Damnificados por estafas en la ADP relatan pérdidas y desilusión: “jugaron con la esperanza, el ahorro y el trabajo de muchas personas”
La cuarta audiencia de debate en el juicio contra Patricia Argañaraz, ex secretaria general de la ADP, y Ana María Cerezo, ex tesorera, continuó con declaraciones de damnificados que denunciaron el manejo irregular de fondos y resultaron estafados a través de contratos con el Fideicomiso «Virgen de Urkupiña».
Los cargos que enfrentan son por administración fraudulenta y estafas reiteradas a 29 personas, en perjuicio de la Asociación Docente Provincial (ADP) y agremiados. Está previsto que la audiencia de debate se extienda hasta el 27 de noviembre.
Los testigos relataron cómo confiaron en el programa de viviendas promovido por la ADP y perdieron cuantiosos aportes. El abogado Agustín Solá Garrido, representante de 22 docentes damnificados, expresó que esperan un veredicto “justo” contra quienes jugaron con la ilusión de acceder a la casa propia.
Los damnificados, como Elida Hoyos y Osvaldo Aparicio, compartieron sus historias de desilusión y pérdida económica. Aparicio recordó que invirtió $600 mil(hace 8 años atrás) y nunca recibió ninguna propuesta de devolución.
El juicio, está a cargo del juez José Luis Riera, quién busca determinar la responsabilidad de los acusados y posible condena. Los docentes afectados esperan que se repare el daño económico y se haga justicia.
También están acusados Raúl Dante Argañaraz y Nicolás Demetrio Zissi como partícipes necesarios de administración fraudulenta y coautores de estafas reiteradas.
En diálogo con El Tribuno el abogado Agustín Solá Garrido, que representa a 22 docentes que pertenecían o que siguen perteneciendo a la agremiación docente y que entre el año 2017 y 2018 hicieron cuantiosos aportes a los fines de poder contar con una vivienda. “Los docentes hicieron mucho esfuerzo y lamentablemente fue una desilusión”, afirmó.
Asimismo detalló que a lo largo de las audiencias los testigos fueron aportando todo lo que les ocurrió y se dieron momentos muy emotivos y duros. Y dijo que esperan que se haga justicia y si los implicados son responsables que se les aplique una condena. “Hasta el momento hay mucho elemento probatorio para lo que espero sea una condena”, finalizó Garrido.
La voz de los damnificados
Elida Hoyos, damnificada, dijo que confió en el programa de viviendas porque en la ADP se estuvo publicitando y le pareció digno de confianza, pero lamentablemente por las personas que han administrado no llegó a “buen puerto”. “Es muy lamentable manchar así a la ADP”, expresó.
Luego comentó que en su caso lo hizo por el bienestar de su familia y llego abonar el terreno y también algunas cuotas de la vivienda. Después recordó que el programa se frenó y no le quisieron cobrar más y se justificaron en la situación del COVID que se vivió en 2019. “Es lamentable para una institución de tantos años y con docentes comprometidos que tengamos este final”, dijo la docente hoy jubilada. Y pidió que desea que se haga justicia y sería adecuado que se reparé el daño económico, ya que nadie invierte porque sí, es un costo familiar.
Osvaldo Aparicio docente damnificado contó que junto a su esposa llegó aportar $600 mil, pero hace 8 años atrás, para viviendas en San Luis y resaltó que se vio defraudado porque jugaron con una ilusión que tenían todos de tener una vivienda. Y dijo que hicieron un gran esfuerzo e incluso sacaron préstamos para poder pagar el terreno, la construcción y terminaron estafados.
El docente recordó que le explicaron que debían hacer una entrega inicial para comprar el terreno y al cabo de dos años les entregaban la casa. Luego dijo que se enteró de la estafa a fines de 2018, cuando ya estaban por finalizar algunas viviendas de San Luis. Y remarcó que nunca hubo una propuesta para devolverles ni el terreno ni la plata. “Nosotros queríamos la casa para nuestra hija, otras familias que realizaron un esfuerzo tremendo, hablé con una señora que entregó todo lo que cobro de su primera jubilación”, relató.
Finalmente remarcó que jugaron con la esperanza, el ahorro y el trabajo de muchas personas. “Confiaba mucho en la ADP porque hace 34 años que soy afiliado y hoy me siento muy desilusionado”, finalizó Aparicio.