24 de noviembre de 2024

Chocó y mató a dos mujeres en Floresta: «Estoy casi seguro de que no ingerí drogas»

Lucas Alejandro Castro sabía lo que era andar en la calle manejando. Tenía un servicio de grúa y también hacía mudanzas y traslados. Eran las 3.25 del 7 de abril de 2023 cuando causó una tragedia en el barrio de Floresta: a más de 90 kilómetros por hora (tres veces superior a la velocidad permitida), tras consumir cerveza y cocaína, chocó con su Ford Kuga a una familia que iba en una Renault Duster. Murieron las dos mujeres que iban en el asiento trasero.

Este martes empezará el juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 2 de la Ciudad de Buenos Aires, en Talcahuano 550, con la jueza Analía Monferrer a cargo del debate. Serán tres audiencias. A la inicial se le sumarán las de los jueves 24 y 31 de octubre, las dos últimas de manera virtual.

Castro (40) está imputado por «homicidio culposo y lesiones culposas«, que prevé penas de entre 3 a 6 años.

La querella, a cargo del abogado Gabriel Becker, pretende que se agrave la calificación a «homicidio simple con dolo eventual«, cuyas posibles condenas van de 8 a 25 años.

María Julieta Rovea (43) y Clarisa Zylberman (54) murieron al ser atropelladas en Floresta.María Julieta Rovea (43) y Clarisa Zylberman (54) murieron al ser atropelladas en Floresta.

Clarisa Zylberman (54) y Julieta Rovea (43) iban en el asiento trasero de la Duster, junto con Lara, la hija de 14 años del matrimonio que iba adelante, Javier Zylberman (51) y Romina Ursic (51).

La dos mujeres murieron en el lugar del choque, en la esquina de César Díaz y Chivilcoy. La adolescente sufrió desplazamiento de pelvis y una fractura de costilla que le provocó un neumotórax y un hematoma en el hígado.

El conductor de la Kuga, papá de dos hijas, hoy de 20 y 17 años, se negó a declarar en un primer momento. Si bien el test de alcoholemia fue de 0,23 -por debajo de los 0,50 permitidos en la Ciudad-, fue realizado nueve horas después del incidente. El examen toxicológico dio positivo de cocaína.

Los autos terminaron sobre la vereda, en Chivilcoy y César Díaz. Foto Luciano Thieberger.Los autos terminaron sobre la vereda, en Chivilcoy y César Díaz. Foto Luciano Thieberger.

«Al hacerse el cálculo retrospectivo por parte del Laboratorio Químico Legal de Policía Científica de CABA, les da que, al momento del hecho, Castro tenía una alcoholemia de 1,73 a 2,48 gramos por litro de sangre. Es decir, casi cinco veces más de lo permitido», aseguró Becker a Clarín.

En una ampliación de su indagatoria, el imputado dio su versión de los hechos y dijo que salió «a dar una vuelta«. Lo extraño es que eran las 3 de la madrugada, un horario extraño para esos planes.

Además, admitió haber bebido cerveza, aunque sostuvo que solo «un vaso«, y negó haber consumido cocaína, de la que dijo ser adicto.

Una de las marchas tras el choque fatal. Foto Martín Bonetto.Una de las marchas tras el choque fatal. Foto Martín Bonetto.

«Yo el día de la fecha salgo de mi domicilio a dar una vuelta y lo que quiero dejar claro ante cualquier persona u organismo es que, de ninguna manera y bajo ningún aspecto, pude haber calculado, pensado o meditado que podía terminar de esta manera«, indicó.

Castro, que luego de pasar 39 días internado en el Hospital Álvarez está detenido en el penal de Ezeiza, desde mediados de mayo de 2023, expresó estar «dolido por lo sucedido» y «por el daño» que ocasionó «a una familia«.

«Realmente ni se me cruzó por la cabeza que pudiera suceder algo así. En cuanto a lo que dicen del alcohol y de la toxicología, yo realmente quedé en estado de shock. Sigo pensando lo que me pasó, no me pasó nunca en la vida de no recordar algunas partes«, apuntó.

Los familiares de las víctimas. Foto Martín Bonetto.Los familiares de las víctimas. Foto Martín Bonetto.

Y agregó: «Me acusan de haber ingerido drogas, yo tuve un problema de adicción, estoy bajo tratamiento, y la verdad, para ser totalmente sincero, no recuerdo bajo ningún concepto haber consumido drogas. Quiero dejar en claro que estoy totalmente arrepentido de lo sucedido y estoy dolido«.

«Estoy casi seguro de que no ingerí drogas. ¿Por qué digo casi? Porque a partir de lo que me pasó, estuve en shock. Cuando a mí me sacaron del auto, no podía creer lo que estaba pasando«, enfatizó.

También rechazó un posible cambio de carátula del expediente. «Quiero dejar en claro que me perturba que se pueda sospechar o presumir que esto sea doloso, porque eso habla de un tipo de persona que no soy bajo ningún aspecto, porque eso sí es dañino para mí y hasta ofensivo. Estoy arrepentido de todo lo sucedido«.

María Julieta Rovea (43) murió en un choque en Floresta.María Julieta Rovea (43) murió en un choque en Floresta.

E insistió en que aquella noche no había consumido cocaína, aunque estaba en pleno tratamiento. «Estoy en recuperación con mi adicción a la cocaína, por lo cual puede haber quedado algo residual en la sangre de lo que consumí«, estimó.

«He sufrido recaídas, pero no te sabría decir el tiempo exacto de cuándo fue la última vez«, afirmó.

Sobre el consumo de alcohol, remarcó que el test de alcoholemia en sangre le dio por debajo del límite establecido para conducir: «Recuerdo muy bien, porque esto sí lo puedo asegurar, fue un vaso de cerveza lo que consumí, y no puede de ninguna manera ese vaso afectar a mi condición de manejo«.

La madrugada de la tragedia

Romina Ursic se había juntado esa noche a festejar su cumpleaños con familiares y amigos. Primero fueron a un restorán y luego a la casa de una amiga. De allí salió, pasadas las 3 de la madrugada, junto a su esposo, su hija, su cuñada y una amiga.

Apenas hicieron cinco cuadras cuando la Ford Kuga chocó contra el costado izquierdo de la Duster, en un cruce sin semáforos ni limitadores, en una zona residencial. El impacto fue brutal, los vehículos terminaron sobre la vereda y las cámaras de seguridad son elocuentes sobre la responsabilidad de Castro en la tragedia.

«Empezamos a dar vueltas, era interminable. Fue un silencio tremendo en la parte de atrás. Mi señora y yo bajamos desesperados y a los gritos, porque mi hija no se despertaba», contó a Clarín Javier Zylberman, conductor de la Duster, a quien el test de alcoholemia le dio negativo.

Quiénes eran las víctimas

Clarisa Zylberman, mamá de Johana Furvasser, por entonces de 27 años, era tesorera en una fábrica textil de etiquetas desde hacía más de tres décadas. Había vencido al cáncer y también dejado atrás una neumonía bilateral por el COVID-19.

Clarisa Zylberman (54), con su hija, Johanna Furvasser (27), y pasión compartida: River Plate.Clarisa Zylberman (54), con su hija, Johanna Furvasser (27), y pasión compartida: River Plate.

Julieta Rovea era oriunda de Teodelina (Santa Fe), pero estaba radicada en la Ciudad. Trabajaba como administrativa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tenía una hija de 20 años y otro de 15.

Clarín

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *