Intervención de la ANAC: gana terreno la secretaría de Transporte
La intervención por 180 días de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) dispuesta por el Gobierno en la noche del jueves representa un avance de la Secretaría de Transporte sobre un área en la cual busca tener la máxima incumbencia.
El decreto 599 publicado el miércoles, es de la autoría directa tanto del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger como del subsecretario de Transporte Aéreo, Hernán Gómez, quien a su vez depende del cordobés Franco Mogetta, secretario de Transporte.
La importancia que le da el gobierno de Javier Milei al tema aerocomercial lo marca la propia reactivación de esta subsecretaría, que había sido eliminada en 2008 por Cristina Kirchner.
Con el Decreto 599, el Gobierno dictó la reglamentación del nuevo Código Aeronáutico, el reglamento de acceso a los mercados aerocomerciales y los acuerdos de cooperación entre líneas aéreas, bajo el criterio general de una política de “cielos abiertos”.
Gómez es un abogado recibido en la Universidad de El Salvador que con los años se especializó en Derecho Aeronáutico, una rama con muy pocos especialistas. Una de sus colegas es María Julia Cordero, quien venía oficiando como asesora en la Subsecretaría y ahora pasó a ser la interventora de la ANAC.
La ANAC tiene a su cargo funciones sensibles como el otorgamiento de licencias a las empresas, la evaluación de sus aeronaves y de los aeródromos, la aeronavegabilidad de las empresas, investigación de accidentes y servicios de navegación aérea, entre otros ítem.
Cordero llega a este organismo bajo un fuego cruzado: entidades externas como la Organización Mundial para la Aviación Civil (OACI) y la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) cuestionaron el rigor e idoneidad con que se manejan los temas aeronáuticos en la Argentina.
Por su parte el gremio de los estatales (ATE) ya emitió alertas contra la intervención y está convocando a asambleas bajo la consigna «No hay desarrollo #Aerocomercial con una @ANACargentina sin capacidad operativa y sin valorizar su capital humano».
En el comunicado que acompaña su designación, queda claro que Cordero desembarca en la ANAC con el lápiz rojo. Dice que su deberá realizar un informe sobre la situación del organismo, relevar su actual estructura «y determinar una reorganización funcional y operativa«, además de concretar una evaluación financiera y la digitalización de sus procesos.
Resultados en contra
Una auditoría sobre la ANAC que hizo la OACI durante el gobierno anterior (julio de 2023) arrojó un resultado muy adverso en ítem como “Organización” (41% de efectividad contra un promedio global de 71%), “Operaciones” (37% sobre 70%), “Aeronavegabilidad” (61% contra 83%) y “Servicios de Navegación Aérea” (38% contra 65%).
En sentido contrario, la ANAC quedó mejor parada que el promedio global en el rubro “Aeródromos” (70% contra 62%) e “Investigación de accidentes” (89% contra 54%).
Esos resultados a favor no alcanzaron sin embargo para revertir la mala performance general de la ANAC, a punto tal que en aquel momento vino a la Argentina una comisión de la OACI para colaborar en la superación de los problemas.
Si bien las conclusiones de esa auditoría no son vinculantes, a partir de aquella entonces la FAA estadounidense puso al sistema aerocomercial argentino bajo la lupa y comenzó a enviar misiones de inspección.
La última fue hace dos meses, ya durante la gestión de Marón, y los inspectores dejaron una serie de recomendaciones que verificarán en una próxima visita agendada para septiembre: ahora la anfitriona de esa visita será la abogada Cordero.
En el sector hay rumores sobre otros organismos que podrían ser intervenidos para quedar bajo la órbita directa de Transporte Aéreo. La siguiente movida sería la semana que viene.