Cómo fue el operativo de rescate que liberó al obrero atrapado tras el derrumbe en Belgrano: «Ladrillo a ladrillo»

El operativo para rescatar a Lautaro Leguizamón, el obrero de 21 años que estuvo atrapado bajo los escombros durante 4 horas en Crámer al 1.600 por el derrumbe de una casa en refacción fue descripto por personal de rescate de Bomberos de la Ciudad como un «trabajo de ladrillo a ladrillo».

Juan Carlos Moriconi, jefe del Cuerpo de Bomberos calificó como «un milagro» haber podido rescatar con vida al hombre aprisionado que se encontraba trabajando junto a otros cinco, todos familiares, en la refacción de una vivienda centenaria.

«Tardamos cuatro horas para no generar nuevas heridas ni empeorar las que ya tiene», aseguró Mariano Ledesma, de Defensa Civil, tras un operativo que requirió la presencia de numerosas dotaciones de bomberos, personal del SAME y policía de la Ciudad.

La avenida Elcano, separada por un boulevard de Los Incas, encuentra su final al llegar a Crámer, a una franja de pavimento de distancia de donde, a pocos metros de altura, pasa el tren Mitre.

Si bien suele ser una zona de espeso tránsito, el mediodía de este lunes se convirtió en el escenario del operativo para rescatar a los seis obreros del derrumbe. Camiones y camionetas de bomberos con sirenas encendidas, unidades de Defensa Civil y patrulleros que desplegaron agentes a lo largo y a lo ancho de un radio de tres cuadras, reformularon la cotidianeidad del barrio, con tensión y angustia por el accidente.

De la hora del almuerzo hasta casi el de la merienda, decenas de médicos, rescatistas y bomberos fueron quienes llevaron a cabo la tarea. Cinco de los seis fueron sacados con cierta rapidez, la mayoría sin heridas considerables, excepto el hombre de 65 años, internado de gravedad en el Hospital Pirovano.

El sexto hombre, Lautaro, «estaba tapado de tierra y parte de la estructura» y herido, pero consciente, explicaron las autoridades.

Prosiguió entonces la etapa más compleja del trabajo «ladrillo a ladrillo» que, como dijo Moriconi, desembocó en el «milagro» del rescate y posterior traslado, también hacia el Pirovano.

«Conjuntamente con el personal médico de bomberos y el SAME se lo aseguró dinámicamente y en un trabajo de ladrillo a ladrillo se lo pudo finalmente extraer en muy buenas condiciones«, dijo ante la prensa que, tras una cinta ubicada en la esquina de Crámer y Virrey Avilés, aguardaba novedades.

«Hoy fue un milagro», insistió el funcionario.

Ledesma, de Defensa Civil, por su parte, sumó detalles de lo que fue el arduo trabajo. Fue en medio de un clima de alivio, mientras al operario lo subían a la ambulancia.

No solamente había que sacar otro ladrillo, otro escombro, otra viga del camino, sino que además, había que contener al veinteañero.

«Más allá de que había que sacarlo lo más rápido posible, esas cuatro horas que tardamos fue para que no se lesione más, que no tenga nuevas lesiones ni que se agraven la que tiene», dijo el agente del ente de prevención.

«A paso de hormiga se generó un túnel para que lo bomberos pudieran acceder al lugar. Levantando losas y apuntalando todo para que no se le caiga nada encima a ellos ni a la víctima», detalló.

Además, destacó que Lautaro todo el tiempo se mostró tranquilo, a pesar de encontrarse en una situación límite. «A la víctima se la contuvo verbalmente y por suerte estaba muy tranquilo», contó.

Cómo fue el momento cúlmine del rescate en Belgrano

Una hora después de concretado el rescate, la policía porteña dio a conocer un video en el que se observa el momento en el que lo sacan de debajo de los escombros.

Media docena de rescatistas, otros tantos bomberos. Cada uno ubicado en un sector moviéndose lo menos posible mientras va pasando la camilla con el último rescatado.

«Nadie se tropieza, eh… nadie se tropieza. Despacito. Se mueve la tabla (por la camilla), los operadores no se mueven», se escucha en el video, ante las recomendaciones en el operativo.

El concepto es reiterado por los rescatistas, mientras el pasamano que se armó acerca a Lautaro cada vez más al exterior del derrumbado lugar.

«Se mueve la tabla, los operadores, no», vuelve a escucharse, mientras se cruzan indicaciones y señales entre ellos para concretar la extracción de la víctima de la vivienda centenaria.

El video termina con un pasillo que da a una medianera por donde la tabla y los operadores, que ahora sí se mueven, aceleran el paso. De repente, se empiezan a escuchar aplausos y vitoreos. El trabajo de hormiga, ladrillo a ladrillo produjeron el mentado milagro.