Fugas de presos en la Ciudad: hay tres proyectos para vaciar calabozos, pero llevarán tiempo
26 de noviembre de 2024A fines de mayo, y luego de varias fugas en lo que iba del año hasta entonces, el Gobierno porteño anunció un plan para el problema de la superpoblación en las comisarías.
Además de adelantar la colocación de 2.000 tobilleras electrónicas y de agilizar las deportaciones de presos extranjeros, presentaron tres proyectos para ampliar la capacidad carcelaria: la instalación de contenedores, la construcción de una alcaidía y la finalización de la ampliación de la cárcel de Marcos Paz.
Los tres proyectos tienen realidades distintas, pero coinciden en dos temas: están en marcha, pero demorarán en dar resultados contundentes.
Tal vez esto sea más discutible en el primer proyecto, porque los primeros contenedores ya fueron instalados y funcionan. Se trata de 19 módulos con calabozos en estructuras metálicas similares a los contenedores que se usan para el comercio internacional. A esos espacios llevaron a 254 presos, según el último dato difundido por la Ciudad. Llegarían a 300.
Fueron instalados en Barracas, Villa Soldati, Chacarita y Saavedra, junto a alcaidías que ya alojaban a muchos reclusos. Y aunque generaron quejas de vecinos, que rechazan que haya más presos cerca de sus viviendas, significaron para la Ciudad un paliativo.
El segundo proyecto es más ambicioso. Ya está en marcha porque la licitación fue lanzada, pero aún si todo saliera rápido, recién se inauguraría a fines de 2026.
Se trata de la construcción de una mega alcaidía en Villa Soldati. Sería la primera de ese tamaño en la Ciudad y permitiría alojar a 720 presos, lo que sí sería un gran paso para vaciar las comisarías.
La levantarán en un predio de 40.000 m2 que la Ciudad hoy usa como depósito de materiales. Está en la avenida 27 de Febrero, la que bordea al Riachuelo rectificado, en el cruce con la autopista Cámpora.
Se lo eligió además porque “los vecinos más cercanos viven a 600 metros”, según explicaron en la Ciudad. La obra significará una inversión de más de 43 mil millones de pesos.
Comenzaría en el primer trimestre del año que viene para terminarla a fin de 2026.
Construirán 5 módulos para 720 hombres (las mujeres van a otras dependencias). Y quedaría lugar para otros tres módulos, de manera que a futuro se la podría ampliar hasta 1.170 reclusos.
¿Por qué es una alcaidía y no una cárcel? Porque en ellas (y en las comisarías) deberían alojarse presos de manera momentánea, hasta que sean trasladados al penal federal donde sí cumplirían la condena.
Claro que esto casi nunca se cumple, y los detenidos pasan meses en lugares poco preparados y sin espacio, hacinados y con riesgo de fugas y motines.
Además, la Policía de la Ciudad no es un servicio penitenciario, no están formados para ello. Por eso, hace dos semanas Jorge Macri firmó con Patricia Bullrich un convenio para avanzar en el traspaso de parte del Servicio Penitenciario. Así, Buenos Aires tendría su propio sistema carcelario. Pero, otra vez: para que estos acuerdos se transformen en algo concreto falta bastante.
El tercer proyecto, el más antigüo y ambicioso, es el de completar la ampliación iniciada en 2018 del penal federal de Marcos Paz, donde quedó a medio hacer un nuevo pabellón para 2.240 presos, capacidad que serviría para desagotar las comisarías y también para vaciar de una buena vez la cárcel de Villa Devoto. La licitación también fue abierta, pero es una obra de 70 millones de dólares, que también tendrá su demora.
El hacinamiento en las comisarías se agravó desde la pandemia. Amparándose en la crisis sanitaria, el Servicio Penitenciario Federal frenó la recepción de detenidos de las comisarías porteñas, como se venía haciendo históricamente mediante varios convenios judiciales.
Con la llegada de Milei a la presidencia y Bullrich a Seguridad, los traslados de detenidos se retomaron. Pero si bien se llevan unos 90 por semana, la Policía de la Ciudad arresta otros 130 en el mismo lapso.
Así, hoy en la Ciudad hay más de 2.200 detenidos en comisarías y alcaidías, el doble de lo que debería haber.