Día del Bicicletero: “Llevamos 40 años en un oficio noble que debe ser revalorizado”
Cada 29 de mayo se celebra el Día del Bicicletero. La fecha busca homenajear a Remigio Saavedra, gran ciclista nacional, quién a sus 70 años unió en bicicleta la ciudad de Mendoza con Buenos Aires. Como en aquellas hazañas heroicas de los cuentos, se dice fueron solo 18 horas, 45 minutos, en el marco de una campaña contra el tabaquismo, siendo recibido en el monumental velódromo de Palermo por una enfervorizada multitud. En Salta se fueron instalando numerosas bicicleterías, con familias enteras dedicadas a abrazar un oficio, que se ha convertido en su principal sustento. Es el caso de los López, González, Ríos, tres generaciones que llevan 40 años abocados a su taller de bicicletas y traspasando saberes sobre está loable labor del “bicicletero”. Está ubicado en el barrio Universitario, zona norte de la Capital. Según cuenta la familia, la pandemia les dio la oportunidad de hacer resurgir el oficio, con una gran demanda, ya que muchos volvieron a utilizar esté transporte a pedal, al ser sustentable, saludable y más económico.
Cada 29 de mayo se celebra el Día del Bicicletero. La fecha busca homenajear a Remigio Saavedra, gran ciclista nacional, quién a sus 70 años unió en bicicleta la ciudad de Mendoza con Buenos Aires. Como en aquellas hazañas heroicas de los cuentos, se dice fueron solo 18 horas, 45 minutos, en el marco de una campaña contra el tabaquismo, siendo recibido en el monumental velódromo de Palermo por una enfervorizada multitud. En Salta se fueron instalando numerosas bicicleterías, con familias enteras dedicadas a abrazar un oficio, que se ha convertido en su principal sustento. Es el caso de los López, González, Ríos, tres generaciones que llevan 40 años abocados a su taller de bicicletas y traspasando saberes sobre está loable labor del “bicicletero”. Está ubicado en el barrio Universitario, zona norte de la Capital. Según cuenta la familia, la pandemia les dio la oportunidad de hacer resurgir el oficio, con una gran demanda, ya que muchos volvieron a utilizar esté transporte a pedal, al ser sustentable, saludable y más económico.
La bicicletería familiar, ubicada en calle Salvador Mazza y Jaime Durand, atiende todos los días de 9 a 14 y de 17 a 20. Se encargan de reparar, restaurar y mejorar todo tipo de bicicletas, modernas o antiguas. “No hay nada imposible para nosotros, toda bicicleta que ingresa, tendrá una mejora notable garantizada por nuestra lealtad hacía el cliente”, aseguró Carlos López, el primer bicicletero de la familia.
Los inicios del Bicicletero, Carlos López
Con una gran sonrisa dibujada en su rostro, cuenta como fueron sus inicios y destaca que fue a partir de unos ahorros que lograron impulsar la bicicletería que su señora, Berta González, tenía en su hogar desde hace un par de años. Y resaltó que comenzó a incursionar en el oficio tras retirarse del Ejército Argentino, siendo de profesión militar. “Comenzamos con el taller, cuando el dólar estaba uno a uno, con unos ahorros que eran 7 mil pesos en esa época. Y le dije a mi mujer que pensaba que era bueno hacer, y fue ahí que decidimos juntos seguir con esté oficio tan lindo”.
Luego, Carlos expresó: “Ser bicicletero es un oficio que a uno le tiene que gustar. En mis épocas cuando era adolescente, existían en todos los talleres los aprendices, que ayudaban mucho. Esto les permitía aprender el oficio, pero hoy solicitamos ayudante y nadie viene. Parece que no les hace falta el trabajo”.
Cada integrante de la familia aprendió del oficio
La familia de bicicleteros contaron que tras el paso del tiempo, cada integrante fue aprendiendo del oficio, al no contar con ayudantes. “Mi señora atendía a los clientes y yo en el taller iba a arreglando las bicicletas y así les iba enseñando a los demás. Fue algo muy lindo, después de retirarme del batallón numero 5 del Ejército, en el año 2001. El oficio que me vino muy bien, estoy orgulloso, ya que fuimos creciendo”.
La lealtad, un ingrediente esencial
Y remarcó que si hay algo que los clientes que acuden a su bicicletería tienen garantizada, es la “lealtad”. “Nosotros les garantizamos a nuestros vecinos un trabajo impecable a través de la honestidad y la lealtad hacía el cliente. Siempre tenemos que ser leales a lo que abrazamos como profesión u oficio. Porque la lealtad sirve de mucho a la gente, desde cumplir con los horarios, la atención y la comunicación”. Luego López, comentó con emoción: “Actualmente vienen muchos de los chicos de 5 a 6 años a los que les arreglábamos las bicicletas, ahora como padres de familia a visitarnos”.
Todos los días de 9 a 14 horas y de 17 a 20, la bicicletería del barrio Universitario está abierta para su publicó. En donde los clientes que acuden son recibidos con amabilidad y una sonrisa. “Decidimos hacer esté extenso horario, al haber tantos clientes que necesitaban tener listas sus bicicletas para pasear o usar, cuando se desocupan de sus trabajos”. Y añadió: “A través de está bicicletería mis nietos aprendieron el oficio, con mucho esfuerzo y práctica. El oficio implica tener sobre todo buen criterio y voluntad. Los jóvenes son más curiosos y entendidos, mis nietos saben hacer arreglos completos y hasta conocen cada tipo de cambio y pieza de las bicicletas”.
Jóvenes que acudieron desde niños los visitan
La otra pieza importante para abrazar el oficio familiar, es Berta González, quién con mucha nostalgia, contó: “Le dije a mi marido que pongamos la bicicletería porque ya sabía como era el tema, entonces que nos aboquemos a eso. Es muy hermoso ver como vienen trayendo la bicicleta de sus hijos, clientes que vinieron desde su infancia”.
Además, resaltó: “Nuestro taller es muy lindo, no es algo que te va hacer millonario pero todos los días tenemos al menos para pucherear. El mensaje para la gente, es que tengan en cuenta que la mejor propaganda es hacer un buen trabajo, con honestidad. Ya que el boca a boca de la misma gente a la que dejaste contenta, es la mejor publicidad”.
El traspaso del oficio a las nuevas generaciones
Finalmente comentó: “Al enfermarnos del Covid, nos dimos cuenta que ya necesitábamos descansar. Y que era nuestro tiempo de descansar. Por eso, nos juntamos con mi familia y pasamos la posta a mi hija María quién está a cargo actualmente de la bicicletería”.
Y agregó: “Ya cumplimos nuestra función, el camino está hecho para nuestros hijos y nietos. Esté es un emprendimiento familiar, los que se quedaban sin sustento económico, siempre saben que pueden acudir al oficio de la familia. El mismo día del bicicletero es el cumpleaños de mi marido Carlos, por eso quiero saludar a todos los bicicleteros, que sigan abrazando el oficio”.