Gas: Una crisis de abastecimiento rodeada de grandes paradojas
La endeble situación de abastecimiento que arrastra el norte argentino encierra enormes paradojas. La más notoria está en los yacimientos gasíferos del departamento San Martín, que agonizan mientras la producción de Vaca Muerta sigue rompiendo marcas. Los yacimientos de la formación no convencional neuquina aportaron en mayo último 105,59 millones de metros cúbicos diarios de gas, un 14,33% más que en abril, con un salto interanual del 19,84%.
La endeble situación de abastecimiento que arrastra el norte argentino encierra enormes paradojas. La más notoria está en los yacimientos gasíferos del departamento San Martín, que agonizan mientras la producción de Vaca Muerta sigue rompiendo marcas. Los yacimientos de la formación no convencional neuquina aportaron en mayo último 105,59 millones de metros cúbicos diarios de gas, un 14,33% más que en abril, con un salto interanual del 19,84%.
En el norte salteño, en tanto, las tres grandes áreas que representan la producción prácticamente completa de la Cuenca Noroeste -Ramos, Aguaragüe y Acambuco- apenas entregan hoy 3,5 millones de metros cúbicos diarios. De los gigantes del gas del norte, que en 2008 aportaban más de 20 millones de metros cúbicos diarios al país, solo quedan sombras. La política energética de Argentina, que desde 2022 se inclinó hacia una creciente dependencia importadora, con precios congelados en boca de pozos argentinos y compras de Enarsa a Bolivia con precios que eran hasta cinco veces más elevados, terminó con las inversiones en exploración reorientadas desde el norte salteño hacia el sur de Bolivia. A partir de 2015, con el gas de Vaca Muerta promocionado, también los bloques de Tarija acusaron una nueva refocalización de las inversiones petroleras, esta vez hacia la Cuenca Neuquina. Hoy, como consecuencia de los derrumbes productivos de las áreas de San Martín y Tarija, Enarsa debe recurrir a onerosas triangulaciones con Chile y Brasil para evitar que centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC de la región NOA vuelvan a encontrarse con cortes y restricciones de suministros en los días más fríos de mayor demanda residencial.
La promoción del gas de vaca Muerta, sin un régimen que equipara el interés de las petroleras por los cuantiosos recursos no convencionales de la formación Los Monos, tuvo en la producción gasífera de Salta el efecto de un tiro de gracia. Otra ironía que desnuda la falta de criterio federal en la que reincidieron distintas administraciones de gobierno.
Por la pérdida del autoabastecimiento hidrocarburifero, Salta y otras seis provincias de la región necesitan ahora que el gas de Vaca Muerta cubra la endeble situación de suministro de sus usinas, industrias y estaciones de GNC. Para ello el gasoducto troncal que por más de 60 años llevó gas desde Campo Durán hacia Buenos Aires deberá traerlo a la región desde el sur. Esta es otra paradoja que revela la imprevisión política, porque las obras de reversión contaban financiamiento internacional y ya deberían haberse completado, están inconclusas o recién adjudicadas, como en el caso de las cuatro plantas compresoras que deben ser acondicionadas para operar en sentido inverso en Salta, Santiago del Estero y Córdoba.
En este escenario de incertidumbre e imprevisión energética, Enarsa tuvo que negociar con Brasil y Chile acuerdos contrarreloj para reforzar el abastecimiento del NOA. Ambas operaciones involucran inyecciones de Gas Natural Licuado (GNL) que deberá costear el bolsillo de los argentinos a valores que triplican al precio promedio del gas argentino. Para traer gas desde la terminal de GNL de Mejillones, en el norte de chile, se utilizará el gasoducto Norandino, una de las obras de interconexión energética binacional que comenzaron a operar desde el norte de Salta hacia la región de Antofagasta en 1999.
Gas que va y que viene
En octubre de 2023, después de 17 años, Argentina retomó las exportaciones de gas a Chile por el gasoducto Norandino, con 400.000 metros cúbicos diarios. Esas operaciones se completaron en abril, pero el gas de Vaca Muerta sigue llegando a Chile por otros gasoductos transcordilleranos del sur. A fines de mayo, cuando industrias y estaciones de GNC sufrieron cortes, esas exportaciones solo se redujeron de 6 a 5 millones de metros cúbicos diarios. Y por más que se las hubiera interrumpido por completo, ese gas no hubiera podido llegar de ningún modo al centro y norte del país, porque el gasoducto Néstor Kirchner no soporta más carga que las que transporta hoy, a media capacidad, porque tiene obras inconclusas en plantas compresoras, líneas de tuberías complementarias y el Gasoducto Norte.