El riesgo país llegó a 1.420 y siguieron cayendo los bonos y acciones argentinos en Estados Unidos
En medio del feriado extra largo, los activos argentinos siguen cayendo fuerte en Estados Unidos. Esto hace que el riesgo país escalara ayer a 1.420 puntos básicos.
Este indicador que realiza diariamente JP Morgan mide el sobre costo de la deuda argentina en relación al rendimiento del Tesoro de Estados Unidos. Hace dos meses el riesgo país bajó a 1.148 puntos básicos, el nivel más bajo en lo que va de la gestión de Javier Milei.
La suba del riesgo país refleja una nueva caída de los bonos argentinos, que retrocedieron entre 0,3% y 0,5% en esta rueda.
Del lado de las acciones, en una jornada con una leve suba del Dow Jones en torno al 0,04%, los ADR abrieron todos en rojo. Tal como ocurrió ayer, cuando las pérdidas superaron el 8%, en la apertura la peor parte la llevan los bancos, con bajas de hasta 4% para el Banco Galicia. Sobre el cierre recortaron las pérdidas y el Galicia terminó en 0,7%. El peor resultado fue el de Irsa con 3,5%. Solo cuatro ADR terminaron con subas: Corporación América (4,1%), Globant (2,3%), MercadoLIbre (1%) y Pampa Energía ( 0,8%).
El dólar cripto se mantuvo este viernes en $ 1.300, el mismo precio al que cerró el blue el miércoles pasado, el último día de actividad en una semana corta.
Los activos argentinos se habían recuperado hace dos semanas después de la aprobación por el senado de la Ley bases. Pero en los últimos días los bonos presentaron leves bajas y acumulan en lo que va junio retrocesos en torno al 2%. En cambio, las acciones promedian caídas del 10%.
De este modo se interrumpió el proceso de recuperación de los activos argentinos que venían subiendo con ímpetu desde el cambio de gobierno con incrementos de hasta 100% en la cotización del ADR del banco Macro y del 50% en el bono AL30.
Uno de los temas que preocupa a los inversores es la dificultad que exhibe el Banco Central para acumular reservas. En lo que va de junio solo pudo sumar compras por US$ 25 millones, en medio de la menor oferta por parte de los exportadores, disconformes con el tipo de cambio actual y una mayor demanda por el pago de las importaciones que empiezan a normalizarse.