La carne, cada vez más lejos de la mesa por los precios
Desde diciembre del año pasado, el precio de la carne en Argentina ha subido un 119,3%. Aunque este aumento ha sido menor que el de la inflación general en el mismo período, el consumo ha disminuido notablemente. En términos interanuales, hasta septiembre de 2024, el precio de los cortes de carne subió un 149,7%, quedando por debajo del incremento general de precios de la economía, que alcanzó el 209,0%.
Este descenso en el consumo de carne ha llevado al menor nivel registrado en 110 años, según el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). La caída en el consumo es tal que la mayoría de las familias han dejado de hacer asados y de disfrutar de las tradicionales reuniones familiares alrededor de la parrilla.
El informe del CEPA toma en cuenta los salarios de trabajadores registrados, pero no contempla a jubilados ni a personas fuera del mercado laboral formal, incluyendo a quienes dependen de comedores y merenderos comunitarios.
De acuerdo con el CEPA, el consumo de carne bovina por habitante se ubicó en 47,5 kg/año en septiembre de 2024, levemente por encima de las proyecciones del Banco Central. En comparación con el año anterior, la caída fue del 10,9%. En el acumulado de los primeros nueve meses del año, el consumo fue de 46,8 kg/hab/año, un 12,3% menos que en el mismo período de 2023.
Datos de la Bolsa de Comercio de Rosario incluidos en el informe indican que el consumo per cápita de carne bovina en 2024 promediaría los 44,5 kg/hab., «el nivel más bajo en 110 años», y se equipararía por primera vez al consumo de carne aviar (44,5 kg/hab.).
En respuesta a esta situación, la encargada de un comedor comunitario en el Valle de Lerma relató a El Tribuno: «Los chicos no comen carne desde hace un año. En sus casas tampoco comen carne, según nos cuentan muchos de los padres que vienen con sus hijos a pedir las comidas que preparamos. Es muy doloroso lo que está sucediendo, y hacemos lo que podemos», expresó.
Para abastecerse, el comedor compra en una cadena de frigorífico local, donde obtienen un descuento debido a su labor social. Sin embargo, solo pueden adquirir carne molida y cortes de carne blanda.
«Volvimos a la soja y las legumbres», comentó otra mujer que administra un comedor en el macrocentro de Salta. Ambos comedores recurren a garbanzos, lentejas y porotos para completar las dietas, estrategia que recuerdan de crisis pasadas como las de 1989 y 2001. En el comedor del macrocentro, compran una caja de gallinas de 20 kilos a 38 mil pesos, las hierven y con eso alimentan a los niños por una semana. Las milanesas y croquetas ahora son solo de gallina, pues el precio de la caja de pollo ya supera los 70 mil pesos.
«Hace más de seis meses que no comemos carne de vaca», lamentó la encargada de un comedor en el sur de la ciudad. Explicó que, con soja y garbanzos, logran preparar las comidas para alrededor de 150 niños y adultos mayores.
Desde el Valle de Lerma, otra encargada de comedor relató, visiblemente conmovida, cómo «sus niños» le piden milanesas, algo que no pueden ofrecerles debido al costo. «Seño, me dicen los chicos, y me piden milanesas porque hace mucho que no comen eso. Nos duele no poder hacerles», expresó entre lágrimas.
El descenso en el consumo interno de carne bovina refleja el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Desde noviembre de 2023 a julio de 2024, el promedio ponderado del Índice de Salario del INDEC mostró una caída en términos reales del 10,4% en los primeros ocho meses del gobierno de Javier Milei. Sin embargo, esa disminución del 10% afecta principalmente a los trabajadores registrados de Buenos Aires, mientras que en Salta, los jubilados reportan una pérdida aún más significativa.
Rodolfo Burgos, del Plenario de Trabajadores Jubilados de la Provincia, calificó la situación como una «guerra» contra los jubilados: «Nuestros ingresos se han deteriorado un 30% desde que asumió (Javier) Milei. Además, nos han quitado los medicamentos gratuitos y los servicios han aumentado. Entre la luz, los remedios y las consultas médicas, apenas queda margen para alimentos como la carne. Esto es un crimen social planificado», declaró Burgos.
En las carnicerías, los comerciantes reportan una caída sostenida en las compras de adultos mayores. Tras el Día de la Madre, las ventas cayeron drásticamente y muchos comerciantes advierten que, si continúan las subas de precios junto con el incremento de tarifas, varios locales se verán obligados a cerrar debido a la falta de ventas.
Los puntos del informe
– En 2024, por primera vez en toda la historia, el consumo de carne aviar igualaría al de carne bovina alcanzando los 44,5 kg per capita anual.
– El consumo de carne porcina viene creciendo significativamente a lo largo de los años, el 2023 alcanzó su pico máximo con 16,7 kg y la proyección para este año es de 16,4 kg.
– En septiembre los precios de los distintos cortes de carne registraron una suba del 0,6%, mientras que en términos interanuales incrementaron un 149,7%, según reveló un informe del Centro de Economía Política (CEPA).
– En diez meses de gobierno de Javier Milei, los precios escalaron 119,3%.
– El relevamiento dice que en septiembre los cortes que más aumentaron fueron los denominados «caros», registrado una suba de 0,8% destacándose el aumento mensual del vacío (3,7%) por sobre la inflación mensual.
– Los cortes «intermedios» registraron un incremento levemente por sobre el promedio (0,7%) y los «económicos»una retracción de 0,1%.
– «Las principales subas en los precios en septiembre se dieron en: pechito de cerdo (8,2%) y pollo entero (4,3%).
– El precio promedio de la carne bovina en carnicerías registró un alza mensual de 0,9%, mayor que en supermercados, donde se experimentó una retracción de precios de 0,1%.
– El pollo aumentó de precio 4,3% en septiembre mientras que el asado lo hizo 0,5%, con lo cual disminuyó la brecha en relación al asado: se compran 2,57 kilos de pollo con 1 kilo de asado.