30 de junio de 2025

«La bisagra de este semestre son las elecciones»

El economista salteño Lucas Dapena consideró que el plan de estabilización logró su primera etapa, pero advirtió que las reformas laborales e impositivas requieren mayor respaldo político para avanzar.

"La bisagra de este semestre son las elecciones"

El economista Lucas Dapena, decano de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica de Salta (Ucasal) y Economista Jefe NOA de la Fundación Mediterránea, analizó en diálogo con El Tribuno los principales desafíos de la economía argentina de cara al segundo semestre.

«El tema preponderante de esta segunda mitad del año son las elecciones, y te hablo desde el punto de vista económico», afirmó Dapena. Según el especialista, la definición política que surja de los comicios será determinante para consolidar el rumbo económico actual o, en caso contrario, abrir interrogantes sobre la capacidad del Gobierno nacional para sostenerlo.

«Todo el mercado está esperando eso. Hoy en día cualquier inversión, cualquier acción de mediano o largo plazo, va a esperar estos tres meses», sostuvo, y añadió que en ese escenario hasta decisiones de endeudamiento deberían postergarse «hasta que pasen las elecciones».

Dapena valoró que el Gobierno nacional logró estabilizar variables que venían desordenadas: «Ya logró la primera parte, que es salir de una situación muy complicada que le dejó el gobierno anterior y estabilizar las principales variables, y hay un reconocimiento general de que lo logró». Sin embargo, advirtió que para avanzar hacia mayor competitividad «tiene que avanzar políticamente desde un punto de vista legislativo», especialmente en materia laboral e impositiva.

«Todos sabemos que ahora no tiene el suficiente respaldo en el Congreso para llevar adelante esa agenda», explicó. Y sobre la reforma laboral aclaró: «No hablo de bajar los sueldos, hablo de estas restricciones burocráticas, de los aportes, de las indemnizaciones. La rigidez del mercado de trabajo está recontra comprobado que impide crear empleo».

Consultado sobre la presión cambiaria y la competitividad, Dapena apuntó que el Gobierno busca bajar costos antes que devaluar.

Respecto a los reclamos de industriales que alertan sobre pérdida de puestos de trabajo ante la apertura de importaciones, opinó: «Es válida la queja, pero el Gobierno les responde que esperen a que se consolide el rumbo y que se va a atacar la cuestión de los costos. Acá ya no van a poder trasladar a precio cualquier problema que tengan porque la inflación no lo permite más».

El desafío de repensar la economía salteña

Respecto a la situación provincial, Dapena señaló que Salta no logró mejorar su posición en el contexto nacional. «Salta sigue igual que siempre, en las mismas posiciones respecto de pobreza. Ni mejoró ni empeoró en términos de indicadores sociales», remarcó. En su visión, la provincia mantiene una dependencia estructural de la política económica nacional y no logra despegar con un modelo propio que le permita ganar competitividad.

El economista consideró que sigue pendiente cambios claves en la economía provincial, como avanzar en un proceso de simplificación administrativa y reducción de trabas: «Hay que desburocratizar un montón de procesos, un montón de restricciones en los principales sectores», subrayó.

En esa línea , sostuvo que se debe mejorar la eficiencia del gasto público. Aclaró que no se trata de despedir trabajadores estatales sino de liberar recursos a través de una gestión más racional: «Manejemos mejor los recursos para poder generar un modelo de desarrollo», sostuvo.

Habló, además, de repensar de fondo la política impositiva provincial. «Salta tiene mucho margen para bajar impuestos, pero revisándolo en serio, no bajando dos puntos decimales a un solo sector», explicó. En su análisis, una reforma tributaria provincial profunda permitiría mejorar la competitividad, incentivar inversiones y sentar las bases de un modelo más autónomo de desarrollo.

Ello a pesar del dilema que enfrenta el gobierno salteño por la caída de la actividad, que impacta en la coparticipación federal y también en la recaudación propia, lo que genera tensiones presupuestarias. «Estos son los momentos en que, en todos problemas, hay una oportunidad para hacer un cambio radical de gestión económica», concluyó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *