Cómo es el proyecto de 720 viviendas en el Edificio del Plata y que podrá verse desde este miércoles en Casa FOA
29 de octubre de 2024«El gigante dormido» de la 9 de Julio se puso en marcha. Este miércoles inaugura la edición número 40 de Casa FOA, la muestra de arquitectura, diseño y paisajismo que tendrá como sede al Edificio del Plata, considerado uno de los primeros edificios de arquitectura moderna proyectado para usos municipales.
Para muchas personas será la oportunidad de conocer por dentro esta mole con ubicación privilegiada, que lleva casi diez años vacía. Su falta de uso, de funciones, impacta también en su entorno, deteriorado y menoscabado.
La muestra que anualmente organiza la Fundación Oftalmológica Jorge Malbrán -para recaudar fondos y destinarlos a sus obras benéficas- se realiza en dos plantas, la de acceso y el primer piso. En estos metros disponibles, profesionales de la arquitectura y el diseño, entre otros rubros, se las ingeniaron para montar desde un auditorio, hasta un living, playroom, microcine, bodega, dormitorio, home office y un loft, entre muchos otros espacios.
La inauguración de la muestra trae también dos importantes noticias respecto al edificio. Por un lado, se conoció el proyecto de intervención que llevará adelante el estudio Aisenson Arquitectos para dotarlo de 720 viviendas, 200 cocheras, locales comerciales y una terraza verde, con vistas libres hacia su entorno y con el Obelisco como faro de la zona y postal porteña. A lo que se suma una plaza semipública hacia Carabelas.
Por otra parte se supo que el Gobierno porteño decidió dar marcha atrás con la suspensión de los beneficios fiscales que otorga el «plan de reconversión del Microcentro». Este plan prevé una exención muy importante sobre Ingresos Brutos para aquellas empresas desarrolladoras que tengan planes de viviendas en esta zona. Esto fue informado primero por IRSA, la empresa desarrolladora, al suplemento ARQ de Clarín y luego confirmado por el Ministerio de Desarrollo Económico porteño.
«Estamos trabajando para establecer un convenio que permita lograr el mejor resultado, tanto para el sector privado como para los vecinos de la Ciudad, concretando así la reconversión de esta propiedad», informaron desde este ministerio que, luego de la turbulenta renuncia de Roberto García Moritán, aún no posee nuevas autoridades.
En junio, la gestión de Jorge Macri había argumentado que el contexto de recesión, la baja de ingresos y la crisis económica, impulsaba la decisión de rever este beneficio. Por estos motivos publicó en el Boletín Oficial la resolución que suspendía la aprobación o pre-aprobación y los trámites relacionados con «el otorgamiento de beneficios» relativos a la ley 6.508 (Transformación del Area Céntrica de la Ciudad de Buenos Aires).
Como ocurre en otras grandes ciudades del mundo, el vaciamiento de las Areas Centrales -que arrancó con el home office y con nuevas formas de trabajo- recibió el «golpe de gracia» con la pandemia de coronavirus.
El proyecto de reconversión del Edificio del Plata
Como se dijo, el plan es construir 720 viviendas -de entre 35 y 40 metros cuadrados-, locales comerciales en la planta baja y 200 cocheras. Además tendrá un rooftop «verde», con pileta y espacios de relax que, por el momento, están pensados sólo para el uso de vecinos, vecinas y usuarios del edificios.
La envolvente será totalmente diferente a la actual. Entre otras cosas, el edificio tendrá balcones. Y vidrios DVH -por sus siglas, Doble Vidriado Hermético-, un aislante térmico y acústico que baja el impacto de los ruidos (ultra necesario en una de las avenidas más transitadas de la Ciudad) y las temperaturas (en verano la 9 de Julio es un infierno).
Otro cambio determinante en el proyecto es la planta baja y su vinculación con el entorno, con la vereda de Carlos Pellegrini y con el pasaje Carabelas; en definitiva, la articulación que tendrá con la Ciudad.
Sucede que «hacia atrás», hacia Carabelas, hay una construcción baja, originalmente destinada a circulación interna y oficinas. Este bloque va a ser demolido para transformarse en una plaza pública. En charla con Clarín, los arquitectos Rodrigo Grassi y María Hojman (del Estudio Aisenson), explicaron que la idea fue aportar una apertura de aire hacia Carabelas: «Nos pareció interesante no completar la volumetría hacia «atrás» y ofrecer una suerte de pulmón, teniendo en cuenta que es un pasaje de una escala muy reducida. La planta baja además va a ser muy activa porque habrá locales -comerciales y gastronómicos-, se podrá acceder al edificios desde ambos lados de la manzana y el hall va a ser amplio, extenso y con 7 metros de altura».
Estos usos en la planta baja -además de la escala del hall- deberían generar un puente entre Carlos Pellegrini y Carabelas que termine por romper esa suerte de muro que hoy impera en esa cuadra.
Vista de manera cenital, la planta del edificio es una suerte de U: el frente hacia Carlos Pellegrini, que es un gran prisma de 9 pisos. En los extremos, hacia calle Perón y hacia Sarmiento, hay dos núcleos de circulación (donde funcionaban escaleras, ascensores y sanitarios, por ejemplo). Y hacia Carabelas, la construcción baja a la que se hizo mención más arriba; originalmente destinada a circulación interna y oficinas. Justamente esta cara del edificio, la menos conocida, será determinante en el proyecto.
Los bloques hacia las esquinas también cambiarán de manera ostensible. Hoy son bloques «ciegos», de hormigón, sin ventanas. Luego de la obra, habrá viviendas y balcones. En la esquina de Sarmiento, con vistas hacia el Obelisco.
Y otro cambio determinante del proyecto será lo que en la arquitectura moderna se conoce como «quinta fachada», es decir, la terraza. Aquí Aisenson sacará todo el provecho posible para este proyecto: flora nativa, espacios de recreación y de actividades deportivas, una piscina y un mirador.
Además habrá otros amenities, como pileta cubierta, gimnasio, un área de coworking, salas de reuniones, salón de usos múltiples, cocheras con instalación para cargar autos eléctricos, baulera y guarda bicicletas.
El desarrollo de esta obra está contemplado a través de un fideicomiso integrado por IRSA, Coto y Banco Hipotecario. Las unidades serán de uno, dos y tres ambientes, y habrá también duplex. Según informaron, el banco otorgará créditos hipotecarios de hasta el 80% del valor del inmueble.
El edificio y el mercado
Implantado en una manzana atípica -Carlos Pellegrini, Sarmiento, Carabelas y Perón-, el Edificio del Plata tiene también una fisonomía también. Los arquitectos Oscar Crivelli y Jorge Heinzmann le sacaron todo el jugo posible a los metros disponibles y diseñaron un edificio de plantas libres, cuando Buenos Aires eran toda una novedad.
Hay que tener en cuenta que si bien la apertura oficial llegó en 1962, el proyecto es de 1948 y está considerado uno de los primeros edificios de arquitectura moderna destinado a usos municipales. Las obras se iniciaron en 1950 y sufrieron una paralización completa en 1954. Hubo una inauguración parcial en 1961.
Curiosamente el acto estuvo a cargo del arquitecto Alberto Prebisch -un profesional también vinculado al movimiento moderno-, quien era intendente y célebre autor de una obra fundamental en la historia de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada a metros del Edificio del Plata: el Obelisco, inaugurado varias décadas antes, en 1936.
Muchos lo llaman Mercado del Plata, porque justamente en esa manzana funcionó un mercado de abastos para esta zona de la Ciudad. Este antiguo mercado fue desalojado y demolido para dar paso a este edificio.
El proyecto de Crivelli y Heinzmann contemplaba que el mercado continuara operando en la planta baja, hacia el pasaje Carabelas, pero eso nunca ocurrió; la dinámica en la zona había cambiado por completo y el proceso de centralidad ya estaba en curso. En cambio, se instaló una sede del Banco Municipal, tal como se llamaba en esos años el hoy Banco Ciudad.
En 2012, la Legislatura porteña aprobó la venta del edificio, cuyo dinero debía destinarse a la compra de una nueva sede para el Gobierno porteño. Esto ocurrió cuatro años después, cuando IRSA se quedó con el Del Plata por 68 millones de dólares. Luego, la Ciudad adquirió el edificio de Norman Foster en Parque Patricios (originalmente iba a ser la sede del Banco Ciudad).
Hasta 2016 funcionaron oficinas del gobierno porteño. Era habitual hacer trámites contravencionales o pagar multas de tránsito.