11 de octubre de 2024

Boletas de luz y gas: los servicios públicos se llevan el 16% del salario, pero todavía no se paga ni la mitad de su costo

Una familia tipo del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que está categorizada como «Nivel 1 (N1)» en la segmentación de tarifas de la energía -«ingresos altos»- gastará este mes unos $ 139.356 en promedio para cubrir sus consumos de luz, gas, los viajes en transporte público (trenes y colectivos) y el gasto en agua. Esto implica que destinará al pago de los servicios públicos el 16% de un salario promedio registrado -que se estima que en junio alcanzará los $ 870.000-, de acuerdo a un reporte del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet.

Pese a que esta proporción creció aceleradamente desde el 6% que representaba a principios de 2024, cuando empezaron los aumentos de tarifas de los colectivos y de la energía eléctrica, los usuarios pagan apenas un 40% del costo total de esos servicios, mientras que el Estado nacional aporta el 60% restante.

Se espera que en el segundo semestre se mantenga el camino de la baja del gasto público en subsidios, por lo que los servicios públicos pueden incrementar su peso sobre los salarios, a menos que estos empiecen a subir por encima de la inflación y de la mano de una reactivación de la economía.

Sobre esos $ 139.356, unos $ 41.504 al mes corresponden a la factura de energía eléctrica, en la que una familia «N1» del AMBA paga el 40% del costo real; unos $ 36.136 corresponden al gas, donde se aporta el 32% del precio pleno de abastecimiento; $ 20.631 al agua, servicio en el que se abona el 94% de su costo; y $ 40.906 en transporte, en el que solamente los usuarios contribuyen con el 22%, de acuerdo al informe coordinado por los economistas Alejandro Einstoss y Julián Rojo.

Solamente teniendo en cuenta la luz y el gas, los servicios energéticos se llevarán este mes entre el 3,8% y el 6,6% de los sueldos medios de un trabajador registrado en el AMBA, mientras que su incidencia sobre los ingresos mínimos varía del 1,9% al 13,7%, de acuerdo a la categoría de cada usuario en la segmentación.

El efecto para el Estado es que en los primeros cinco meses del año hubo un ajuste real -descontado el efecto de la inflación- del 34% en el gasto en subsidios, que cayó hasta los $ 3,1 billones. Aunque disminuyeron fuertemente, los subsidios energéticos representaron en mayo el 13,4% del gasto primario, en línea con los últimos años a partir de 2021.

Con todo, la proporción del gasto de los hogares en los servicios en relación a los salarios está alcanzando la media de América Latina, con la diferencia de que la constante caída de los ingresos que sucedió en la Argentina desde 2018 dificulta un avance mayor para que el Gobierno baje los subsidios, como pide el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por otro lado, el IIEP también encontró un dato que incluso sorprendió a sus investigadores: tras el aumento del subte a $ 650, los usuarios de la Ciudad de Buenos Aires cubren el 35% de los costos de operación, ya por encima del 34% que se paga en Nueva York, Estados Unidos (2,90 dólares) y apenas por debajo del 40% de Madrid, España (un mínimo de 1,50 euro), aunque todavía con una gran brecha respecto al 72% de cobertura de Santiago, Chile (hasta US$ 0,90).

Clarín

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