El agro, una usina de innovación tecnológica sustentable
El sector agroalimentario argentino es el tercer exportador neto de alimentos del mundo, destacándose por su innovación y adopción de tecnologías avanzadas, según el informe «Hacia un sector agroalimentario más competitivo, inclusivo y resiliente en Argentina», del Banco Mundial.
No obstante, enfrenta desafíos significativos, como la disminución anual del 1,3% en exportaciones agroalimentarias y la caída de su participación en el mercado global del 2,7% en 2011 al 2,2% en 2021. Además, el apoyo financiero a los productores es limitado, ya que alcanza apenas 20% de sus ingresos, según el informe.
A partir de esos ejes se movió el encuentro “Innovación tecnológica sustentable: el agro que se viene”, del ciclo «El mundo que viene», organizado por Clarín, con el secretario de Bioeconomía de la Nación, Fernando Vilella.
Otro segmento del ciclo fue un panel integrado por Juan Lariguet , presidente de Corteva Agriscience Cono Sur; Juan Pablo Cosentino, gerente de Desarrollo de Negocios de IoT en Telecom; Juan Manuel Medina, gerente de Relaciones Institucionales y Comunicación en CampoLimpio; Rosana Negrini, presidenta de Agrometal y Fernando Bazán, productor agropecuario.
El ciclo tuvo el apoyo principal de Telecom, DESA y OSDE, además del sponsoreo de Afarte y Pan American Energy, y el apoyo de Corteva Agrisciencie. El encuentro fue conducido por los periodistas de Clarín Daniel Fernández Canedo y Mauricio Bártoli.
Innovación accesible
Juan Lariguet subrayó que la promoción de la innovación y un marco regulatorio estable son esenciales para aprovechar el potencial del campo. Desde su posición como titular de Corteva, empresa líder en semillas, protección de cultivos y servicios digitales agrícolas, Lariquet dijo: «Nos enfocamos en generar innovación y soluciones para apoyar a los productores agropecuarios, ya que producir más utilizando menos tierra y recursos es una necesidad económica y una obligación ética y ambiental”. En ese sentido, subrayó que la innovación debe estar al alcance de todos los productores, más allá de su tamaño. «Nuestro objetivo es ayudar a producir de manera eficiente y enfrentar desafíos como la chicharrita del maíz a y las enfermedades y en eso es clave la colaboración entre el sector privado, el Gobierno y las instituciones académicas para desarrollar tecnologías accesibles».
Tecnología detrás de los fierros
Rosana Negrini, segunda generación de la fabricante y diseñadora de maquinaria agrícola Agrometal, subrayó que la tecnología y la innovación están en cada uno de sus productos. «Aunque se pueda pensar que las máquinas son simplemente fierros, lo cierto es que están cada vez más impregnadas de tecnología. Cerca del 50% de nuestras máquinas incorporan tecnología de vanguardia, algunas incluso autónomas, mejorando así la eficiencia en el campo y asegurando que los productores siembren en el momento», afirmó.
Con 75 años en el mercado, Agrometal cuenta con un departamento de desarrollo, compuesto por ingenieros especializados. La empresa también promueve la siembra directa en Argentina y el mundo, integrando tecnologías como la dosificación electrónica. Negrini enfatizó: “Desde la cabina del tractor, con un solo toque los operadores tienen acceso a información detallada sobre el proceso de siembra en cada uno de los cuerpos de la máquina. Esto es lo que entendemos por verdadera innovación tecnológica”.
La Internet que se paga a sí misma
Desde Telecom, Juan Pablo Cosentino se refirió a productores que hoy invierten en infraestructura de comunicaciones para mejorar la productividad del campo a través de la denominada Internet de las Cosas. «De manera simplificada, a la tarea de conseguir los datos sobre los cultivos, procesarlos de manera inteligente y poder tomar una decisión, se les agrega la telemetría, que es un grado de análisis consciente o inteligente de esos datos».
Cosentino dijo que «estamos mirando mucho el caso de Brasil y el despliegue de conectividad 4G en grandes extensiones de campo» y ofreció un caso concreto: «Uno de los más grandes exportadores de granos en Brasil acaba de comprar 3 millones hectáreas cubiertas y compró una enorme cantidad de torres para instalar conectividad 4G. Pero su principal argumento no era la conectividad en sí, que es lo que por ejemplo nosotros pensamos cuando llevamos la conectividad urbana al ámbito rural. Lo que este productor buscaba fue la telemetría, ya que en tres meses les aseguraba un ahorro tal que le pagaba la instalación de las torres, mediante un ahorro de 25% de sus gastos en combustible. Esto ocurrió hace un mes y medio y es un caso específico de Internet de las cosas».
Avances en sustentabilidad
Hasta 2016, la gestión inadecuada de envases vacíos de agroquímicos se traducía en bidones terminando en basurales o siendo reutilizados de forma insegura. La «Ley de Gestión de los Envases Vacíos de Fitosanitarios», sancionada en 2018, establece normas para el manejo adecuado de estos envases, protegiendo el medio ambiente. En ese marco surgió CampoLimpio, una iniciativa del sector agroquímico que promueve el reciclaje de bidones vacíos. “Gestionar el ambiente es un desafío importante que nos presenta continuamente retos interesantes, como innovar en el propio sistema”, dijo Juan Manuel Medina, quien explicó que desarrollan envases de tres capas, con una capa de plástico 100% reciclado, lo que permite reintroducir desechos al ciclo productivo.
