Acindar vuelve a parar sus plantas por tres semanas ante la caída de las ventas
Como anticipó Clarín, finalmente Acindar (del grupo Arcelor-Mittal) volverá a apagar los motores de tres de sus cinco plantas por la caída de las ventas de acero a la industria y la construcción. Es su segundo parate en lo que va de 2024 y, según la compañía, afecta a 450 empleados dentro de convenio, de un total de 3.500 trabajadores (1.500 están bajo este marco y 2.000 son indirectos).
Terminado el fin de semana largo, el lunes 24 de junio la siderúrgica, con más de 80 años de operaciones, frenará por tres semanas la actividad en sus complejos de Villa Constitución (Santa Fe) –su principal establecimiento con un proceso de producción integrado de aceros largos–, Rosario (Santa Fe) –donde tiene un centro integrado de servicios siderúrgicos– y San Nicolás (provincia de Buenos Aires), de aceros largos y perfiles livianos. En ambos, se completa el proceso productivo.
A su vez, analiza qué hará con los de La Tablada (Santa Fe) –donde fabrica alambres y se ubica la sede corporativa– y Villa Mercedes (San Luis), que hace mallas especiales y clavos. En mayo, Acindar le había anticipado a este medio que analizaba tomar esta decisión hacia fin de junio y por tres semanas.
“Hay un esquema de paradas pautado para los tres trenes laminadores, con distintas fechas de inicio. Para el 15 de julio ya deberían estar operando normalmente. Es para ajustar stocks a la demanda”, le explicaron a Clarín fuentes cercanas a la empresa.
La siderúrgica está con un nivel de producción aún menor que en marzo, cuando frenó su actividad un mes: la caída supera al 44% de la capacidad instalada. Y ya recortó sus perspectivas de despacho por la baja del consumo de este insumo esencial para sectores como construcción –con la obra pública parada y retrasos en obras privadas–, petróleo, energía, industria automotriz y agro.
Mientras que concluyó 2023 con ventas anuales por 1,2 millones de toneladas, espera terminar 2024 con 600.000 en el mejor de los casos. El número quedaría por debajo de las 870.000 toneladas alcanzadas en plena pandemia, en 2020, lo que convierte al parate en uno de los más abruptos en su historia.
En el sector, hay preocupación por la aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), ya que el acero de Acindar competiría con el de China. Según la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), sobran 600 millones de toneladas del material en el mundo, 100 veces la producción de la Argentina.
El anterior parate de Acindar
Con un desplome de entre el 35% y el 40% de las ventas en el mercado interno, en el primer parate, Acindar ofreció retiros voluntarios y acomodó su operación conforme a estos niveles de actividad, parando desde el 18 de marzo hasta el 15 de abril.
En medio de un conflicto salarial del sector que ya lleva seis meses, le otorgó vacaciones pendientes y francos compensatorios al personal. Y tras la reapertura, pasó de cuatro a tres turnos diarios. Continuó abonando el 100% del sueldo, un factor que agregó complejidad al negocio y que en este contexto resulta difícil replicar.
Durante la parada, también realizó tareas programadas y capacitaciones en materia de seguridad, medidas de carácter extraordinario para minimizar la situación. Ahora, con el fin de garantizar la sustentabilidad del negocio, analiza alternativas para compensar la caída de las ventas, con una mejora de la competitividad y la búsqueda de nuevos mercados de exportación.
La crisis del sector
La fabricación de acero volvió a bajar en abril, aunque la caída se desaceleró: fue de 316.900 toneladas, un 31,2% mayor respecto de marzo (241.400 toneladas), pero un 26,3% inferior que en abril del año pasado (429.900 toneladas), informó la Cámara Argentina del Acero.
En este número, influyen los seis días de paro de la UOM y el cierre de las cuatro plantas de Acindar. De acuerdo a la entidad, aún no se ven signos de recuperación de la actividad industrial, con la excepción del sector energético. Los rubros más afectados son línea blanca y la construcción.
En ese sentido, el 95,7% de las empresas del sector reportan peores condiciones que el año pasado y que la capacidad instalada de la industria manufacturera opera al 56,6%, muy por debajo del 68,9% registrado en el mismo periodo del año anterior.