La mayoría de casos de alumnos lesionados se da en educación física
«Hace un par de meses, durante un recreo en la escuela, a mi hijo lo empujó otro compañero y como estaban sobre un escenario en el patio, la caída fue fuerte. Se abrió abajo del mentón, me llamaron para avisarme, fui y me dieron el papel del seguro. Lo llevé a la guardia y le hicieron cinco puntos. Yo tenía mucha bronca y angustia, tanto que me quejé con los directivos y también en el grupo de WhatsApp de padres», contó la madre de un niño de 8 años que asiste a una escuela pública ubicada en la zona sur de la capital salteña.
En tanto, otra mamá cuyo hijo concurre al mismo establecimiento contó que «a las 10 de la mañana me llamaron a mi celular para avisarme que mi hijo se había golpeado la rodilla. Fue en el recreo. Estaba jugando a las corridas con otro compañerito y pisó mal, se torció, se cayó al piso y se golpeó la rodilla. Cuando llegué a la escuela tenía la rodilla roja y bastante hinchada. Lo llevé al doctor y por suerte era solo un golpe y no pasó a mayores».
Testimonios como estos se escuchan a diario en escuelas y colegios salteños. Desde un colegio privado céntrico informaron que hace unos días, durante una jornada atípica, en el turno mañana, registraron seis activaciones del seguro escolar por casos de chicos y chicas que se habían lesionado jugando en un recreo.
Al ser consultado por la temática, el presidente de la Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta (Aeepsa), Pablo Pereyra, explicó que en promedio, las lesiones más frecuentes, en más de un 90 por ciento de los casos son las traumatológicas y que generalmente se suscitan en el horario de educación física. «Tienen que ver muchas veces con torceduras en dedos o alguna en el tobillo. Lo más grave que se puede llegar a dar es algún tipo de fractura en extremidades inferiores, pero no es algo muy frecuente», señaló.
Añadió que «hay que considerar que por ahí los chicos corren y chocan entre ellos y podrían llegar a golpearse la cabeza, por eso es importante hablar con ellos, explicarles y prevenir. Gracias a Dios no hay un elevado índice de siniestros, accidentes o eventos de este tipo».
Precisó que cuando un niño o niña sufre una lesión, inmediatamente se activa el protocolo del seguro escolar, se comunica a la familia, son asistidos por el servicio de emergencias y derivados para las interconsultas correspondientes.
«Siempre le enseñamos y recomendamos a los alumnos que si se golpean, avisen al profesor o profesora para que haga el llamado de emergencia y se inicie el circuito y control. Nos ha pasado alguna vez que los chicos no avisaron que se golpearon y luego a la noche, al otro día les duele un poco una torcedura de dedo, por ejemplo, y recién avisan a la familia que se molesta por la situación. Por eso les repetimos que ante cualquier problema le avisen al profesor correspondiente», manifestó.
Señaló que durante los recreos los docentes supervisan y que una medida que adoptan es que no se mezclen los chicos más grandes con los más pequeños, ya que estos últimos son más susceptibles o vulnerables si chocan con los otros y se golpean.
Los especialistas recomiendan a los padres que les inculquen a los niños evitar correr en los recreos y realizar movimientos bruscos, así como guardar especial cuidado con escaleras y superficies con altura, para evitar accidentes.
«Tratamos de que no corran y comprendan que hay distintas formas de jugar y divertirse en el recreo más que actividades o juegos físicos que podrían generar una situación de peligro. Sin embargo, las familias entienden que los niños no pueden estar sentados en el recreo porque es el momento que tienen para distenderse y relajar el cuerpo, jugar entonces la idea, no es la prohibición de la actividad sino crear conciencia y enseñarles a que no sean bruscos, que tengan mucho cuidado y se cuiden entre ellos y sobre todo a los más chiquitos», recalcó Pereyra.
El cuidado de los niños
El presidente del Consejo Provincial de Educación Católica (COPRODEC), Roberto Suaina, al ser consultado por el tema, coincidió en que este tipo de casos son más comunes, por lo general, en la hora de educación física, al hacer deportes. «Cuando, por ejemplo, le han dado un pelotazo fuerte a un niño y ha ido justo a la nariz y la boca», dijo.
Y expresó que en los recreos los docentes y preceptores cuidan a los chicos y les recomiendan que no corran, y si se detecta que lo hacen, se les llama la atención.
«Se cuida mucho ese movimiento intempestivo, más al girar. Les pedimos que hagan movimientos tranquilos. Gracias a Dios no tenemos antecedentes que nos preocupen, sobre todo relacionado a lo que es la responsabilidad civil y de vida que estaríamos hablando de algo grave, para nada», aseguró. «La prudencia es la madre de todas las virtudes. Les pedimos que se cuiden y de esa forma es una manera también de cuidar al otro», concluyó.