«Recuperamos 12 millones de kilos de plástico que no están en cursos de agua, no están enterrados, no se han quemado y no están en el circuito informal», detalló Medina. Esta innovación promueve la economía circular y contribuye significativamente a la reducción del impacto ambiental, una demanda creciente en los mercados actuales y un requisito esencial para obtener certificaciones de calidad. Para Medina, la ley que dio origen a CampoLimpio va más allá de ser una legislación ambiental o productiva: «Siempre digo que, primero y ante todo, es una ley de salud pública, porque reduce los efectos negativos en la salud pública para población en general».
El agro del siglo XXI
El productor agropecuario Fernando Bazán destacó el cambio generacional en el agro, que trae consigo una mayor conciencia ambiental y tecnológica: «Este conocimiento y capacidad tecnológica actual del productor está comenzando a ser comprendido y capitalizado», dijo. La adopción de drones para el monitoreo y la aplicación de productos agroquímicos ilustra esta transformación: «Un ejemplo de esto es la aplicación de un producto que estaba en Estados Unidos en agosto del año pasado, y que ahora podemos ver en tiempo real cómo evoluciona en Argentina mediante drones», señaló.
Bazán, quien comentó a sus compañeros de mesa que en su establecimiento «somos usuarios de AgroMetal y Corteva», señaló que además están atentos a la cuestión ambiental con decisiones concretas en la actividad cotidiana. «También estamos adoptando una perspectiva ecológica, por ejemplo, empezaremos a usar contenedores, que son bidones más grandes, reduciendo de diez a uno la cantidad necesaria de envases, ya que hay un cambio no sólo en la matriz productiva del agro, sino también en una integración y lateralización comercial, financiera e impositiva del sector».
¿Querés tener razón o querés vender?
Fernando Vilella, Secretario de Bioeconomía de la Nación, reconoció los desafíos que enfrenta el sector, incluyendo la alta presión fiscal y una errónea percepción en sectores de la población de que se trata de una actividad con poco desarrollo y contaminante. «A pesar de estas políticas adversas, el sector agropecuario argentino desarrolló sistemas con una baja huella de carbono y adoptó tecnologías como la siembra directa, convirtiéndose en un ejemplo único a nivel mundial«, expresó.
Villella defendió con énfasis el rol del campo como generador de valor y adjudicó a intereses políticos los intentos por instalar la percepción de que es un sector que gana plata con poco esfuerzo.
«Digamos tenés que caracterizar un enemigo para poder extraerle. Y eso fue lo que lo que ocurrió en buena parte del discurso político populista de muchos de estos últimos años. Pero, cuando uno empieza a indagar con más cuidado los datos, se cae ese discurso de que el campo no genera trabajo. Más del 20% del trabajo de la Argentina lo generan las cadenas agroindustriales. ¿Entonces? ¿Cómo es que no genera desarrollo? En casi todas las provincias el agro es la principal fuente de riqueza y es además la principal fuente de trabajo, por fuera del trabajo público estatal», dijo el funcionario.
Resaltó como «desafíos» a la brecha cambiaria y las retenciones a las exportaciones, que fueron reinstauradas hace más de dos décadas y desde entonces ningún gobierno eliminó, con excepción de alivios puntuales en alículotas o productos específicos. «En los últimos años, las políticas implementadas no fueron favorables para el sector. Los accionistas se vieron afectados por múltiples regulaciones que impidieron el comercio interno y externo», dijo Vilella.
Con respecto al cambio de nombre de la secretaría que encabeza, ex ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, Vilella contó que apuntan precisamente a la percepción y desarrollo del sector en pleno siglo XXI.
«Nosotros venimos con un discurso de bioeconomía, basado que en tenemos que generar condiciones para que la transformación de los productos agropecuarios sea con más incorporación de conocimiento y con productos nuevos. Hoy el contexto global requieren de productos que reemplacen lo que viene del petróleo, que que sean más amigables con el punto vista energético y el medio ambiente. Ese concepto, por ejemplo, es dejar de exportar el 70% del maíz que producimos como granos para transformarlo en proteínas animales, en bioenergía, en bioplásticos. Eso es lo que atraviesa nuestra visión», subrayó.
Vilella abogó por una visión pragmática de los productores, adaptada a las exigencias que van surgiendo en otros mercados, aunque sin renunciar a la discusión que la Argentina viene dando en distintos foros del mundo.
“Tenemos que discriminar una situación. Muchas veces los requisitos de Europa no están sustentados en ciencia. Nosotros también creemos que son arbitrarios y así lo planteamos en todos los foros. Ahora, uno puede querer tener razón en la discusión o puede querer vender, son dos discusiones distintas. Desde la época de los fenicios para acá, el cliente siempre tiene razón cuando pone sus condiciones”, dijo.
En ese sentido, Vilella señaló que frente a la exigencia que rige desde este año de obtener certificados de “libre deforestación” para poder exportar carne, soja y madera a Europa, “el sector privado vino haciendo los deberes”.
Contó que la semana que finalizó, “se hizo la primera degustación de carne argentina en Europa, libre de deforestación. Ya van tres partidas exportadas de soja libre de deforestación. O sea, esta es esa situación. Eso no quiere decir que cada vez que nosotros presentamos las cosas no digamos que esa esa legislación es arbitraria. Pero si querés vender, hoy, vas a tener que cumplir eso”.
Y rechazó que avalar esa forma de hacer negocios sea sinónimo de “deponer banderas”.
“Eso no es bajar banderas, es entender más la problemática. ¿Vos querés tener razón o querés vender? Nosotros queremos vender y también queremos la discusión. Nuestro sistema es el más sostenible a nivel global en cualquier condición futura”.
Sobre el comercio con China, destacó los recientes logros en la apertura de mercados para productos argentinos como el trigo y el maíz. «En los últimos meses, logramos la autorización para exportar trigo argentino, y hace diez días finalizamos el proceso para exportar maíz argentino«, informó, destacando también las negociaciones en curso para otros productos esenciales.