14 de noviembre de 2024

Cumbre en Bakú: «La gente debe saber lo que está pasando, el cambio climático no es un tema de futuro es el presente»

En esta gran escenografía en la que se ha convertido la Baku de la abundancia, con jardines primorosos y edificios flamantes que imitan a la arquitectura francesa e inglesa, se está acercando el invierno.

Pero si el frío domina las calles vacías para que los 30.000 delegados a la cumbre del clima puedan moverse sin sufrir el tránsito, el calor se apoderó de las discusiones entre los países.

Eso está sucediendo en medio del asombro generalizado por el retiro de la menguada delegación argentina que había asistido en silencio a las deliberaciones. ¿Los expulsarán de sus cargos?, preguntaban sus colegas de otros países que juzgaban «improcedente» la actitud del gobierno de Javier Milei.

Una vista del Estadio Olímpico donde se desarrolla la CumbreUna vista del Estadio Olímpico donde se desarrolla la Cumbre

Entre tanto, cobra velocidad la formación de un fondo multi millonario para aliviar las cargas que ocasionan las catástrofes. Y uno de los sectores que más está alzando la voz es la agricultura que pese a alimentar el mundo y su contribución al PBI Mundial apenas recibió hasta ahora 4% del fondo de US$ 100 millones que logró implementarse el año pasado según la OCDE.

«La gente debe saber lo que está pasando, el cambio climático no es un tema del futuro, está pasando y causa daños irreparables», alertó la ex ministra de Ambiente de Brasil, Isabella Texeira en la Casa de la Agricultura Sustentable en uno de los paneles más concurridos que organizó el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) que depende de la OEA y tiene el mandato de los ministros de la región de hacerse oír en la mesa de negociaciones.

“Estamos muy expuestos al cambio climático somos absolutamente vulnerables en un momento en que tenemos que producir”, añadió Texeira.

La novedad es que se está revisando la manera de producir la agricultura y especialmente la ganadería en una Cumbre en la que se la acusa como la segunda responsable de las emisiones de gases a la atmósfera.

Marina Silva, la ministra de Ambiente de Brasil en Bakú.Marina Silva, la ministra de Ambiente de Brasil en Bakú.

El primer lugar lo ocupa la industria petrolera. Esta COP 29 se realiza precisamente en un Azerbaiyán riquísimo en petróleo y gas. Pero a diferencia de la que se desarrolló el año pasado en Dubai, un emirato, esta vez las empresas petroleras pegaron el faltazo en términos de stand y lobbistas. “Es razonable”, no les hacía falta disparó un negociador.

En cuanto al agro, el premio Nobel de Economía 2019, Michael Kremer, llamó a utilizar herramientas tecnológicas frente al gran desafío que consiste en producir para alimentar una población que sigue creciendo sin incorporar nuevas tierras.

“A un costo muy bajo, la digitalización puede ayudar a pequeños productores a acceder información, a compartir conocimientos y a mejorar su acceso a mercados.

“En Ecuador, por ejemplo, la difusión de mensajes de texto sirvió para que los productores de papa fueron mucho más eficientes en el manejo de pestes y enfermedades. En Colombia, los teléfonos inteligentes han servido para hacer llegar información muy precisa sobre las condiciones meteorológicas que ha cambiado las prácticas de los productores”, añadió.

“En Brasil hemos llamado a los bancos para que bajen la tasa de interés a aquellos agricultores que producen alimentos de forma sostenible y cuidan los bosques. Así, hemos disminuido en un 53% la deforestación desde el año pasado a este”, agregó Texeira.

“Traemos la voz de los agricultores a la negociación. Se trata de emprendedores del sector privado. Debemos ser parte”, reclamó Luisa Volpe de la Organización Mundial de Agricultores (WFO) compuesta por 81 federaciones de 55 países y que también integra la Sociedad Rural.

Para Imelda Bacudo, de la FAO, hay una centralidad de la agricultura para abordar la mitigación del cambio climático. “No podemos confiar solo en los bosques como sumideros de carbono para cumplir los compromisos del Acuerdo de París. Son claves los agricultores”, señaló.

En los debates también aparecieron los biocombustibles que contribuyen a la energía limpia. Especialmente los casos del bioetanol que deriva del maíz y el biodiesel de la soja. Ernie Shea, presidente de Solutions from the Land, que aglutina a líderes de la industria y académicos expertos, hizo hincapié en que, más allá de la reducción de gases de efecto invernadero, son un gran aporte a la salud pública. “Los combustibles renovables hacen una contribución decisiva a la reducción de la contaminación y dan oportunidades a la producción agropecuaria”, sostuvo Shea.

Linda Schmid, de la Asociación de Productores de Granos de Estados Unidos, llamó la atención. “En Estados Unidos hemos disminuido en 140 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en los últimos años gracias a un corte con etanol del 10% en los combustibles derivados del petróleo. Esto es muy importante porque hay muchos caminos para contribuir con la mitigación del cambio climático y los formadores de políticas públicas deben prestar atención a los biocombustibles renovables”, afirmó.

¿Lo tendrán en cuenta?

ENVIADA ESPECIAL A BAKU

Clarín

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