3 de octubre de 2024

Campo Santo: Perdieron todo en un incendio y piden ayuda

Una familia integrada por cuatro mujeres, dos mayores de edad y dos menores de 4 y 7 años, se encuentran alojadas en el complejo polideportivo Roberto Romero del municipio de Campo Santo, a consecuencia del incendio que sufriera la vivienda que habitaban en barrio Joaquín Rueda, siniestro por el cual perdieron todas sus pertenencias.

Una familia integrada por cuatro mujeres, dos mayores de edad y dos menores de 4 y 7 años, se encuentran alojadas en el complejo polideportivo Roberto Romero del municipio de Campo Santo, a consecuencia del incendio que sufriera la vivienda que habitaban en barrio Joaquín Rueda, siniestro por el cual perdieron todas sus pertenencias.

El incendio tuvo lugar el pasado domingo 26, alrededor de las 20, cuando la casa de la señora Graciela Romero, de 57 años, quién tuvo que ser internada por un pico de estrés, se encontraba sin sus ocupantes. Las razones que dieron origen a las llamas aún se desconocen. Los vecinos fueron los primeros en llegar al observar humo y llamas que salían del interior de las dos habitaciones de la casa a medio construir. En colaboración con policías, atacaron el fuego hasta el arribo de los Bomberos que terminaron la tarea, aunque el lugar quedó inhabitable.

Las pertenecieras de la familia fueron consumidas por las llamas, quedando las pequeñas sin la posibilidad de asistir a la escuela; sus ropas, calzados, mochilas, cuadernos y todo material de estudio fueron reducidos a cenizas. «Nos quedamos sin nada, hace algunos meses que llegamos de Buenos Aires. Me fui hace mucho tiempo por razones de trabajo, regresé a pedido de mi tía que estaba sola y necesitaba algo de cuidado. Esta es su casa, me permitió quedarme y entre las dos intentábamos salir adelante» manifestó Mercedes Lera, madre de las dos pequeñas.

La casa siniestrada no contaba con puertas ni ventanas, sólo plástico para evitar el ingreso del frío y la instalación eléctrica se encontraba en gestión. Pese a estas condiciones precarias, intentaban mejorar con la compra en cuotas de muebles como un juego de comedor, que también se perdió por completo. «Hace años tuve problemas con un hermano por el tema de esta casa, por eso me tuve que volver de Buenos Aires. Aquí no me fue bien con mi marido y me abandonó. Mi sobrina Mercedes vino con sus hijas para acompañarme, estaba pasando por un difícil momento de depresión, no quiero pensar que mi hermano tenga que ver con esto; él quedó con muchas ganas de vengarse» dijo Graciela.

  Mercedes muestra los daños en el inmueble.

Los vecinos se conmovieron y ayudaron principalmente con la comida para las cuatro, acercándole ropa y frazadas. El municipio de Campo Santo, además de brindarles un lugar para permanecer el tiempo que consideren necesario, se comprometieron a reponer los muebles destruidos, además de acompañarlos con otras donaciones para que puedan regresar a su vivienda. «Necesitamos un empujoncito y ya podremos salir adelante» dijo Mercedes quién regresó a su trabajo en Güemes, aunque aun sus hijas no pudieron volver a la escuela.

Eltribuno

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