La UNSa tendrá por primera vez un aula en la Unidad Penal de Mujeres N° 4 de Villa Las Rosas
Durante la jornada del viernes último, el rector Daniel Hoyos junto a autoridades universitarias y el equipo de la Dirección de Educación en Contexto de Encierro, dependiente de la Secretaría Académica, participaron de la inauguración de un espacio educativo para que las mujeres detenidas en la Unidad carcelaria Nº 4 del penal de Villa Las Rosas puedan estudiar allí.
Se trata de una acción más por parte de la actual gestión de Rectorado que tiene como uno de sus lineamientos principales profundizar en una política universitaria orientada a garantizar el derecho a la Educación Superior de las personas detenidas. El rector Daniel Hoyos celebró esta posibilidad al sostener que desde su gestión “estamos convencidos que el conocimiento debe trascender las aulas universitarias y construirse también con los sectores más desfavorecidos”.
En la oportunidad también estuvo presente la Comisión de Educación de Privación de la Libertad de la Facultad de Humanidades, a cargo de Sol Villena.
Contexto de encierro
La firma del Convenio Marco entre la Universidad, el Sistema Penitenciario y la Facultad de Humanidades se firmó el 11 de noviembre de 2006, en la gestión de la rectora Estela Pérez de Biachi.
La carrera de Ciencias de la Comunicación es la única carrera presente actualmente y desde aquel entonces.
Durante la gestión del Dr. Alejandro Ruidrejo como decano (2016 – 2019) de la Facultad de Humanidades de esta casa de estudios se crea la Comisión de Educación en Contexto de Privación de la Libertad desde la Facultad. En ese momento se toma conocimiento de las demandas de las estudiantes en la Unidad Carcelaria N° 4 referidas a la falta de un espacio de estudio.
Al asumir la gestión del rector Daniel Hoyos, por instancias de la Secretaría Académica del Rectorado, Paula Andrea Cruz. se crea el programa PROSAC, que entre otros, conforma el Programa de Educación en Cárceles. Desde el inicio de este programa la Secretaría, junto con la Coordinación, firman un acta acuerdo con el área de Educación del Ministerio de Educación de la Provincia para acordar un espacio para que las estudiantes puedan tener un espacio físico propio para desarrollar tareas de alfabetización académica. Este hecho logró concretarse finalmente este viernes.
Historia de los espacios de disciplinamiento para mujeres detenidas
El 2 de diciembre de 1.987, se inaugura el actual edificio de la Unidad Carcelaria Nº 4 de Mujeres (UC N°4), sito en el sector norte del Complejo Penitenciario de Villa Las Rosas.
Anteriormente, la Cárcel de Mujeres tenía su sede en el Hogar Buen Pastor, estando bajo la tutela de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, con personal penitenciario a cargo de la seguridad externa.
La casa del Buen Pastor ubicada en un terreno cedido por el gobierno salteño a una Sociedad de Beneficencia en la ex quinta Agronómica, fue creada en 1864. Esta sociedad conformada por mujeres de la aristocracia salteña pidió al Estado no solo que le cediera el terreno para la construcción de la considerada la primera cárcel de mujeres de Salta, sino también una comitiva de “Hermanas de la Caridad” para que las ayudaran con la “regeneración moral de las personas extraviadas”.
Fue la profesora de la UNSa, Luz del Sol Sánchez, una de las historiadoras que indaga acerca de esta cárcel y su principal objetivo: la rehabilitación de mujeres que habían cometido algún delito o que habían “faltado a la moral, y la domesticación de los cuerpos a partir del encierro”.
En su trabajo publicado por el Centro de Estudios Filosóficos de Salta (CeFiSa) “Cuerpos encerrados: el disciplinamiento de las mujeres en la casa del Buen Pastor”, describe que la creación de esta casa avalada por el Estado posibilitó el dominio de los cuerpos femeninos bajo el amparo de la legislación y de los medios de comunicación.
La investigación realizada bajo un enfoque de género, analiza también cómo se produjo el “encierro y disciplinamiento de las mujeres pobres desde el Estado salteño”. Mientras que, desde la teoría de poder de Foucault, la profesora describe como el poder patriarcal “penetra los cuerpos, se manipula, se forma, se educa y se obedece”.
“Las mujeres católicas de la elite salteña se dedicaron a la moralización de las mujeres encerradas a través de la educación cristiana. La educación moral tendía a sustituir las pautas culturales que ‘desviaban’ a las mujeres de su destino, es decir como madres y esposas moralizadoras de sus cónyuges e hijos y trabajadoras honestas. Eran mujeres las encargadas del control social, de ‘corregir’ y ‘encauzar’ a ‘otras’ mujeres, concretamente a las mujeres pobres difícilmente ‘controlables’, que requerían la sistemática intervención del Estado”. [Luz Sánchez. 2013]
Según menciona el trabajo además las mujeres eran controladas en base a reglamentos y edictos de la policía, la Ley de conchabo (sistema de control que le aseguraba a los grupos dominantes mano de obra barata y permanente) y otras normas de disciplinamiento que dictaban los roles femeninos y el ideal de mujer.
En Salta, los dispositivos de encierro funcionan todavía según la distinción sexo – género. En las cárceles de varones, los presos son personas que en su Documento Nacional de identidad pertenecen al sexo masculino como así también sus guardiacárceles y en las cárceles de mujeres aquellas personas pertenecientes al sexo femenino. Por esta razón no existe en la provincia un número exacto de mujeres trans privadas de su libertad.
Situación y educación
La Unidad penal de mujeres se encuentra adicionado a la cárcel de varones, por lo que ediliciamente es un sector pequeño que puede alojar a 90 personas. Cuenta con 4 pabellones donde uno es de madres que viven con sus bebés y niños, Dependiente de la Dirección de Regímenes Especiales, funciona en el interior de la Unidad Carcelaria Nº 4, el Núcleo Educativo Nº 7042 “Rosa Virginia Pelletier”, donde se brinda instrucción en el nivel secundario.