Los turistas ahorran tiempo y dinero a la hora de comer en Salta
La mano viene difícil para todos; inclusive para los turistas que vienen con pocos días y con pocos recursos. «Preguntan por comidas rápidas», dicen las chicas de poncho azul que asisten a los visitantes de la Ciudad.
Lo cierto es que Salta se destaca por tener una cocina con identidad. Comer en la ciudad es un placer que todos los turistas destacan y es verdad que en relación con otras ciudades de Argentina, Salta se mantiene como una de las opciones más accesibles.
Los guías confirman que los turistas quieren comer rápido y barato para seguir visitando lugares, museos y atracciones en Salta. Entonces hay dos caminos: las empanadas o los menú que en la ciudad están muy bien calificados. La brecha ronda entre los 4200 pesos y los 12 mil pesos. Pero no hay que dejarse llevar por los precios porque hay baratos de buena calidad.
«Nosotros tenemos plato principal, postres y bebida en 8200 pesos. Siempre ponemos algo típico como un guiso de lentejas y algo de pasta como dos opciones. Muchos turistas vienen y comen lo típico. Antes sólo venían salteños, pero desde hace un tiempo vienen muchos turistas nacionales», dijeron las mozas del hotel de Zuviría 16 que tiene una tradicional confitería con restaurante abierto a todo el mundo. Se debe decir que la bebida es siempre un vaso que puede ser de gaseosa, agua o hasta una copa de vino.
En otro locales de la plaza central de Salta un menú puede llegar a 12 mil pesos, lo cual ya se van al extremo. También están los que ofrecen «menú patriota» que consiste en un plato de locro y dos empanadas a 10000 pesos.
En la base de la oferta estás los menú de 4500 pesos, pero es un plato nada más. Eso hace la diferencia porque en esos lugares no se incluye la bebida ni los postres y ahí los costos varían según la preferencia. Al mismo precio está el ya famoso locro «cuchara parada» del Paseo de los Poetas.
Otra opción válida son las promociones de 2 por 1 que están muy de modas y se ven en las pizarras. Por ejemplo, una cazuela (del animal que se prefiera) cuesta casi 23 mil pesos en el bar del museo de España y Zuviría. En otros locales, también de la 9 de Julio, pero en la otra diagonal, una milanesa para dos con variedades de ensaladas o tonos, sale por 16500 pesos; es tan grande la tabla que hasta pueden comer tres personas. Es decir que para comer bien sólo hay que caminar y preguntar.
«Nosotros no podemos recomendar nada», dicen los ponchos azules. «Pero cada vez vemos que más turistas quieren gastar menos y comer rápido», aseguran.
Nuevas viejas opciones
Las empanadas, los tamales, las humitas y los locros son patrimonio de la ciudad y en todos lados se venden. Los salteños tenemos cada uno nuestra preferencia por precio o por gusto. Ahora bien, los turistas que vienen a Salta son muchas veces reincidentes. Uno habla con ellos y son varias las veces que vinieron; cuentan los viajes que hicieron a Salta como una forma extraña de promesa. Entonces también van conociendo lugares y teniendo sus preferencias; van ocupando mesas que antes sólo eran de los salteños.
Eso sucede en los clubes y bodegones de Salta donde se come bueno, bonito y barato. La postal del parroquiano se fue modificando y cada vez más turistas ocupan esos espacios. Un menú del comedor del club de básquet ubicado en Urquiza al 1000 cuesta 4200 pesos, con sopa, abundante. Allí el locro es uno de lo más tradicionales que hay en Salta y está al mejor precio. O como las empanadas que venden con el verdadero ají que pica en un bodegón ubicado al frente a la peña más turística de Salta, en el Paseo de los Poetas.