21 de septiembre de 2024

Dejaron la ciudad, se instalaron en el campo y apostaron a un producto gourmet con recetas francesas

Del campo a la mesa. Así se podría definir cómo trabaja la empresa de quesos Fermier, una pyme que comenzó en 1987 con la particularidad de que son prdocutos elaborados con recetas traídas directamente desde Francia.

Somos un tambo-fábrica”, define con más precisión Daniel Santa María, quien es parte del equipo y estuvo en la presentación de Caminos y Sabores, feria que se desarrollará desde hoy al martes en La Rural de Palermo.

En producción tienen unas 200 vacas lecheras.En producción tienen unas 200 vacas lecheras.

“Detrás de cada producto hay una historia hermosa, de vida, de familia y lo más grato es poder mostrarlo a la gente, explicarle cómo está hecho el producto, cómo se conserva y dónde lo elaboramos” contó Santa María durante el lanzamiento de la tradicional feria gastronómica que se realizó días atrás en la Ciudad de Buenos Aires.

Fermier, que está situada en la localidad bonaerense de Suipacha, en la Ruta Nacional 5, en el km 118, es una empresa que, a través de la elaboración de su materia prima, produce quesos artesanales. Venden quesos Brie, Camembert, Rebleusson, Criollos, Tomme, Raclette, Pepato, Goya, Morbiere y Fontina, entre otros.

La alimentación de las vacas es a base pastoril y suplementación.La alimentación de las vacas es a base pastoril y suplementación.

Comercializan sus productos a boutiques y queserías especiales en todo el país. Luego venden a la Ciudad de Buenos Aires, enfocado en hoteles y restaurantes y en una importante cadena de supermercado.

La historia

En 1987 comenzó este sueño del tambo-fábrica, de la mano de que los animó desde un principio a desarrollar quesos especiales, elaborados con leche pura, sin conservantes ni aditivos, por eso, se llaman Fermier, como son llamados en Francia los quesos más valorados, que son elaborados, a diferencia de los industriales, artesanalmente, con leche propia, en las granjas.

Producen 6.000 litros de leche diarios.Producen 6.000 litros de leche diarios.

La historia del tambo-fábrica se remonta a 1987, cuando Daniel Rigabert y su mujer Paula Saporiti decidieron cambiar la vida de ciudad por la del campo: dejaron la Ciudad de Buenos Aires, y se radicaron en Suipacha, en una de las regiones más lecheras de la Argentina.

Allí pudieron desde un principio desarrollar el trabajo en el tambo, pero quisieron incluir en el proyecto, un mundo que siempre los sedujo, el de los quesos.

Elaboración de los quesos, sin conservantes ni aditivos.Elaboración de los quesos, sin conservantes ni aditivos.

Las condiciones estaban dadas, ya que por familia y educación, estaban vinculados a la cuna mundial de los quesos: Francia. En el país europeo aprendieron a elaborar los quesos. Daniel estudió en la Escuela Nacional de Industrias Lácteas de La Roche- sur- Foron, en la zona de la Haute-Savoie, y la de Poligny, en el Jura francés.

Todo empieza en el campo

El campo donde está la fábrica y el tambo ocupan unas 80 hectáreas. Allí tienen 200 vacas en ordeñe de un total de 240 vacas totales, de la raza Holando y Jersey. Producen 6.000 litros diarios de leche en dos ordeñes.

Goya, una de los diferentes tipos de quesos que elaboran.Goya, una de los diferentes tipos de quesos que elaboran.

«La leche es bien cremosa. Es el oro en polvo, por eso muchos vecinos quieren comprarla, pero no podemos venderla porque tenemos bastante demanda en quesos», indicó.

La alimentación, que se hace en el propio establecimiento, es a base de raygrass, silo, balanceado, suero y alfalfa.

“El animal para nosotros es sagrado. Está muy bien cuidado, porque consideramos que el bienestar animal es fundamental para tener una excelente producción de lo que es la materia prima y ahí es desde donde partimos nosotros de una excelente leche para elaborar el queso», remarcó Santa María.

Clarín

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