16 de noviembre de 2024

Los gobernadores al fin ponen la cara

La aparición de los gobernadores el jueves pasado le pone el marco decisivo a la semana más importante para el gobierno de Milei. Si todo funciona como está previsto en el oficialismo y la oposición, el jueves habrá ley de Bases y ley de medidas fiscales «paliativas» (ojo, retener este título, que connota provisoriedad).

Del lado del gobierno su interés en cerrar el debate lo prueba el gesto de invitar a cuatro gobernadores del peronismo del interior a la casa de gobierno y en día feriado. El mismo Milei, que dijo que iba a mandar a la quiebra a las provincias, se doblegó al escuchar el dictamen del FMI en su documento de la revisión del programa, sobre la necesidad de avanzar en consensos políticos, por encima de los técnicos.

Este lunes los gobernadores en los que se referencian los bloques dialoguistas de Diputados tendrán una reunión final convocada a través de Rogelio Frigerio y Miguel Pichetto con los jefes de esas bancadas para que den su apoyo manifiesto a los dictámenes que el martes aprobarán la letra final de los dos proyectos. Todos quieren apoyar a los gobernadores, pero ponen como condición que entren al escenario y digan lo que quieren.

Siempre juegan al final

Los gobernadores son la base del sistema político. La gente, después de todo, vive en las provincias. La relación entre los ciudadanos allí es directa y el voto fuerza entendimientos que explican mucho de lo inexplicable, como que los gobernadores siempre juegan al final. Esperan que se manifiesten los otros poderes políticos y ponen la ficha cuando la ruleta está a punto de detenerse. De la suerte de esa apuesta depende su destino.

La Nación es un estado contable que entra en crisis cada tanto como consecuencia de su tarea de asegurarles a los distritos la solvencia financiera. Tanto los presidentes como los gobernadores saben que su futuro depende de quienes viven en las provincias.

En uno de los cuadros que figura en el informe del FMI que se conoció durante la semana, se recuerda que «Las provincias registraron superávits durante 2021-22 (respaldados por mayores transferencias discrecionales). La situación fiscal se deterioró en 2023, en parte como reflejo de la sequía y de las políticas relacionadas con las elecciones, incluida la decisión de elevar el piso de ganancias no imponible), lo que redujo drásticamente los ingresos coparticipados».

Prendas de cambio: peajes y jueces

El interés que les expresaron los hermanos Milei y Guillermo Francos a los cuatro del Norte que los visitaron -el salteño Gustavo Sáenz, que además puso al avión a disposición de Osvaldo Jaldo (Tucumán), Carlos Sadir (Jujuy) y Raúl Jalil (Catamarca)-, por salvar de esos proyectos la reposición de Ganancias y Bienes Personales -volteados por el Senado- es la señal de que este gobierno recompondrá la relación que les permitió a los gobernadores de los 24 distritos terminar el 2022 con superávit.

La prenda de ese acercamiento tiene nombre:

1) Reactivación de la obra pública a cargo de las provincias con cabecera en las rutas. Habrá traspaso con la intención de que las provincias liciten las concesiones. Todo mandatario de cualquier nivel tiene el sueño del peaje propio.

2) Una manito para designar nuevos jueces en la Corte. El gobierno mandó a decir que no devolverá los pliegos de 60 postulantes a cargos judiciales federales que tiene retenidos, antes de que se vote el apoyo a los candidatos Lijo y García Mansilla. Es una pulseada de sintonía fina para ver quién dispara primero. Ningún gobernador mueve nada sin que le resuelvan las vacantes en su provincia. El gobierno replica que o les votan los dos candidatos no va ninguno de los dos.

3) Los cuatro del jueves tienen intereses en temas mineros, y celebran la sanción del RIGI, pero claman por la reposición de ganancias.

Para Milei, que lo mira por TV

El destino de Ganancia y Bienes Personales depende de la política. Esos impuestos fueron aprobados en Diputados por 132 a 113 y 142 a 106, respectivamente. En el Senado fueron rechazados por 41 a 31 y 37 a 35.

Son diferencia tenues que separan a lotes de provincias. Las del Norte quieren Ganancias porque les significa en la caja. Se dividen sobre Bienes Personales.

El cordobés Martín Llaryora es reticente a que BP vuelva porque con el formato original puede recaudar más. Hay diputados del bloque de Hacemos, como Emilio Monzó o Nicolás Massot, que son referentes de muchos otros, que creen que ese impuesto es regresivo y afecta a las clases medias dentro de un plan que beneficia a los más ricos.

Los mandatarios del club del salario alto – los patagónicos -se oponen a los dos tributos, aunque les levantaron el piso por zona en un 22% respecto del resto del país. Los mandatarios de esas provincias han buscado diferenciarse del gobierno hasta en lo simbólico.

Los gobernadores Alberto Weretilnek (Río Negro) y Rolo Figueroa (Neuquén) aparecieron la semana pasada, cuando sesionaba el Senado, en Brasil abrazados a Lula da Silva. Para Milei que lo mira por TV.

