21 de septiembre de 2024

«El consumo de clonazepam se banalizó en los últimos años»

El licenciado en psicología y profesor en la Universidad Católica de Salta, Juan Matías Arroz, aportó su visión sobre los hechos en el colegio Madre Teresa de Calcuta.

¿Cuál es su visión sobre lo que ocurrió con los tres adolescentes que elaboraron una torta con un fármaco ansiolítico? Sabemos que se consigue con doble receta…

Descartando la preocupación por la salud de los adolescentes y esperando que estén bien por consumir un fármaco que es potente, que está indicado para algunas afecciones en particular, podemos decir, paréntesis aparte, que su consumo se ha banalizado durante los últimos años en medios masivos casi utilizandolo o haciendo referencia a éste como si fuera algún calmante para el dolor de cabeza o una aspirina. Eso colabora a que tal vez se haya utilizando sin medir lo peligroso que puede ser el consumo sin ninguna regulación. Es peligrosa la banalización sobre algunas sustancias e la actualidad.

Me parece que esta situación que ocurrió es una manifestación de una época donde los adultos, las instituciones han casi delegado un porcentaje muy alto, no sé si el 100 por ciento de la educación y la puesta de límites a los dispositivos electrónicos con sus consecuentes redes sociales, programas, aplicaciones y demás. Me parece que este hecho marca eso: un poco el corrimiento de los adultos y de las personas en la crianza de los adolescentes. Tienen que estar más cerca de ellos.

Otra manifestación de la época es que también se cree en la independencia absoluta de personas cuya personalidad esta aún en la adolescencia, es decir, todavía en formación y debe ser acompañada y en el sentido pedagógico de la palabra limitada. Deben instaurarse límites porque es un proceso de conformación aún de la personalidad la adolescencia. Hoy en día se cree que se debe dejar como libertad de acción plena. Hay como un exceso de libertades y de ausencia de límites por eso yo creo que esta situación es un pedido de alguna manera de los adolescentes de que se instauren normas, de que se les muestre o que se los guíe en la inserción de ellos a la sociedad que es el paso que se afianza en el proceso de la adolescencia.

El director habló sobre el rol de los padres, que trabajan todo el día pero que eso no es excusa para los chicos, que algunos se levantan tarde y van sin comer. ¿Cual es la importancia del rol de los padres en la contención?

Estoy de acuerdo con las palabras del director en cuanto a que hay un corrimiento, es decir, se cree que los niños o adolescentes tienen una independencia absoluta y se los trata muchas veces como adultos pretendiendo que ellos instauren normas de conducta, de cuidado porque pueden leerlas o las tienen al alcance o porque son libres o porque están en condiciones de tal cosa y otra y la verdad es que no. El hecho de tener un adolescente implica una dedicación plena, absoluta y hoy te diría más que nunca porque las instituciones educativas están padeciendo muchas medidas que han suprimido cuestiones que tenían para poner ellos algunos límites. Es muy difícil en las instituciones educativas hoy que se vean sanciones o se marquen algunos limites porque inmediatamente se mediatizan o entrecruzan con cuestiones judiciales o de otro tipo, o con una falsa creencia de que se avasallan los derechos de los adolescentes. Los adolescentes de hoy necesitan más que nunca de normas, de adultos y padres presentes que marquen límites, que muestren el camino de las cosas que se pueden hacer y de lo que no y los limites inclusive de lo que pudiera ser una broma para mis compañeros y lo que no, lo que esta permitido y lo que no.

En este episodio se vio claramente que no se pudo medir si es una broma o si fue un atentado contra sus compañeros. Estamos en el mismo punto. No hay una medición sobre el daño que puedo hacer con mi conducta. Pudieran ser las dos cosas. En los dos casos lo que subyace es falta total de límites y de la capacidad de medir el daño que mi conducta puede hacer. Es decir, si es una broma yo tengo que saber que atenta contra la salud, no es un tipo de bromas que debe hacerse. Ahora, si estoy enojada o enojado con mis compañeros tampoco es el camino atentar contra la vida de ellos de manera que puedan tener complicaciones graves. Ni para una broma, ni para estar enojado hay una comprensión del limite ni un conocimiento del daño que pueden generar las medidas, entonces sobre ese punto si se ve una ausencia de límites que se ve también después, cuando la persona es confrontada y huye.

¿Qué puede pasar por la cabeza de un adolescente en estas situaciones como para elaborar una torta así?

Una de las situaciones que podemos ver es la dificultad que vienen teniendo las instituciones y los adultos para marcar límites, suena reiterativo pero así lo es, pero sobre todo para corregir o marcar las cosas que están mal. Es como si no pudiera decirseles a los niños y adolescentes que hicieron mal una tarea, que algunas cuestiones no están bien, que no deben hacerse y que tienen consecuencias, es decir, lo que vemos es que todo esta como permitido, el corrimiento de las instituciones, de la ausencia de consecuencias se ve traducido a veces en un desfasaje en lo que sean bromas o situaciones de enojo para con los demás. Cuando digo que no hay consecuencias es porque en los últimos años hemos visto como, por ejemplo, en las instituciones educativas dan una y otra oportunidad y se han suprimido las sanciones. Dan una y otra oportunidad para aprobar y cada vez mayor flexibilidad en la cuestión del estudio como también hay exceso de flexibilidad en la cuestión o en la instauración de normas, entonces eso hace que no se tenga un registro sobre lo que esta bien o mal y pareciera ser que todo esta permitido, que entonces puedo hacer una broma muy pesada como esta, total, no habrá consecuencias, no va a pasar nada, hasta que pasa, hasta que mi compañera termina internada con posibilidades de un problema de salud severo pero entonces no es hasta que ocurre una situación así de extrema gravedad que nos damos cuenta todo lo que viene pasando antaño. Creo que pasa por la cabeza de un adolescente en este caso que no mide las consecuencias porque esta inmerso en una época donde todo esta permitido y no debiera ser así.

Eltribuno

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