El amigo inoportuno pone fecha
El intenso revoleo de sotanas de esta semana en el Vaticano despertó el ánimo de los argentinos presentes en la conferencia sobre La Crisis de la Deuda en el Sur Global. Algunos de los testigos dan por cierta la afirmación de que Francisco tiene la intención de venir a la Argentina noviembre de este año.
No es la primera vez que se levanta esta marejada de optimismo sobre la visita. Varios de quienes estuvieron con él afirman haberle escuchado que esa será la fecha.
En Buenos Aires, uno de los funcionarios más altos del gobierno que milita en el ala clerical del mileísmo, dio pábulo a la leyenda y comunicó a los mandos naturales esa posibilidad. La presencia en Roma del nuncio en la Argentina, el polaco Miroslaw Adamczyk, le agregó certeza.
Es el enlace oficial con el gobierno, que ha invitado al Papa a venir cuanto antes. El responsable del eventual viaje, el venezolano Edgar Peña Parra – «sustituto» o segundo del secretario de Estado Pietro Parolin – ya avisó que necesita 5 meses para organizar la visita. Si en julio aparecen sus agentes del destino en Buenos Aires habrá una virtual confirmación.
Juego de profetas
A la cumbre vaticana asistieron los argentinos Gustavo Béliz y Martín Guzmán, y festejaron el mensaje del Papa reclamando que «ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana”. Todo lo que dice Francisco es leído por acá en clave criolla.
Ese llamado es lo contrario de lo pide el gobierno, que llama a una guerra cultural en los mismos términos que adelantó un profeta del tango: «Primero hay que saber sufrir, / después amar, después partir/y al fin andar sin pensamiento» (Virgilio Expósito, Naranjo en flor»).
La «Parábola del amigo inoportuno» llama a la ayuda del otro: «Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquel, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos.» (Lucas 11, 5-10).
Obispos también a elecciones
Quienes saben de estas cosas vaticanas ya adelantan que Francisco va a incluir en el viaje una visita al Uruguay. Esta escala define fechas. En ese país hay elecciones el 27 de octubre con una eventual segunda vuelta electoral el 24 de noviembre.
Como el Papa ha dicho que no visita países en años electorales, eso le deja la última semana de noviembre. Hasta dan detalles sobre que se alojará en la sede del arzobispado de Buenos Aires en Plaza de Mayo, que es adonde vivía hasta que fue elegido.
Hay varios itinerarios posibles, quizás ligados a devociones populares como Córdoba por el cura Brochero o Río Negro por Ceferino. Para el eventual viaje ya estará elegido el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Deja el cargo Oscar Ojea, que no tiene relección y hay arbitraje de nombres.
Apuntan al obispo de Mendoza Daniel Colombo, hoy vicepresidente de la CEA, Alberto Bochatey, adjunto de La Plata o el jesuita Ángel Rossi. La noticia despertó a otras fuerzas, más terrenales. El ex arzobispo de La Plata, Héctor Aguer publicó una nota el jueves en donde afirma: «No va a venir a Argentina porque le va a ir mal». Aguer es un abanderado del antibergoglismo y puso a prueba su capacidad profética.
4 de junio, el golpe más anunciado
No le hubiera costado mucho al gobierno un camino menos espinoso. Jubilaciones es el proyecto más anunciado de todos. Los patrocinantes habían votado un emplazamiento para que se tratase en la fecha del 4 de junio. Le habían adelantado al gobierno que ese era el día del golpe. También advirtieron que, si el gobierno no gestiona, lo va a hacer el Congreso.
Este no hizo nada para mejorar la iniciativa por consenso exhibiendo astucia negociadora; lo ilustró Maxi Pullaro cuando dijo el jueves «Las leyes a matacaballos no le sirven a nadie». Acordar lo exponía a un costo político menor que aparecer derrotado. Prefirió halagar a los halcones del déficit – como llama Paul Krugman a los ayatolas de la ortodoxia – y usar la sanción para victimizarse creyendo que suma simpatizantes.
El gobierno afirmó que hizo caer los mercados, cuando es tan probable que haya ocurrido por el voto de los diputados, como una señal de desconfianza por un presidente incapaz de evitar su derrota. El político tiene que medir estos gestos porque eso de que los mercados votan es una metáfora de gabinete. El voto que pesa, al final del, día, es el de los jubilados y sus familiares.
La oposición levantó el cepo, político
Tiene que contar entre las derrotas de la última semana que se levantó el cepo retórico que mantenía lejos a los bloques dialogantes del peronismo. La transversalidad de la cuestión previsional volteó ese muro y acercó el voto anti-gobierno a los temidos 2/3 de las bancas.
Eso no sólo implica insistencia si hubiera veto presidencial: también es el número para iniciar un juicio político. Por algo todos los presidentes se han ocupado de que la comisión respectiva sea cubierta por un diputado fidelísimo, como lo fueron César Arias para Menem, o Álvaro González para Macri.
La virtual acefalía de la comisión es un riesgo para Milei porque es uno de los presidentes más débiles de la historia contemporánea, con 29% de los votos. Solo superado por Néstor Kirchner, con 22% en 2003, y Arturo Illia con 22% en 1964.
Illia fue derrocado por el partido militar, Kirchner no pudo reelegir en 2007 y salvó la gobernabilidad de la sucesión con la ayuda de los radicales de la Concertación Plural y blindando la relación con Daniel Scioli, que ganó la provincia de Buenos Aires.
El interbloque de Pichetto crece
De paso, la confrontación hizo crecer a la oposición amigable que quedó más fuerte. La novedad de la semana es la creación del Interbloque Federal que suma a Hacemos-Pichetto, Innovación Federal y otros 9 diputados de Río Negro, Neuquén, Misiones y Salta.
