«Tener amor y respeto por el gauchaje, la Patria y Güemes»
El general Martín Miguel de Güemes, guerrero de la Independencia y servidor de la Patria, contó con la ayuda y el respaldo de mujeres que protagonizaron grandes hazañas. «Muchas mujeres de las Provincias Unidas y del Río de la Plata, tuvieron una activa participación en la lucha por la independencia, en los albores de la patria, especialmente las de Salta, Jujuy y Tucumán, que estaban en medio de la guerra entre el Alto Perú y Buenos Aires», manifestó Eufracina Torres, vicepresidenta del fortín Martina Silva de Gurruchaga, integrado por 100 personas, en su mayoría mujeres.
El general Martín Miguel de Güemes, guerrero de la Independencia y servidor de la Patria, contó con la ayuda y el respaldo de mujeres que protagonizaron grandes hazañas. «Muchas mujeres de las Provincias Unidas y del Río de la Plata, tuvieron una activa participación en la lucha por la independencia, en los albores de la patria, especialmente las de Salta, Jujuy y Tucumán, que estaban en medio de la guerra entre el Alto Perú y Buenos Aires», manifestó Eufracina Torres, vicepresidenta del fortín Martina Silva de Gurruchaga, integrado por 100 personas, en su mayoría mujeres.
Eufracina nació el 3 de marzo de 1942 en la localidad de Amblayo, donde transcurrió su infancia y parte de su adolescencia junto a sus padres: Ubaldo y Antolina, y cinco hermanos. Recuerda que desde pequeña amaba el gauchaje. «Mi padre siempre estuvo vestido de guacho. Trabajaba así. En un momento le dije que quería desfilar y me dijo que estaba de acuerdo pero que tenía tener todos los elementos. Yo le dije que había caballos y monturas en la finca pero me dijo que no, que yo tenia que tener todo por mis propios medios, que tenía que trabajar para conseguirlos. Yo tenía 17 años», relató Eufracina.
En aquel momento no pudo adquirir los complementos para desfilar y la vida la llevó por otro rumbo: se mudó a la capital salteña, estudió, se desempeñó como enfermera en el hospital de La Viña, se casó y se mudó a la ciudad de Buenos Aires. Cuando tenía 21 años fue mamá. Tuvo cuatro hijos: Víctor, Ubaldo, Julio y Ángel Quipildor.
«Me separé. Tenía 32 años y entré a trabajar en una industria química pero mis hijos anhelaban vivir en Salta. Los dos mayores vinieron de vacaciones y se quedaron y cuando tuvimos la oportunidad de venir con los dos más chicos, lo hicimos», contó.
A Eufracina le gusta mucho bailar folclore. «Es olvidarse de todo, transportarse a otro nivel. Me encanta la zamba. Es lo más precioso que hay». Es así como entabló amistad con una mujer que dirigía un cuerpo de danzas llamado «Maikan Sumaj», al que ingresó en noviembre de 1996.
«Ella me contó que pertenecía a un fortín y me preguntó si yo quería ser gaucha. Le dije que encantada. El primero de julio de 1996 entre al fortín Martina Silva de Gurruchaga», expresó.
«De a poco, cumplí mi sueño de conseguir todo: la montura, alquilar el caballo, la ropa. Fue lo máximo. Empecé a participar de las fiestas patronales y los desfiles patrios», dijo con entusiasmo.
Y añadió: «Lo más importante es tener amor y respeto por el gauchaje, la Patria y Güemes. Los gauchos somos custodios de la historia de Güemes, representantes de la provincia de Salta. La vestimenta debe estar siempre impecable. Es sagrada. Hay chicas que ingresan al fortín y hacen bendecir antes el traje de gaucha».
El 19 de julio de 1998 Eufracina asumió como presidenta del fortín Martina Silva de Gurruchaga, cargo en el que estuvo 19 años. Hace siete años ocupa la vicepresidencia. Recibió reconocimientos por parte de diferentes gobiernos y organismos.
«El fortín Martina Silva de Gurruchaga fue creado por Teresita Espíndola, dirigido por mujeres, pero también lo integran varones porque tenemos cuerpo de danza, números artísticos y ellos son un respaldo. Son excelentes», sostuvo.
Y agregó: «Cada vez que desfilamos pensamos en Güemes. Nos conmueve llevar en alto la bandera y el poncho salteño ante el mundo. Es un gran orgullo», finalizó Eufracina.
