Como será el celular del futuro: las 5 tecnologías que cambiarán el paradigma de la telefonía móvil
Más allá de la actualización de los circuitos integrados y el recuento de pixeles, que se repite cada 12 meses, los fabricantes de celulares preparan importantes cambios en la estructura y también en las funciones de sus equipos. En esta nota, cuáles son los 5 avances que cambiarán el curso de la telefonía móvil en los próximos años.
Tras el parate que experimentó la industria en 2023, la clave para no volver a estancarse es recuperar el factor sorpresa. Para captar el interés de los consumidores ya no alcanza con la prédica de los influencers.
Y aunque muchos creen –erróneamente- que la innovación está asociada con la novedad, la verdadera prueba está en el impacto que los cambios produce en los consumidores, como ocurrió con la resistencia al agua o la autenticación biométrica.
Así, en la cartera de patentes de las principales marcas figura las pantallas sin luz, los sistemas de carga a distancia, la incorporación de métricas de salud, la profundización del aprendizaje automático, nuevos formatos y tamaños.
La transformación de las pantallas
Aunque son capaces de representar una amplia gama de colores, la mayoría de las pantallas actuales, tienen dificultades para adaptar el sensor ambiental a las distintas condiciones de luminosidad.
Una de las posibles soluciones son los paneles transparentes como los que este año estrenó LG en su línea de TV SIGNATURE OLED T. En vista de su éxito, hubo muchos fabricantes dispuestos a ser los primeros en introducir esta renovación sus equipos.
En estos paneles, el contenido que aparece en la pantalla parece flotar en el aire, pero simultáneamente se fusiona con el espacio que lo rodea para crear un efecto visual atmosférico y atractivo.
Este display, con un bajo consumo energético, podría ser plano o flexible. Además, para reforzar el efecto intangible, los bordes están rodeados por un cristal traslúcido.
Algo más cercano en el tiempo son las pantallas holográficas, algo que abriría las puertas de la llamada realidad extendida (XR) que representa una fusión de los mundos físico y virtual para crear entornos atractivos y envolventes.
La firma Looking Glass acaba de lanzar una campaña en KickStarter para su pantalla holográfica de 6 pulgadas con un diseño compacto y plegable. Mediante IA se pueden convertir imágenes 2D en 3D y verlas como un pase de diapositivas.
Cargas remotas
El acceso a la carga inductiva -aunque exclusivo de la gama alta- ya está presente en aeropuertos, habitaciones de hotel y muchos autos que lo traen de fábrica. Basta con alinear el móvil con la base para que se active esta función. El siguiente paso es la carga por resonancia magnética.
En este caso, no será necesario colocar el teléfono sobre una superficie plana para estimular las bobinas. Ya que sólo habrá que mantenerlo cerca de la fuente de emisión.
Para generar el campo magnético, la resonancia utiliza dos bobinas: una que almacena la energía y otra que se encarga de distribuirla entre los dispositivos que estén en un radio de 50 centímetros.
Así, bastará con subir a un transporte público o entrar a un restaurante para que todos los móviles comiencen a recibir el suministro a la distancia. La idea no es dejarlo al cien sino ir sumando líneas de carga.
El Mi Air Charge, es un novedoso sistema de carga inalámbrica remota. En un hardware complementario, Xiaomi almacenó una fuente con 144 antenas que radian la carga a todos los celulares compatibles con este sistema de abastecimiento.
El conjunto de estas antenas receptoras, convierte la señal de ondas milimétricas emitida por la pila de carga en energía eléctrica a través del circuito rectificador.
La mayor limitación es la potencia de transmisión que no supera los 5W. Sin embargo, si esto sigue la misma ruta que la tecnología inalámbrica, que arrancó en 5W y hoy alcanza los 80W, superando al cable tradicional.
Diagnóstico y tratamiento
A medida que la población envejece y las enfermedades crónicas se vuelven más prevalentes, el modelo de salud clásico basado en visitas presenciales al médico, resulta insuficiente.
