UIA: la metáfora de la peluquería para explicar el costo argentino

Diego Coatz, el director ejecutivo de la UIA, contó que con una calvicie incipiente va a una peluquería especial que, por sus dimensiones y cantidad de empleados, parece una línea de producción, muy profesional. Pero a la hora de pagar, «cuando veo el precio en dólares, observo que me sale más caro que en París«, soltó en una fina alusión al costo argentino que «afecta sobre todo a la industria que compite con otros sectores en el mundo».

Coatz enumeró los aportes de la industria con un empleo en 1.169.000 personas y que lleva perdidos unos 30 mil trabajadores con salarios que son 35% más altos, en blanco.

Cuando le va mal al empleo industrial, lo que sube es la informalidad, se precariza el mercado de trabajo, la transición es hacia el kiosco, empleo doméstico o delivery. La industria aporta el 17% del PBI en un año malo y es el 30% de la recaudación y el 22% del empleo formal«.

El economista recomendó a un auditorio colmado y muy aplaudidor, «pragmatismo para ver el mundo y ver qué hacen Brasil y Estados Unidos. Es clave el equilibrio macroeconómico, pero que se haga con crecimiento«, dijo en otro mensaje al Gobierno, que abundan en esta Conferencia.

En este encuentro, que tiene como principales sponsors a las empresas del grupo Techint, a Arcor, el Banco Nación, los laboratorios nacionales, Sinteplast, las principales automotrices y también a YPF, Coatz recordó que Argentina tiene el tercer cordón industrial de América latina y que la productividad es buena.

«Estamos en la cancha y mejor que Brasil pero, cuando salimos afuera y vemos la macro de nuestros competidores, estamos mal. Si se mira los últimos 14 años, ningún país tuvo tantas recesiones e inflación, con 5 devaluaciones que generan volatilidad para exportar. La macro es lo primero. Lo segundo, el financiamiento. Con el triste récord de 6% del PBI, estamos en el lugar 190 en el mundo, peor que África. Esto es costo», agregó.

Coatz prosiguió: «La presión tributaria es 30 puntos más que el resto de la región y, si se corrige por informalidad, es 52% para los que pagan, con Brasil somos los primeros del mundo y la tasa de ganancias corporativas de 35% es la más alta del mundo, también los saldos acumulados en IVA para el que exporta», describió entre otras penurias.

«En energía, que supo ser barata, la industria paga 107 dólares por megavatios hora, el doble que Estados Unidos y más alto que México», desmitificó.

En cuanto a la logística, «mientras Europa subsidia las producciones regionales como el olivo, aquí solo 5% va por tren cuando debería ser 20%», señaló.

El experto español Manuel Albadalejo exhibió datos que muestran que hay una tendencia clara: «La industria está vinculada con el crecimiento económico, el comercio internacional es manufacturero, domina el comercio mundial. El 60% de las patentes están vinculadas al sector industrial. Es generadora de trabajo, con efecto derrame: por cada trabajo en el sector industria, se generan 2,2 en el resto de la economía».

El especialista sostuvo que «se pueden generar 3,5 millones de trabajos industriales en el mundo, pero el sector educativo no acompaña y hay vacantes de técnicos preparados», argumentó y llamó a aprovechar las nuevas oportunidades.

En tanto, un argentino que se fue del país a México, profesor de la Universidad de Venecia, Mario Cimoli, en la que fue una de las exposiciones más divertidas, llamó a lo más obvio: «Todo cambia, hay que ser resilientes». Y describió lo que es la política industrial de Estados Unidos, con miles de millones de apoyo e incentivos, con fuerte intervención del Estado, lo mismo que pasa en Europa. «La pregunta sin respuesta es qué se hace en Argentina», dijo.

Cimoli habló de tres modelos industriales: el autocrático como China, Europa que se está quedando y Estados Unidos con el retorno de la estrategia de Hamilton, el creador de la política industrial, un modelo con fuerte impulso a la innovación.