto de fortunas de los billonarios se incrementó 368%, casi seis veces más rápido que el crecimiento de la economía en la región. En 2023 la pobreza alcanzó 29,1% (183 millones personas) en la región y la pobreza extrema, al 11,4 % (72 millones de personas) . Lo que significa que la pobreza extrema se encuentra en niveles superiores a los de 2010 y que actualmente hay 2,9 millones de personas más en esta condición que antes de la pandemia.

En el caso de la Argentina, el último dato conocido de la distribución de la riqueza se vio en el crecimiento del coeficiente de Gini (que mide el nivel de pobreza) y pasó de 0,446 en el primer trimestre de 2023 a 0,467 en el primero de 2024.

La medición de la pobreza también fue récord en el primer semestre del año, según los estudios de la Universidad Católica Argentina (UCA): llegó al 55% de las personas, es decir unas 25 millones, y la indigencia al 17,5%, esto es cerca de 8 millones. Pero, a diferencia de lo que sucede en otros países de la región, a nivel local, la pobreza tiene que ver más con una caída de los ingresos (del orden del 20% al 30% real en solo seis meses) debido a la contracción económica, que con el incremento de la desigualdad.

Clarín

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