El desafío de Javier Milei: manejar el vestuario de los economistas y el ‘ruido Caputo-Sturzenegger’
Federico Sturzenegger está delante de su tercera experiencia al frente de la conducción de la política económica argentina. Las anteriores fueron en 2001 como viceministro de Economía de Fernando de la Rúa (primero con Ricardo López Murphy como ministro y luego con Domingo Cavallo) y en 2015-2018 como presidente del Banco Central. Ayer juró como ministro de Desregulación y Transformación del Estado.
Sturzenegger calentó motores en estos meses previos. Desde diciembre participó en la gestión del gobierno de Javier Milei. Fue nombrado al frente de la «Unidad Transitoria para la Desregulación de la Economía», con oficina en la quinta de Olivos. Desde allí fue un actor clave en la gestación del DNU 70 y la Ley Bases original. Ahora trabaja en la denominada “ley de hojarasca” que daría de baja unas 100 leyes que ve obsoletas.
De 58 años, hincha fanático de Gimnasia y Esgrima de La Plata, siempre reportó de manera directa a Milei, quien lo define como «brillante» y «coloso». Ayer calificó su designación como “que lujo me estoy dando” al momento de tomar la jura.
En el Gobierno se jactan de que el economista ya contabiliza éxitos en su cruzada desreguladora, producto del DNU como la mayor oferta y baja de los valores de los alquileres, la llegada de Starlink (la empresa de telecomunicaciones de Elon Musk) o la incipiente desregulación de algunas rutas en el mercado aerocomercial. Para el Presidente será además una persona clave para la gestión del día a día, un frente que para muchos aliados políticos (por ejemplo del PRO), el Gobierno aún no terminó de darle fuerza como sí lo hizo en el ajuste fiscal de entrada.
En el mercado la lectura sobre la llegada de Sturzenegger es vista con cautela. Hay temor de que su llegada genere ruido en la conducción de la política económica. Esto sería por dos motivos.
El primero, es que el ex titular del BCRA tiene una mirada económica diferente con el ministro de Economía, Luis Caputo. El segundo, el FMI negocia con el propio Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Y el organismo no ve con buenos ojos cuando el proceso de toma de decisiones se atomiza y se debilita las áreas responsables del ajuste.
Con respecto a lo primero muchos ven la convivencia Caputo-Sturzenegger, y hasta incluso la decisión del Presidente de no inclinarse a favor de ninguno de los dos, como un motivo más del aumento del dólar blue y el riesgo país.
Caputo, una semana atrás, admitió que del cepo se saldrá en “otra etapa”, una mirada que Sturzenegger no comparte: para el ex presidente del Banco Central habría que abandonar los controles cambiarios hoy. Sturzenegger, que intentará desregular la economía, no tendrá atribuciones para remover los controles del precio más importante de la economía: el dólar.
También el jefe de asesores del Presidente, Demian Reidel, piensa como Sturzenegger sobre la política cambiara y monetaria. Ambos se excusarán de opinar públicamente al respecto. Se mostrarán al margen de la discusión.
Máxime cuando el Gobierno se mostró decidido a transmitir públicamente el apoyo a Caputo y Bausili. “Nadie le va a tocar el culo a Caputo acá, le corto la mano”, dijo Milei unas semanas atrás.
El flamante ministro es un economista de fuste al que muchos mirarán como rueda de auxilio en caso que el Presidente enfrente una urgencia.
Sturzenegger y Caputo compartieron experiencias de trabajo durante el gobierno de Mauricio Macri. El primero al frente del Banco Central, el segundo del Ministerio de Finanzas. Caputo sucedió a Sturzenegger en el banco cuando el primero renunció tras no lograr frenar la suba del dólar. El hoy ministro de Economía fue entonces, y todavía hoy lo es, crítico del diseño del primer programa con el FMI que se firmó en junio de 2018: el Banco Central no tenía autorización para intervenir en caso de un escenario de fuerte volatilidad. Reidel estaba en el BCRA.
También hubo un enfrentamiento previo entre ambos alrededor de la famosa conferencia de prensa del 28 de diciembre de 2017. Caputo apoyaba flexibilizar las metas y Sturzenegger no. Aquella mañana junto a Marcos Peña y Nicolás Dujovne, se sentaron Sturzenegger y Caputo. Otro economista que estaba por entonces en la Jefatura de Gabinete era Vladimir Werning, también a favor de la posición de flexibilizar las metas de inflación. Hoy es el vicepresidente del Banco Central y está en el team Caputo-Bausili.
Milei se define como bilardista en lo económico, le importa el resultado. Lo llama bilardonomics. Pero tendrá que saber manejar el vestuario también además de elegir la mejor política económica. Esta semana Fausto Spotorno, otro asesor económico suyo, criticó el anuncio del viernes pasado de Caputo-Bausili. Quizá fue un aviso.