Este interbloque tendrá en total 25 legisladores. Compensan la pérdida que tuvo Hacemos con la migración de los lilistas de la Coalición Cívica, que operan con los federales ante cualquier emergencia. Con ellos, son ya 31.
“No se quejen, les hemos votado un ajuste”
Más allá de las necesidades de maerketing, la verdad la dijo el jefe de uno de los bloques acuerdistas, ganadores en la aprobación del sistema de actualización de las jubilaciones por apabullantes 160 votos, que atrajo al mismo peronismo al que le habían votado en contra los moderados.
«Se quejan, pero en realidad les hemos votado un ajuste. Compensamos la inflación de enero que se la había birlado el gobierno en el DNU; pero nos comimos toda la inflación del año 2023 que les había sacado Alberto Fernández».
Sordo a las pullas del presidente sobre «los degenerados fiscales”, agregó: «Además le hemos allanado el problema con la justicia, porque el DNU 268/2024, que el oficialismo quiso ratificar por ley reconociendo que está flojo de papeles, lo va a bochar la Corte porque no cumple con los requisitos de otros fallos, como Badaro I y II, que imponen proteger el valor de compra de los haberes de los pasivos.»
La prudencia de la oposición
Sí habló on-the-record el diputado dialoguista Nicolás Massot, que arrinconó al gobierno en su queja de que el Congreso no le vota nada: «Este gobierno sí tiene varias leyes, casi un código más que una ley, desde el día 18 de su asunción, que fue el DNU 70/2023, el cual derogó directamente más de setenta leyes”, dijo en el cierre de la sesión.
Entonces, no tuvieron una ley a los dieciocho días, sino un código, que está vigente desde finales de diciembre. Esas herramientas están vigentes junto con otros diecisiete decretos de necesidad y urgencia que, por supuesto, en muchos casos no son tan relevantes, pero con el que este gobierno está legislando desde que llegó».
Pichetto agregó: «hemos impedido que se trate en Diputados para derogarlo». En este consenso está hasta el peronismo cristinista, que ha demorado el tratamiento de la derogación del DNU 70 hasta que salga la ley de Bases. Un favor que no pueden justificar en público, pero que les asegura participar de algún reparto, como el de una vacante en la Auditoría General de la Nación.
De dónde sale la plata, que está
Massot remató con el rap que suele emplear en estos debates: el gobierno tiene plata, pero no la distribuye con prioridades como equilibrar a los jubilados.
Sí la tiene para beneficios que, si los tocan, podrían habilitar la actualización: por los bonos dólar linked, un adelanto de cinco años de bienes personales, un blanqueo, aunque fuera mediocre, los regímenes especiales que, según el gobierno anterior representan 4,7 puntos del PBI, que los directores de empresas paguen IVA, como pagan los autónomos.
Tirando al bulto dijo que si el gobierno quiere podría asegurarse 7 años de financiamiento de la nueva fórmula. Para los que dicen que debieron señalar la fuente de financiamiento de la nueva fórmula.
“Read my lips”
No hay recetas para gobernar, oficio que se aprende haciéndolo y que se ejerce pedaleando, como en la bicicleta, que pierde equilibrio cuando se detiene. La experiencia indica que un gobierno débil tiene varios caminos para sostenerse. El expediente más a la mano es incurrir en el victimismo. Es el que ha elegido en sus primeros seis meses de gobierno.
Le rinde a condición del doble estándar. Miren lo que hago, no lo que digo. El «read my lips» (lean mis labios) del George Bush (padre) cuando le preguntaban si subiría o bajaría los impuestos (1988, convención republicana que lo eligió candidato a presidente).
Este ejercicio se desdobla en dos personajes: el presidente y su jefe de gabinete. No hay que escuchar lo que Milei dice, sino ver lo que Guillermo Francos hace. Cada vez que al presidente se le sale la cadena, Francos se ocupa de amansar a las fieras. El discurso justifica las medidas pretorianas, camino antiliberal de un gobierno que se dice liberal.
Sube la tasa de quilombo
El victimismo busca el calor de los encuestadores y locutores amigos, pero hablando en plata no es muy grande la diferencia que hay entre lo que se reconocerá a los jubilados (si lo confirma el Senado) con lo que ya le están pagando a los pasivos en bonos especiales.
¿Por qué buscó la confrontación en lugar de aprovechar el favor de los bloques amigables para negociar un proyecto común sobre dictámenes que, salvo el de la izquierda, tenían un costo fiscal parecido?
El discurso de la victimización necesita una alta «tasa de quilombo» (como dice el diputado radical Fabio Quetglas) que acompañe a sus explicaciones. Como lo que importa en política es lo que se hace y no lo que dice, es trivial gastar tiempo en aprovecharse de las astracanadas del presidente como verse como la reencarnación de Terminator que, de paso, no es un héroes. Era el villano de la película, venido del futuro para asesinar al héroe.
Alucinados en Olivos
Más allá de las pintoresca transfiguraciones que intenta, lo que hay que ver es lo que hace Francos, que construye de día lo que Milei deshace de noche – si es cierto que se pasa las madrugadas aferrado a los tuits. Estar en el poder es una experiencia surreal según demostró Eduardo Duhalde cuando hablaba de las alucinaciones que padecía en Olivos.
«Veía un río adentro de Olivos y le preguntaba a ‘Chiche’ hasta que me agarró la mano y me mostró que no estaba el río». Esas experiencias llaman a las fuerzas del cielo. «A mí me salvaron los adventistas, ocho, me hacían la comida y hablaban conmigo. Así salí y la gente no se enteró, contratamos uno por uno para no dar la idea de que el presidente estaba mal”. Duhalde completó la experiencia con una mirada más positiva cuando agregó: “Pero desde el poder no saben lo clarito que aparece todo”.