16 de noviembre de 2024

La extensión del dólar exportador complica la acumulación de reservas y la salida del cepo

Desde diciembre pasado, las compras de parte del Banco Central llegan a US$ 17.227 millones. Lo que en los primeros seis meses de la gestión de Javier Milei fue un dato auspicioso para la estabilidad cambiaria y el camino hacia el levantamiento del cepo, ahora empieza a empantanarse y a transformarse en una señal de alarma que aleja la chance de que en el mediano plazo terminen las restricciones a la compra venta de divisas.

En lo que va de junio y cuando solo quedan cinco ruedas para cerrar el mes, el Central apenas logró acumular compras por US$ 25 millones.

Varias razones explican las dificultades del Central para sumar reservas. El dólar exportador, que se extenderá en el segundo semestre según confirmó el ministro Luis Caputo, es uno de los factores que juegan en contra.

El dólar blend al que se liquidan las exportaciones cotiza a $ 974 y está compuesto en un 80% por tipo de cambio oficial y en un 20% por el contado con liqui. Esta porción que va al dólar CCL hace que una parte de los dólares que liquidan los exportadores se canalice por un circuito que también es legal pero que pasa por fuera de las arcas del Central.

Estaba previsto que el blend terminara a fin de mes, pero pese a los reclamos del Fondo Monetario por este tema, el gobierno confirmó que lo mantendrá.

Datos de la Fundación Capital muestran que el stock de reservas brutas está virtualmente estancado hace dos meses en torno a los US$ 28.900 millones. A pesar de la importante recomposición de las netas por unos US$ 9.700 millones desde el 10 de diciembre, éstas continúan ubicándose en terreno negativo por US$ 1.500 millones.

Salvador Vitelli, economista de Romano Group, detalla que desde diciembre hasta la fecha, se llevan volcados en el CCL aproximadamente.US$ 9.000 millones por el 20% del blend. Es un promedio mensual de US$ 1.400 millones.

«Estos US$ 9.000 millones representan el 52% de las compras hechas por el BCRA desde la asunción del nuevo gobierno y el 114% de la acumulación de reservas en el mismo lapso», sostiene Vitelli.

«Hacia delante se advierten dificultades para seguir acumulando reservas del Banco Central, lo que es un limitante para la liberación de restricciones cambiarias», suma la Fundación Capital.

Y puntualiza que desde mayo las importaciones ingresadas son equivalentes a las pagadas. Además, hay que empezar a hacer frente a las primeras cuotas del bono para los importadores -el Bopreal serie II- con pagos desde julio (US$ 1.000 millones en el semestre).

Sin embargo, Vitelli apunta que también hay importaciones que se pagan por CCL. «Estimo que hasta mayo se pagaron US$ 4.000 millones vía CCL. Ello conduce a que hoy en día, esté relativamente calzado lo que se vuelca al CCL por blend (US$ 1.400 millones) y lo que se paga de importaciones por CCL (US$ 1.200 millones)».

En el primer trimestre del año, la acumulación de reservas por parte del Central era posible porque en ese momento el pago de las importaciones era acotado. Con el correr de los meses la situación empezó a normalizarse y al mismo tiempo se frenaron las liquidaciones del campo, ante un dólar blend que luce atrasado para las expectativas de los exportadores.

«El Banco Central está comprando menos porque hay una mayor demanda y el agro está como prácticamente el único oferente de divisas con una mayor demanda estacional», señala Vitelli.

Por su parte, el economista Amilcar Collante remarca desde su cuenta de la red social X que se está registrando una normalización del pago de las importaciones. «En abril el porcentaje de importaciones pagadas sobre importaciones devengadas alcanzó el 67% (desde el 59% de marzo y solo 17% en diciembre). Muy probablemente ese porcentaje suba a 75%/80%».

«Si bien se llevó adelante una política económica más racional con astringencia monetaria, acumulación de reservas y consolidación fiscal, aún resta camino por recorrer y una salida ordenada del cepo aún no se vislumbra cercana. De este modo, la actual coyuntura requiere de la defensa del déficit fiscal cero como ancla, para quebrar la inercia de años con abuso de emisión monetaria y/o de endeudamiento», señala la Fundación Capital.

Clarín

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