«Héroes son mis amigos que dieron la vida por las Malvinas y siguen allí»
Abel Altamirano tiene 67 años y desde hace 42 sueña con volver a ver flamear la bandera argentina en Malvinas. Nació en la ciudad chaqueña de resistencia pero desde hace 28 años vive en Cerrillos, con su esposa y sus dos hijos, de 26 y 24 años. Abel se considera un cerrillano más, tanto que su campera de veterano de guerra del Ejército Argentino tiene los colores de Salta, un mapa de la provincia estampado en el costal superior derecho y a las Islas Malvinas bordadas sobre su corazón con la leyenda «Prohibido Olvidar».
Hoy es el Día de la Reafirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y el Sector Antártico. Un día para repasar la historia de los suelos y mares patrios que fueron usurpados por el Reino Unido en 1833 y para recordar que en 1982 esos suelos y mares patrios quedaron regados con la sangre de cientos de jóvenes combatientes. «Quienes quedaron en Malvinas, los que dieron su vida por la Patria y por nuestra bandera son los verdaderos héroes. Nosotros, los que volvimos para contar la historia verdadera de lo que sucedió en Malvinas, somos veteranos de guerra», remarcó Altamirano en una entrevista con El Tribuno. En el conflicto bélico del Atlántico Sur vio caer a muchos compañeros, y más que un héroe se siente un bendecido por haber tenido la oportunidad de abrazar a su madre, después del infierno que vivió, siendo un sargento de solo 25 años del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 (GADA 601) en las posiciones de Sapper Hill. Consultado sobre el peor día en combate señaló que fue el del 1 de mayo de 1982, «porque desde la madrugada nuestras defensas fueron bombardeadas desde mar, tierra y aire y murieron cinco compañeros nuestros. Después, en la mañana, nos atacaron con cuadrillas de aviones y logramos derribar dos Sea Harrier. Fue el peor día, pero también el de mayor orgullo, porque fue nuestro bautismo de fuego», reseñó Altamirano en la entrevista que puede verse completa en la edición digital de El Tribuno.
Sobre el día más triste de toda la guerra, no dudó en sostener que fue el 14 de junio, cuando después de la rendición aceptada por el mayor general ingles Jeremy Moore al general de brigada argentino Mario Benjamín Menéndez, «vi cuando bajaron mi bandera y colocaron la inglesa». Altamirano se manifestó convencido de «la recuperación de Malvinas se logrará por la vía diplomática», no por las armas, «porque ninguna madre quiere mandar a su hijo a la guerra».
Sapper Hill o Cerro Zapador, el 1 de mayo de 1982 la Artillería Antiaérea del Ejército Argentino tuvo su bautismo de fuego en la defensa de las Islas Malvinas. Esa madrugada, a las 04:42, un avión Avro Vulcan bombardeó el aeropuerto de Puerto Argentino. La aeronave había despegado de la isla Ascensión, a 5.600 kilómetros de las islas Malvinas. Fue detectada por los radares, pero no llegó a ingresar en el alcance de los sistemas de defensa antiaérea. A las 08:23, dos escuadrillas de Sea Harrier británicos atacaron nuevamente, con sus cañones de 20 milímetros y lanzando bombas sobre las posiciones en las que estaba Abel Altamirano. Fue entonces cuando las armas de artillería antiaérea activaron sus sistemas y se derribaron dos de los Sea Harrier (el XZ 452 y el XZ 453) del Escuadrón Aéreo Naval 801 británico. En Sapper Hill, objetivo codiciado por las fuerzas británicas, posiciones del GADA 601, el Regimiento de Infantería Mecanizado 25 y el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 se mantuvieron inclaudicables hasta el 14 de junio. La colina nunca fue tomada.
¿Qué se recuerda hoy en Argentina?
El Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur se conmemora cada 10 de junio porque un día hoy, en 1829, se creó la Comandancia de las Islas Malvinas. Al frente de esa gobernación se designó a Luis Vernet, quien se instaló en las islas y ejerció públicamente su autoridad y jurisdicción.
Una bandera argentina en el cementerio de Darwin.
En su condición de heredera de los títulos de España por sucesión de Estados, desde el comienzo del proceso emancipatorio, en 1810, la Argentina ejerció de manera permanente sus derechos sobre los archipiélagos australes. Los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas tuvieron en cuenta en diversos actos administrativos a las Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio. El gobierno argentino procedió también al dictado de normas y al establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de su soberanía, incluyendo el fomento al desarrollo de actividades comerciales y el establecimiento de población.
Sin embargo, el 3 de enero de 1833 dicho ejercicio efectivo de la soberanía fue interrumpido mediante un acto de fuerza llevado a cabo en tiempo de paz por el Reino Unido, que ocupó ilegalmente las islas, expulsando a las legítimas autoridades argentinas y a la población allí asentada. Mediante esa usurpación, se quebró la integridad territorial de la Argentina, situación inmediatamente rechazada y protestada.
Desde entonces, subsiste un legítimo reclamo que reconoció la Asamblea General de la ONU mediante la resolución 2065 de 1965. En cumplimiento a esa resolución, desde 1966 y durante 16 años, ambos países llevaron adelante negociaciones para alcanzar una solución a la disputa de soberanía. No obstante, y pese a las innumerables exhortaciones de las Naciones Unidas, el Reino Unido se niega desde 1982 de manera sistemática a retomarlas.