De «aguantadero» en ruinas a terreno vacío: 20 años de polémcias en una esquina de Pompeya y el nuevo reclamo de los vecinos
2 de octubre de 2024En la esquina de Diógenes Taborda y Santo Domingo hay un predio que se convirtió en motivo de reclamo vecinal desde hace casi 20 años. Allí funcionó un edificio de tres plantas cuya titularidad fue de mano en mano hasta que en 1997 pasó al Gobierno de la Ciudad. Vecinos denunciaron que la construcción quedó abandonada y se transformó en un “aguantadero”. El informe de un ingeniero en 2023 mostró que este edificio presentaba peligro de colapso. El Ejecutivo aprobó la demolición, pero ahora los vecinos libran una nueva batalla: quieren que el lugar se destine a la creación de un centro de salud y atención comunitaria (CESAC).
“En este momento los vecinos arrancamos una iniciativa legislativa vecinal con más de 1.500 firmas de vecinos de Pompeya, barrio Espora y barrios lindantes para impulsar el CESAC, porque la zona necesita equipamiento”, dice a Clarín Miguel Ángel Peñaloza, integrante de la comisión de medio ambiente del Consejo Consultivo Comunal 4 y de Red Pompeya al Sur.
Originalmente, la propiedad era privada y pertenecía a Vasena, luego pasó a Tamet (Talleres Metalúrgicos San Martín) y por último a Baesa. En 1997 la titularidad del predio pasó al GCBA, y si bien la zona está contemplada por la ley 3.059 de Emergencia Urbanística y Ambiental, el predio quedó inactivo por años.
Por lo cual, en 2005 empezó una lucha vecinal incansable. Ese año, presentaron una iniciativa en el presupuesto participativo para impulsar un polo educativo (conforme la ley 3.059). No prosperó y el lugar quedó en abandono “con serios riesgos ambientales y de seguridad”.
En el barrio de Nueva Pompeya los vecinos comenzaron a vivir diversas situaciones.
“Ingresaban en forma esporádica personas que quizás consumían algún tipo de estupefaciente, lo usaban como una especie de aguantadero, en donde ocultarse para consumir. Era un tema de inseguridad para los vecinos. En esa intersección a muchos vecinos les han robado, con lo cual terminaba siendo un problema de seguridad para todos. Cuando estaba el paredón ingresaban igual porque lo saltaban o hacían huecos”, explica Peñaloza.
Desde entonces, los vecinos que conforman la Red Pompeya al Sur y la junta comunal 4 vienen reclamando en distintos ámbitos de la Ciudad (mencionan a Acumar, Defensoría del Pueblo, Defensa Civil, Jefatura de Gobierno, entre otros), por los riesgos de que la estructura colapse y se derrumbe sobre sus cimientos.
De hecho, en agosto de 2023 el ingeniero civil Manuel Vila desarrolló un informe en el que detalló los pormenores del estado del edificio.
“Nos desplazamos hacia la calle Diógenes Taborda, a un espacio abierto, acercándonos a las aberturas de Planta Baja, cerradas con rejas, y desde allí verificamos, la gravedad de la situación interna. En efecto, por deterioro natural y/o inducido (vimos dos personas retirando restos metálicos de piso y paredes) han caído las losas de Sobre Planta Baja y Sobre Primer Piso, permaneciendo solamente las de cubierta”, señaló el especialista en las primeras líneas.
Y en el mismo añadió: “Al desaparecer esos niveles que actuaban como arriostramientos del pandeo, a aproximadamente los 3 y los 6 metros, las columnas de perfiles metálicos, empresillados y revestidos, han perdido sus riostras y tienen una luz de pandeo de aproximadamente 9 metros, inviable para sus radios de giro y momentos de inercia. En tal situación, sumada a la corrosión por el tiempo de construcción y la exposición (por caída de revestimientos) a factores adversos, tales columnas interiores amenazan un colapso inminente”.
En la conclusión del informe, el ingeniero recomendaba al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a intervenir rápidamente, “a fin de promover la imposibilidad de nuevos accesos y la pronta demolición de las estructuras remanentes, a fin de evitar un futuro colapso, y/o lamentar la pérdida de vidas humanas”.
A finales de agosto de 2024 se procedió a la demolición del edificio. Fue la empresa Mitre la que se encargó, por orden de la Ciudad. Miguel expresa que ahora “queda un polígono de 5.000 metros” y que lo que les preocupa es que el terreno sea ocupado y se haga un asentamiento.
Por esto mismo, lanzaron un proyecto vecinal que ya entró a la Legislatura bajo el expediente 2128 – P- 2024. El fin es que en el lugar se construya un CESAC para los vecinos que más atención de salud necesitan y no tienen la posibilidad de costearla por otros medios.
“La población del barrio se ha visto incrementada por la relocalización de la población del barrio de emergencia “Mundo Grúa” ―ello en el marco del Plan Integral de Saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo―, generando una mayor demanda de los servicios sociales y de salud del barrio de Nueva Pompeya”, manifiesta el proyecto de declaración compartido a Clarín.
Miguel aclara que es vital el cumplimiento de esta propuesta porque en el barrio cuentan “con distintas carencias urbanísticas y de equipamiento contempladas en una ley específica del barrio, que es la 3.059”. Apunta a que el centro de salud más cercano es el Hospital General de Agudos José María Penna, que para muchos queda a más de 15 cuadras, además de “otros centros colapsados y no accesibles a los vecinos porque no hay transporte público a esos lugares”.
Por el momento, Peñaloza dice que todavía no saben cuál será el destino final que se le dará al terreno, pero que el 29 de agosto pasado expresaron abiertamente en una carta esta preocupación ante Jorge Macri, jefe de Gobierno.
Fuentes del Gobierno porteño dijeron a Clarín que «el terreno en cuestión se encuentra ubicado a menos de 10 cuadras del CESAC 30 y a menos de 7 cuadras del CESAC 35, formando parte del área de influencia de este último». Y agregaron que en la misma zona está planificada la construcción de un Centro Comunitario Integral (CCI), en Sáenz y Perito Moreno,