Floresta: los evacuaron del edificio hace 20 días y todavía no pueden volver a sus casas
Hace 20 días, 30 familias que viven en Avenida Juan B. Justo 7041, en Floresta, no pueden volver a sus departamentos. Unos 100 vecinos, algunos de edad avanzada, niños y personas con discapacidad, tienen que vivir “de prestado”, en albergues o en sus propios autos. El 15 de mayo debieron evacuar sus hogares por intensos olores a nafta, que según aseguran, provienen de una estación de servicio que está a dos terrenos de distancia.
“Días antes, ya se venía sintiendo el olor a nafta en el edificio, pero ese día fue terrible porque los que vivían en el 1°A prácticamente se desmayaban. Ahí comenzó toda la evacuación”, relata Sergio Moreyra. Los vecinos realizaron una denuncia y entonces, las autoridades cortaron todos los servicios del edificio. Los bomberos les aseguraron que había “peligro de explosión”, sostiene Moreyra.
Sergio dice que la situación “es compleja”. “A nosotros nos sacaron diciendo que el edificio estaba en peligro. Salimos porque ya no se podía estar adentro, pero van 20 días que estamos afuera y nadie hace nada”, manifiesta.
La estación apuntada es una que tiene bandera de YPF, pero según aseguraron a Clarín fuentes de la petrolera estatal no pertenece a la compañía sino que es una franquicia que administra un privado. También aseguraron que todas las inspecciones que realizaron confirmaron que no hay ninguna pérdida en la estación de servicio.
Moreyra cuenta que él y sus vecinos tuvieron que dejar sus hogares repentinamente, irse con lo que llevaban puesto ese día y teniendo que costear un gasto imprevisto. “No hubo un ofrecimiento sobre dónde podíamos vivir, cada uno se tuvo que arreglar como podía. Una señora se quejó y le ofrecieron quedarse en un albergue donde viven las personas en situación de calle. En mi caso, me vine a la casa de mis hijos. Están todos desparramados y viviendo donde pueden, algunos en sus autos”, describe.
Sergio no encuentra explicación a por qué en tres semanas aún no se encontró la razón del olor y menos a por qué todavía no puede regresar a su vivienda. “No hacen nada, no actúan contra la estación de servicio y nosotros seguimos afuera de nuestras casas. Somos el único edificio que está vacío, si hubiese tanto peligro de explosión, ¿por qué no hacen lo mismo con toda la manzana?”, se pregunta.
Lucía vive con sus dos hijos y tras la evacuación encontró refugio en la casa de su hermano. “Con mis hijos vivimos separados, otras veces juntos y cuando estamos todos somos cinco personas en un departamento de dos ambientes. Todos apilados. Voy con un bolso de ropa a todos lados”, describe.
La mujer explica que no llegó a sentir el olor en su departamento, pero sí cuando bajaba a la planta baja. El golpe en el bolsillo también se siente. “Estoy gastando más que nunca en comida. De hecho, para poder llegar a fin de mes me tuvo que ayudar mi familia. Esto me paralizó la vida por completo: es ver dónde comemos, cómo dormimos. Mi rutina cambió por completo. Ya no sabemos qué más que hacer”, dice con angustia.
Según la resolución del juez que intervino en la denuncia, a la que pudo acceder este diario, se ordenó “la clausura judicial preventiva” de la estación de servicio. También, que la Dirección General de Evaluación Técnica del Gobierno de la Ciudad junto con la firma DARSISA S.A., la propietaria de la franquicia, lleven a cabo un estudio hidrogeológico del establecimiento.
Además, se solicitó a la Dirección General de Control Ambiental el relevamiento de los comercios de los alrededores para lograr detectar conexiones clandestinas o arrojos directos o efluentes que contengan sustancias derivadas de hidrocarburos, entre otras intervenciones en pos de averiguar la causa del olor.
Otro pedido de la Justicia fue que se procediera a la “inertización total de la estación de servicio, con el trasvaso total de todo el combustible allí almacenado”. Es decir, extraer la nafta de los tanques de la estación. Sobre esto último, los vecinos aseguraron que el dueño de la estación se negó. “Cuando Defensa Civil y los Bomberos fueron para solicitar eso el dueño se negó y no dejaron participar de la reunión a nuestra abogada y la sacaron con la policía”, denunció Luciana.
Voceros de YPF explicaron que si bien la compañía no tiene responsabilidad en esta denuncia porque la estación de servicio pertenece a un privado, prestaron asistencia técnica, y las inspecciones realizadas en conjunto con los equipos de DARSISA y del Gobierno porteño determinaron que no hay ninguna falla en la infraestructura del lugar.
«Todos los estudios determinaron que no hay ningún aporte en suelo vegetal, cloacal, napa de agua ni cauce pluvial. La estación está perfectamente hermética«, afirmaron.
Aparentemente, señalaron desde la compañía, el problema de los olores tiene que ver con una rotura de un caño de gas que hubo en la zona en el último tiempo que está en proceso de reparación. Y dijeron que el trasvasado del combustible no es un procedimiento que se haga por protocolo de seguridad cuando se realiza una reparación en la zona cercana a una estación.