El objeto electrónico que más tiempo está cerca del cuerpo humano es el teléfono. Por esta condición de proximidad, se encamina a ser la herramienta idónea para supervisar los signos vitales y alertar sobre cambios fisiológicos repentinos.
Y si bien muchas de estas métricas ya están incluidas en los relojes inteligentes y también en los anillos de salud, no será la primera vez que el celular fagocite componentes y servicios.
La revolución sanitaria del móvil es liderada por la IA que ya está transformando el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, haciéndolos más precisos y personalizados.
Dentro del móvil, los algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar grandes volúmenes de datos, identificando patrones que serían imposibles de detectar para el ojo clínico.
Este enfoque preventivo no solo tiene el potencial de mejorar la calidad de vida, sino también reducir los costos generales de salud, aumentar el bienestar, evitar lesiones y anticiparse a posibles complicaciones.
Aprendizaje automático
Los teléfonos pueden ejecutar una amplia gama de tareas por intermedio de la IA, como traducir textos o archivos, crear imágenes o realizar consultas en la web. Estas funciones irán aumentando sus posibilidades, ya que es considerado el gran salto tecnológico.
Para que se cumpla este vaticinio, el primer paso será la integración de soluciones de IA de forma nativa, conocida también como Edge-AI o inteligencia artificial sin conexión de datos. Es decir, toda la información se procesará en el interior del aparato.
Esto hará que el aprendizaje automático despegue definitivamente. Mientras que la contribución de la computación cuántica podría escalar la IA al siguiente nivel, permitiendo el procesamiento de datos a una velocidad que supera ampliamente los cálculos actuales.
En el informe “Smartphone Shipments and Insights”, de la consultora Counterpoint Research señala que para 2027 los envíos de teléfonos con GenAI alcanzarán las 522 millones de unidades en todo el mundo, con un crecimiento acumulado del 83%.
La personalización es la piedra angular del paradigma de la IA. En breve se esperan capacidades de comunicación mejoradas, como un asistente que conteste todas las llamadas utilizando la voz del usuario y filtre las que no son prioritarias.
Para prevenir fraudes y detectar contenido adulterado, el propio sistema examinará en segundos la información de cada fotograma, como el contacto visual, la iluminación, la claridad de la imagen, para identificar manipulaciones que son imperceptibles para el ojo humano.
Portables y livianos
No solo el cerebro de los teléfonos evoluciona, su apariencia también se restaura. Fue así como la categoría de los plegables, que surgieron en 2019, llegó para terminar con la hegemonía de los equipos con una altura de 6,7 pulgadas.
En este sentido, TM Roh, presidente de la unidad de Experiencia Móvil de Samsung, señaló que la mayor parte de la investigación y el desarrollo de la compañía apunta a la IA y por este motivo, el cambio de forma en los teléfonos sería inminente.
Para imaginar cómo será el futuro del teléfono móvil, basta con mirar a los plegables, que lograron frenar el vertiginoso ascenso de las pantallas XXL.Y aunque no son perfectos, la idea es ir mejorando sus prestaciones.
Una de las vertientes son los equipos extensibles, como el Moto RIZR. Este prototipo con una pantalla de extensión automatizada puede pasar de 5 hasta las 6,5 pulgadas. Emplea un sistema motorizado para desplegar o retraer su pantalla táctil flexible.
Y cuando dicha pantalla no está desplegada, puede aprovecharse en la cara trasera como soporte para notificaciones, visor de cámara o personalización del propio teléfono.
En esta misma dirección avanza el OPPO X 2021 con una pantalla OLED enrollable, que puede extender el tamaño de las 6,7 hasta las 7,4 pulgadas (18 centímetros).
Este concepto se basa en un motor propio, con en una estructura de ‘dos placas en una’, que contribuye a deslizar el panel de la pantalla. pantalla OLED enrollable, que puede extender el tamaño de las 6,7 hasta las 7,4 pulgadas (18 centímetros).