Día de los Fieles Difuntos: tradición y memoria, la mesa de ofrendas que conecta a las familias
Hoy es el Día de los Muertos o Fieles Difuntos. Se trata de una celebración que perdura en el tiempo. Durante estos días, hubo preparaciones especiales para esos seres queridos que ya no están. La profesora Jannet Javier enseña a sus alumnas el significado de las ofrendas y cómo honrar a sus seres queridos a través de la gastronomía.
Jannet Javier, profesora de cocina y repostería en la escuela San Ignacio Loyola de Cerrillos, ha dedicado los últimos 12 años a compartir con sus estudiantes una tradición que aprendió de su madre: armar la mesa en memoria de los fieles difuntos. Esta práctica, que va más allá de la cocina, busca recordar a los seres queridos con las comidas y elementos que más disfrutaban en vida.
Muestran la mesa armada en la escuela San Ignacio Loyola de Cerrillos.
«La tradición de armar la mesa en honor a nuestros muertos es algo que aprendí de mi madre, y quise compartirlo con mis alumnas», comentó Jannet mientras supervisaba a sus más de 20 estudiantes en el aula cocina, con sus manos cubiertas de harina y el entusiasmo de aprender el significado de cada ofrenda.
Cada figura de masa dulce o salada tiene un profundo significado. La figura del hombre representa a los difuntos masculinos de la familia, mientras que la de la mujer y la de los niños recuerdan a otros seres queridos que ya no están. «Antes, cuando los materiales eran escasos, los rostros se dibujaban con carbón», recordó Jannet. Ahora, las técnicas han avanzado, y las figuras se decoran con colorantes que resaltan sus detalles.
Otros elementos esenciales incluyen la escalera, que según la tradición, es la vía por la que Dios permite a los difuntos bajar y luego regresar. También está la figura del perro, que acompaña a las almas, y la paloma, símbolo del Espíritu Santo. Para los niños, no deben faltar golosinas, postres y detalles como papas fritas, junto con bebidas como agua bendita, vino y gaseosas, para hacer de la celebración una fiesta de bienvenida.
La emoción de recordar
Jannet también sigue esta tradición en su hogar, donde, aunque las ofrendas puedan ser sencillas, el amor y el recuerdo son lo más importante. «Mi mamá siempre decía que aunque fuera solo agua y una vela, lo esencial era iluminar el camino de nuestros seres queridos», compartió emocionada.
El jueves, las alumnas de Jannet completaron la mesa de ofrendas con todo lo aprendido: figuras de animales, coronas y los postres favoritos de sus familiares fallecidos, como mazamorra, anchi, empanadillas y las tradicionales empanadas salteñas. «Algunas de mis alumnas recordaron las recetas de sus abuelas o lo que le gustaba a su abuelo. Es una manera de volver a encontrarse en familia», expresó la profesora, visiblemente emocionada.
Integrantes de la escuela San Ignacio Loyola de Cerrillos.
El proceso no solo fortaleció la conexión con sus raíces, sino que permitió que cada alumna reviviera recuerdos familiares mientras decoraba la mesa, que se convirtió en un altar lleno de amor y respeto.
Jannet Javier ya planifica la actividad para el próximo año, decidida a seguir transmitiendo esta tradición a las nuevas generaciones. «Espero que la gente siga con estas tradiciones porque es algo hermoso. Aunque mis padres ya no están, sé que los espero y les ofrezco esto con todo mi amor», concluyó en una nota con El Tribuno.