En primera persona: la vertiginosa experiencia de viajar en un auto sin conductor en una avenida
28 de noviembre de 2024Puede que de aquí a unos años ya no haya más necesidad de conducir automóviles. De ir todo bien, ellos lo harán solos. En China se sabe que a más rutas registradas en las inteligencias artificiales de los coches, mayores posibilidades de lograr un 100% de autoconducción. ¿Qué tan lejos estamos de ese escenario?
Clarín probó el modelo de 2023 Mega, de Lixiang -Li Auto, en español-, y experimentó la vertiginosa sensación de viajar por la ruta en un vehículo con autoconducción.
Al gigante Mega lo comanda una voz femenina como si fuera la de una Siri de Apple o una Alexa de Amazon. Funciona en gran parte mediante un sistema de órdenes por voz. Quien esté adentro sólo debe activar a la IA del vehículo saludándole y luego ordenar lo que desea: puede pedirle desde que abra las ventanillas hasta que le de play a una canción.
El sistema de autoconducción, quizás el aderezo más sabroso de este vehículo, funciona de acuerdo a las posibilidades del mapa integrado en el sistema. Rutas habilitadas que se van actualizando vía internet. En ese modo, si por las dificultades del momento el coche requiere de ayuda, la voz del auto la solicitará. Si el dueño del volante hace caso omiso a esta orden, el coche automáticamente se pondrá en modo manual.
La experiencia de entregar la vida a una máquina en una avenida llena de autos no estuvo exenta de sobresaltos. En un momento, el Mega disminuyó abruptamente su velocidad porque interpretó que otro vehículo estaba por superarlo, dejando la integridad de los pasajeros en manos del conductor del coche de atrás. Movimiento que disparó algunas preguntas.
Más allá de la autoconducción, que el Mega demostró dominar con creces incluso en calles angostas y curvas cerradas, este ejemplar de Li Auto está repleto de atracciones: asientos térmicos, cámaras múltiples, masajeadores, micrófono interno, cargadores de teléfonos en los apoyabrazos, mesa, heladera, etc.
Autos como el Mega se pueden cargar de dos maneras en China: lento o rápido. En determinados surtidores rápidos que están dispuestos en algunas carreteras específicas en tan solo 12 minutos se puede cargar batería para 500 kilómetros. En otros más lentos, en siete u ocho horas la batería puede alcanzar los 700 kilómetros.
El Mega de Lixiang está disponible en China a una cifra cercana a los 76.000 dólares.
Conducción autónoma en China
Hoy en día, la conducción autónoma en China se clasifica de acuerdo al nivel de asistencia que el vehículo requiera del conductor y, como ya mencionamos, depende de las carreteras disponibles en los mapas de los vehículos con capacidad de autoconducción.
¿Qué piensan los chinos de esto? ¿Se podrá lograr un cien por ciento de autoconducción? De momento parece difícil, pero no imposible. Es cierto que cada vez hay más autos eléctricos autónomos en China, pero su límite todavía es desconocido.
Recientemente, un estudio publicado por una revista china demostró que el 86,07% de los encuestados cree que las limitaciones tecnológicas son el mayor obstáculo para lograr la totalidad de la conducción autónoma en el gigante asiático.
Para de alguna manera poner a prueba a la sociedad, el Ministerio de Industria de China eligió 20 ciudades como zonas piloto, siendo Beijing una de las que mayores aportes en este asunto. La capital puso 1.416 millones de dólares para desarrollar la infraestructura idónea para la autoconducción.