En esos mismos días, el diputado “Loma” Ávila, del bloque de Pichetto, estaba en el Vaticano sacándose fotos con el Papa Francisco como secretario general de los Petroleros Privados de Chubut. Prefirió acompañan al Movimiento Internacional ‘Scholas Occurrentes’ en el Foro Social, Académico y Laboral de la Industria de la Energía. Para Milei, que lo mira por TV.

La ficción de la guerra cultural

En la última reunión del dúo «María y José» (Ibarzabal y Rolandi, agentes de la jefaturas de gabinete para la letra fina) con los bloques dialoguistas del martes pasado – una cita híbrida por la ausencia de muchos legisladores en el Congreso – el gobierno se aseguró la voluntad de reponer esos dos tributos.

En lo demás, admiten la tesis Pichetto de que la ley de Bases ya está aprobada por la cámara de origen, y las revisiones que hizo el Senado. Igual frente los asistentes a esa cita casi clandestina, el gobierno amagó con el reclamo de que el nuevo dictamen tenga más cambios.

El primero de todos, que se incluya a Aerolíneas Argentinas y al Correo en la lista de las empresas privatizables. Les aconsejaron a los enviados de Francos que se olviden de eso y que, en todo caso, vayan por ese asunto con nuevas leyes.

También se quejaron del recorte a la delegación de facultades al Ejecutivo para el cierre de organismos. Que se salve el Conicet se lo bancan, que querrían agregar reparticiones del arte y la cultura. En esto el bloque del PRO se mantiene pegado a la idea del oficialismo, que esos organismos son cuevas de la resistencia del cristinismo, sector que nunca los va a votar.

Esa es eje de la llamada guerra cultural, en la que le va tan bien a Milei cuando sale del país y le jalean las consignas «libertad o comunismo». En la Argentina -y quizás también en España- ya hay libertad y no hay comunismo. Ficciones de poca monta.

Mejor no toquen el capítulo laboral

También con algún sesgo clasista, los emisarios de Olivos insistieron en la necesidad de hacer retoques al capítulo laboral. En particular volver a la redacción original de la reforma que sanciona el bloqueo de empresas por los trabajadores, considerándolo una causal de despido con causa.

Se trata de matices adjetivos y tiempos verbales. La redacción del Senado dice «Podrá configurar grave injuria laboral, como objetiva causal de extinción del contrato de trabajo, la participación en bloqueos o tomas de establecimiento.» (art. 94°). Pichetto les advirtió: “- Mejor no toquen el capítulo laboral porque se arriesgan a que se caiga la ley».

El argumento se basa sobre la mansedumbre de la dirigencia sindical, con la que ya logró estos proyectos, respecto de la agresividad de los primeros borradores que mandó el gobierno al Congreso. Sigue vigente el lema no escrito, pero no desmentido de “La reforma laboral es lo que decidan Pichetto y la CGT”.

Para el FMI el riesgo está en la política

Los gobernadores del peronismo junto a Milei abren un panorama novedoso para la suerte del gobierno y del peronismo. En el documento de 110 páginas que publicó el 13 de junio, el FMI señala aciertos del gobierno en materia técnica, pero enciende luces amarillas por eventuales riesgos políticos.

«Persisten riesgos de implementación – afirma – dada la complejidad del proceso de estabilización y reforma que queda por delante, y el panorama político altamente fragmentado y la frágil situación social.» (Criterio 4 del capítulo titulado «Exceptional Access»).

Según el documento, «sigue siendo esencial seguir generando apoyo social y político para las reformas necesarias. Dados los grandes costos a corto plazo que implica abordar los desequilibrios macroeconómicos, será necesario continuar con los esfuerzos para aumentar la asistencia social encaminada a proteger a los más vulnerables y garantizar que el costo del ajuste no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras. En el contexto de la limitada representación de la administración en el Congreso, sigue siendo fundamental continuar trabajando con el Congreso, los gobernadores provinciales y otras partes interesadas para asegurar la aprobación de legislación fiscal y de reforma de otro tipo (Ley de Bases). Será necesario fortalecer el consenso sobre reformas para limitar la volatilidad del mercado, impulsar la confianza y mejorar el clima para la inversión a más largo plazo.»

La reacción inmediata del gobierno fue amansar el discurso de Milei, llamar a un pacto de Mayo que se cerrará el 9 de Julio –un argentinismo este de llamar una cosa por otra-. Después de todo, ni el de Baglini es un teorema, ni Choele Choel es necesariamente una isla ni tampoco Perón es el primer trabajador.

Temen Kicillof vs. Wado y que medie Massa

Esos gobernadores aprovechan este debate, que planteó el gobierno en torno al programa de Cambiemos que Milei hizo suyo, para despegarse del peronismo del AMBA.

Son espectadores del retablo que ha montado el peronismo del AMBA: hoy los amenaza con encerrarlos en la opción de adherir a la jefatura de Axel Kicillof, que no es peronista pero que tiene el favor de un sector del PJ bonaerense, o arrimarse al cristinismo extremo, que no tiene estrategia de poder para las elecciones de 2025, y alza como alternativa para el 2027 a Wado de Pedro.

Los gobernadores del peronismo del interior temen quedar atrapados en esa dialéctica bonaerense y terminar de nuevo con un Sergio Massa como tercera vía.

Clarín

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